sensibles al tacto

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Apenas empezaba a despertar cuando me doy cuenta de la hora...3:27 AM. Me senté en la cama para saber que era lo que sucedía exactamente. Al parecer Sam se había levantado antes que yo. Era obvio que se estaba bañando. Espero sentado en la cama a que saliera, mientras reviso mi celular. Según la información que logro ver, hay un par de cosas que necesitan que hagamos nosotros los subjefes hoy.

Sam sale del baño, usando una toalla, la cual se quita después de llegar a la cama.

— Buenos días, mi hermoso lobito — Dice el enorme oso, sentándose en uno de los extremos de la cama.

Me acomodé un poco mejor, acercándome un poco a el, y le respondo —. Buenos días, Samuel...¿Cómo dormiste?

— No muy bien. Había un lobo a mi lado que no podía controlar sus movimientos mientras dormía.

— Lo siento, pero bien sabes que no puedo controlar eso en mi.

— Bueno, no importa.

— ¿Sabes? Deberías pensarlo bien la próxima vez que quieras acostarte conmigo...en todo aspecto de la palabra.

— Hmm, supongo que eso es cierto. Igual, sabes bien que no eres la única opción que tengo.

— Lo se — Me levanto un poco para poder abrazarlo como corresponde — Pero de todas formas, me encanta ser la primera opción cuando se te ocurre hacer este tipo de cosas o tienes momentos de calentura.

— Heh...sí, es encantador hacerlo contigo. De todos, creo que eres el que mejor apreta ahí atrás.

Me pongo a jugar un tanto coqueto con el, acariciándolo en distintas formas, por distintos lugares. Le doy un par de besos en la mejilla y lo empiezo a manosear de una forma más lasciva.

— C-cariño...huh...creo que es mejor que no hagamos eso ahora mismo.

— ¿Por qué?¿Acaso estoy haciendo algo mal?

— N-no, y aunque me encante tu toque, no deberíamos seguir con esto porque terminaremos tardándonos mucho para la junta.

— ¿Junta?...Junta...Oh, lo recuerdo. Debería darme un baño igualmente. ¿Está bien si ocupo tu baño para eso?

— Claro pequeño, tu entra y yo dejaré tu ropa aquí en la cama lista para ti.

— Perfecto. Muchas gracias, osote.

Lentamente me vuelvo a levantar, mientras que veo a Sam quitándose la toalla, dejando ver sus genitales para poder empezar a vestirse. Mientras, aprovecho de capturar una buena ojeada de cada cualidad física del oso. Llegando al baño, cierro la puerta detrás mío. Empiezo a preparar el agua en la tina. Mientras lo hago, empiezo a dar una pequeña rienda suelta a mis ideas y pensamientos. ¿Está realmente bien hacer este tipo de cosas con Samuel? Es un tanto mayor que yo, pero no tanto como papá, claro. Supongo que ser el hijo menor tiene este...tipo de ventajas. Aunque, seamos sinceros. Según la conformación de la familia, soy técnicamente un hijo bastardo. De todas formas, no tengo problemas con eso. Mis hermanos mayores se quedaron en estados unidos después de que papá haya venido a vivir acá con mamá. Puede que a veces recibamos las visitas de mis hermanos, pero no les gusta mucho venir. Siempre tienden a ponerse tensos con la presencia mutua de todos ahí.

Pasó un rato hasta que me di cuenta de que la bañera estaba casi lista. Habiéndome perdido en mis ideas, estuve a 2 minutos de inundar el baño de Sam. Preparo un par de cosas para el baño y me meto en la tina. El agua estaba agradable, suficientemente cálida para mi gusto. Nuevamente, estando sumergido en el agua, dejo correr mis pensamientos. Mis hermanos me han contado que la razón por la que mi padre se fue de casa iba más allá de solo querer vivir en otro lado. Decían que era un prófugo de la justicia por razones más internas y propias de lo que poco y nada se sabía en casa. En ese caso, llegar a ser el jefe principal de una compañía tan grande, importante y reconocida no debería ser una buena idea. Efectivamente no lo era, razón por la que se cambió el nombre. De Ralfie Montgomery, pasó a ser Gunther Norris. Luego viene la otra parte del tema. ¿Qué carajos habrá hecho para ser perseguido de tal manera, al punto de tener que cambiar de nombre y venir a vivir a un país como Noruega? Las veces en las que hemos ido a la antigua casa de papá, actualmente ocupada por Jarris, mi hermano mayor, me encargaba de investigar un poco. Por desgracia, casi nadie tenia noción ni de quien era, ni de lo que sucedió en aquel entonces. Apenas logré saber que, según los pocos que sabían sobre la situación, habían rumores muy vagos acerca de que un hombre de aquella parte de la ciudad se fue por cargos de asesinato, otros dicen que por abuso físico intrafamiliar, y otros que fue por abuso sexual a un menor de edad, pero que ninguna de las situaciones tenía suficiente información como para saber con exactitud por qué se habrá ido. De todas formas, no le tomo mucha importancia.

Mi jefe, el osoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora