Sirenita [KyMan]

08

Kyle se vio nuevamente al espejo y no lo creía con certeza, era una chica y demás decir que era irreconocible con facilidad.

El vestido color Azul intenso mientras que el cabello caía por sus hombros hasta la cintura de su ahora creada figura de mujer;Sus manos con un sutil anillo y una pulsera demasiado fina. En sus pies unos zapatos cómodos y a la vez ¿lindos? Creyó este al verlos, pero de entre las miradas la de Eric era tan brillante que podía iluminar un auditorio por completo.

"Las reglas, Kyle, Debes actuar como chica y sin una duda ... Jamás pero jamás te quites la peluca"

Acotó leo mientras tomaba los cabellos acomodándoles en un suave y trenzado disimulado dándole forma al pelirrojo cabello falso.

"Necesita un nombre.... Kyle es muy ¿Masculino?"

Dijo Eric con seriedad mientras pensaba en un nombre que viniera con la nueva figura encantadora que estaba frente a sus castaños ojos.

"Eso es verdad .... ¿Pero cual?"

Preguntó el pelirrojo mientras ponía su mano sobre su abdomen y en su mente la palabra más clara "Las chicas viven un tormento... ahora entiendo ando por qué jadean al hablar"

"Helena...no muy antiguo,¿Marie?"

Susurró Leopold al ver la figueras del pelirrojo.

"¿Marie? Suena a prostituta... ¿Que te parece Ariel?"

Dijo Eric mientras le tomaba la mano al pelirrojo y un extraño estruendo de vuelco atacó el corazón de Kyle pero creyó fue debido al corsé que le creaba una cintura falsa.

"Si, Me gusta ese... ¿pero Ariel y que más ?"

Afirmó y cuestionó a la vez mientras que miraba la figura del castaño, era un poco más bajo que él y era simple física -Los zapatos- eran con una añadidura en la parte posterior y de la cual el joven Leopold había nombrado tacón de princesa.

"Ariel .... Lovegraft"
Dijo el castaño mientras lo tomaba de la cintura y reía a la vez que le había bailar un sencillo Valz en la habitación del Joven rubio, Sobrino de la reina.

"Madame me permite"
Mofó con cierta picardía el ojicafe mientras tomaba la mano del pelirrojo para ponerla sobre su propio hombro y de lo cual a la vez tomaba su cintura y mano.

"Esta prohibo bailar así, Señor Eric"

Agregó Kyle a la vez que bailaba como toda una dama de la nobleza. Leo miraba el encanto que él pelirrojo soltaba y eso le hizo preocuparse pero a la vez sabía que Eric era consciente del corazón ajeno ¿Cuanto podría aguantar Eric? Era un dilema para Leopold y a la vez una tristeza el ver los ojos que Eric jamás había tenido antes.

"Vamos, Niño judio, No seas aburrido como mi tía"
Respondió este mientras bailaba con el pelirrojo por la habitación quedando embobado de la belleza ajena.

Los jóvenes visitaron el pueblo y Kyle con nerviosismo miraba a las personas, las vistas ajenas estaban sobre él y eso le aterró ¿Le habían descubiertos? Si fuera asi, su padre lo asesinaría y su madre lo despreciaría totalmente.

El castaño guiando por la calle al pelirrojo que ahora era una dulce dama de encanto, Eric sentía que de verdad Kyle le acompañaba a él por las calles de la gran ciudad hasta que por sus ojos pasó Stanly Marsh; miró cómo Kyle quedaba perplejo y rígido ante al espécimen de chico noble.

"La prueba de Fuego,Ariel"

Pero el pelirrojo solo observó al castaño y con encanto asintió pero su corazón estaba a mil, el corazón de Kyle era una máquina a todo que latía con fuerza e intensidad bajo su pecho.

Eric con cierto encanto le guió hasta el chico de cabellos azabache y ojos tan azules como el mar; al llegar frente a Stanly la vista de Kyle quedó embobada y así como la del mismo Stan enfocada sobre Kyle, Stanly miraba al pelirrojo con algo más que solo encanto de tan bella imagen bien formada.

—Encontré a tu sirena, Marsh—

Susurró Eric recibiendo un codazo por cortesía de Leopold quien al fruncir el ceño tan solo suspiró y dando su mejor sonrisa de encanto presentó a la bella dame quien era compañía del castaño.

—Está bella dama es Ariel Lovegraft, Ariel este noble joven es Stanly Marsh, espero se lleven muy bien —

Dijo el pelirrubio mientras tiraba del dorso de la camisa del castaño y quien este miraba a ambos con ¿Alegria?. Las presentaciones fueron rápidas y así más la genial idea de Stanly al invitar a un paseo a la chica recién conocida por él.

Ariel tomó la mano del azabache y este caballerosidad la puso en su ante brazo para guiarla por la ciudad.

Kyle se sentía pisando una nube de ensueño, combinando y siguiendo quitado por su príncipe azul, quien con alegría le hablaba de la ciudad.

—¿De donde viene usted señorita? —

Preguntó al azabache mientras que Kyle solo sonreía y recordaba que con Eric y Leopold jamás habían formulado esa posibilidad de pregunta.

—Provengo de Francia —

Dijo el pelirrojo con suavidad mientras caminaba fuertemente del brazo de Stanly.

Al llegar a aquella plazoleta que centraba el comercio de la ciudad; el
Chico le invito a sentar y así tener una conversa más tranquila y probada antes ambos.

—Jamás creí encontrar una bella dama de cabellos rojos y rizados —

Al escuchar las palabras de Stanly el corazón de Kyle latió a mil por hora, él le decía que era único.
Pero Kyle lo sabía, esas palabras no eran para él, eran para Ariel y nadie más y así su corazón pasó de un estallido a la muérete súbita en tan solo milisegundos.

"Si supieras quien soy, no me verías igual, Cariño"

Pensó mientras que sus ojos se perdían en el profundo azul de los ajenos a él; quería tal vez dejarse llevar por la fantasía que se encontraba montando con gran facilidad.

—Te pareces a mi sirena, preciosa Señorita—

Dijo el azabache mientras tomaba las manos de la chica pelirroja que ante sus ojos era hermosa.

"¿Sirena? El señor Eric dijo sobre la sirena.... yo, yo soy tu sirena, Stanly"
Pensó mientras apretaba las manos del pelinegro con fuerza, sintiendo el tibio tacto del muchacho frente a sus ojos; él era la sirena del lago, él era su sirena.

—Me gustaría serlo—

Dijo Kyle con sus mejillas de un colorete rosado y sus ojos verdes brillantes.

—¿Volveré a verle?—

Preguntó el pelinegro en la espera de un si, pero Kyle quedó en una encrucijada total, podría hacer este acto una vez más ¿Sería correcto?.

—Sería un placer pasear junto a usted nuevamente —