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Son las 7:25 p.m cuando Seungcheol logra salir de casa sin que Doyoon haga más preguntas.

Va llegando tarde y eso es algo que odia con toda su ser, incluso más que ser despertado temprano en domingo para salir a hacer las compras junto con su novio. Aun así se toma su tiempo para llegar a la cafetería y enfrentar a Lee Jihoon por primera vez en dos años; mira a través de las vitrinas justo unos locales antes de su destino y entonces ve una florería.

¿Acaso vas a una cita? Solo pedirás explicaciones, Seungcheol 

Aun así se acerca a la dama que cuida la diversidad de flores y le pide una rosa -algo sencillo que en realidad dice mucho-, cuando termina de pagarla se aleja lentamente mientras mira los pétalos de esta, los acaricia con delicadeza y la acerca a su nariz para aspirar su aroma. Huele tan fresco como el inicio de la primavera...y Seungcheol no se explica porque esta pensando en ello.

Cuando menos se da cuenta, por fin ha llegado.

Observa el interior del local por el ventanal; esta casi vació, a excepción de cierta persona que mira aburrido hacia la pared mientras bebe a sorbos de una taza blanca. Él lleva puesta una chaqueta de color rojo y su cabello ahora es negro como la noche, entonces Seungcheol cree que a nadie se le ve mejor ese color de cabello, ni el rubio, ni el rosado, incluso podría teñirse de amarillo y se seguiría viendo perfecto, porque Jihoon luce como una estrella con cualquier color.

El mayor mira nuevamente la rosa en sus manos mientras entra al lugar, supone que Jihoon aun no lo ve así que deja la flor sobre una mesa vacía y comienza a caminar en dirección a él sintiendo como su corazón latía acelerado con cada paso que daba. No podía controlarse.

Es solo Jihoon.

Seungcheol cree entonces que el ahora pelinegro sigue provocando algo más, porque incluso un simple pensamiento le causa sensaciones incontrolables.

SI, PROBABLEMENTE TE VA A PERDONAR →JICHEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora