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Jeongguk llegó un poco tarde a la escuela, bastante molesto por la situación, básicamente gracias a su hermano. Jiwon se había ofrecido abiertamente a ir a dejarlo, ya que estaba suspendido por un par de semanas y buscaba un trabajo temporal, no había mucho que hacer al respecto, últimamente Jiwon lo había ayudado, corrección intentado ayudar en algunas cosas, como proyectos y tareas, sin embargo hasta el mismísimo Jiwon declaraba ser un cabeza hueca, y al final Jeongguk terminaba accediendo por pena.

—No puedo creer que demoraras media hora en buscar una chaqueta.

Jiwon apagó la motocicleta y dio un bufido por lo bajo.

—Si no te hubiera devuelto tus chaquetas, hubiera demorado menos en buscar una...

Jeongguk se volteó totalmente ofendido, su hermano, un descarado de primera, lo recibió con una sonrisa y le puso los pelos de punta.

—En fin, ya voy tarde. Vete de una vez.

—¿Sabes? Últimamente has estado actuando algo extraño, antes no te preocupabas por cosas como el perfume y tu cabello —Jiwon rió a carcajadas— ¡Hasta te hiciste un nuevo corte!

Jeongguk hizo a un lado la mirada, intentando lucir molesto, cuando en realidad quería ocultar su cara de pánico y su enrojecimiento.

—¿...Quien es la nena?

Jiwon elevó una ceja cuando Jeongguk guardó un largo silencio, luego con su más sincera madurez se acercó y lo tomó fuertemente de los hombros.

—Por lo menos dime de que salón es... ¡Vamos! ¡Dejame adivinar! ¿Es de primero? ¿No?... —Jiwon lo inspeccionó— ¿No te gustarán las mayores, Jeongguk?

Jeongguk se quedó un poco en blanco, y de pronto le subió un sentimiento cosquilleante al pecho que le hizo reír fuertemente.

Él no tenía que preocuparse por su hermano, era un idiota, jamás lo sabría.

Simplemente le puso una mano en el hombro y con una sonrisa lastimera se dirigió al establecimiento.

Antes de llegar a la puerta principal, escuchó el grito de su hermano.

—¡Ya sé que es de mi salón!

[...]

Jeongguk estaba un poco bastante nervioso, sabía cual era la razón, pero lo malo era que no podía controlarlo ni sacarlo de su mente por lo menos una hora. Mucho menos cuando Taehyung miraba a Jimin de aquella forma, ciertamente él y Taehyung eran amigos, pero no tan cercanos, en los últimos meses Jimin se había vuelto todo lo cercano que podría, a pesar de la distancia de sus corazones, y cuando Taehyung quiso acercarse nuevamente se sorprendió bastante al descubrir que Jimin vagaba a diario alrededor de Jeongguk.

Lo peor de todo, era que al parecer no lo hacía conscientemente, siempre tenía esa cara de miedo, jamás sonreía cuando estaba con Jeongguk por los pasillos, ni siquiera con los chistes malos de Jin Hyung que a veces se les unía al almuerzo.

Jeongguk suspiró profundamente mientras lo miraba, Jimin era realmente lindo.

Mientras tanto, en su mente, Jimin lideraba un gran ejercito de control contra las ganas que tenía de saltar sobre Jeongguk y comérselo. Literalmente.

Empuñó las manos y miró el piso.

Se sentía muy torpe, obviamente se había dado cuenta de que a diario buscaba a Jeongguk sólo para estar cerca de él y oler su fragancia, admirarlo de cerca y descubrir algunos detalles de él. Lo malo, es que al hacerlo, se sentía como un sicópata y normalmente se quedaba en silencio para no ser descubierto. Por lo menos la presencia del amigo de Jeon calmaba un poco el ambiente que se formaba cuando estaban los dos solos.

—Entonces... ¿Que harás el viernes? Jeonggukie —aclaró Taehyung, un poco incómodo por el semblante de Park.

Jeongguk bajó de ese increíblemente buen paraíso que había imaginado alrededor de Jimin y miró a Taehyung como si él pudiera descubrir lo que estaba pensando.

—No pensé en eso, no es mi culpa —soltó a la defensiva. Taehyung lo miró totalmente confundido.
—¿De que hablas?
—¿De que hablas tú?
—El viernes... Podríamos ir al karaoke, hacer algo en mi casa, ya sabes...
—Tendremos una cita.

Taehyung y Jeongguk se miraron un segundo en silencio, y luego ambos voltearon a ver a Jimin, que miraba hacia el horizonte con fingido interés.

—¿Que? —soltaron ambos.
—Jeonggukie no podrá salir porque tendremos una cita —aclaró con voz ronca, mirando fijamente a Taehyung y haciendo énfasis en la última palabra.

Taehyung abrió la boca sorprendido y se arregló los lentes, miró a Jeongguk y se tragó su sonrisa.

—Claro, lo siento. Será la próxima...
—También tendremos una cita.

Taehyung ocultó su risa y tosió un poco.

Sutil.

—Correcto... Nos vemos por ahí, entonces. Disfruten su cita, chicos...

Y Taehyung se fue al baño a reír como un loco, luego a chillar como niña y finalmente a mensajear a Jeongguk para felicitarlo.

Semilla | 지국 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora