Capitulo.1 Acatar

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Desde pequeña Leyla fue resistente no importaba el hecho de que su madre ni siquiera la quiso amamantar, ella seguía fuerte, su abuelo, el antiguo rey sentía aprecio por la criatura por lo tanto le envió una nodriza, la cual la cuido con bastante amor, poco a poco el tiempo paso la bebe creció lejos de palacio en la casa de Sam la costurera del pueblo, a la edad de 5 años cuando comenzó a practicar con la espada enseñada por el capitán de los caballeros que siempre la visitaba ya que le llamaba la atención su tenacidad y entusiasmo a demás de conocer su condición de ser parte de la familia real y no ser aceptada por prejuicios sin fundamento alguno. Todos los días sus entrenamientos comenzaban poco antes del alba y terminaban a las 9 de la mañana más 3 horas diarias añadiendo un entrenamiento no supervisado, siempre comenzaba de la misma forma un calentamiento ligero, después practica con enormes espadas de madera, donde al tiempo se discutían diferentes temas o la misma practica en esta ocasión Alberth comenzó la conversación.

–––Leyla eleva más tu defensa, de esa manera tan floja de sostener una espada de práctica jamás podrás utilizar una espada de verdad.

–––Maestro, esto es muy pesado, deme tiempo para acostumbrarme.

–––Tú fuiste quien pidió que te enseñara, pero si lo deseas lo podemos dejar ahora mismo.

–––No, maestro eso no es lo que quiero, es más, como compensación por la queja a partir de hoy comenzare atender a su caballo, también limpiare el establo.

–––Jajaja chiquilla impertinente, tu sí que sabes cómo compensar tus errores.

–––Maestro usted cree que si destaco en el arte de la espada mi madre y padre presten un poco más e interés en mí. –––En ese momento Alberth detuvo sus ataques y su rostro se contrajo en una expresión de dolor.

–––Maestro...

–––¿Ese es el motivo por el cual me pediste que te enseñara el arte de la espada?

–––Si, en parte maestro...

–––Entonces, ya no te enseñare.

––– ¿Qué? ¿Por qué? Maestro...

–––El arte de la espada es para proteger lo que es preciado para ti, no para impresionar o lucirte.

–––Maestro yo amo este reino, sin embargo lo que más quiero de este reino es a ti y a Sam, nadie más me ha demostrado afecto o cariño solo ustedes dos y si me preguntas claro que los defendería con todas las fuerzas que tengo, así me costara la vida pero, también quiero saber el porqué mis padres los actuales rey y reina me han rechazado desde que nací, eso es algo que siempre me he preguntado pero eso jamás será tan importante como ustedes. Diciendo esto maestro no solo me enseñes el arte de la espada, enséñame a ser un caballero, por favor conviérteme en tu discípulo, para poder protegerte a ti, Sam y con empeño tal vez un día sea tan buena como tú y proteja el reino. Al ver la determinación en los ojos de Leyla, Alberth no pudo hacer otra cosa más que aceptar su pedido.

–––Jajaja chiquilla terca ni siquiera sabes en el lio en el que estas por meterte, no seré blando contigo ni por tu edad ni por tu genero eso a mí no me interesa, a partir de mañana te entrenare para ser el mejor guerrero de todo el reino, así que más te vale descansar bien hoy, y mentalizarte para no quejarte ni una sola vez, ya que si lo haces en una ocasión, con eso será más que suficiente para que yo deje de entrenarte. ¿Me has escuchado?

–––Si maestro, gracias de verdad, se lo agradezco.

El entrenamiento era muy duro cada día, de esta manera poco a poco fueron pasando los años a la edad de 10 años Leyla ya manejaba de buena manera el arco, la espada, las dagas pero, su debilidad era la lanza siempre se le lograba escurrir de sus manos, en cierto día Leyla no se sentía del todo bien pero aun así asistió al entrenamiento y no se quejó pero poco antes de finalizarlo, esta perdió el equilibrio y cayó al suelo su maestro rápidamente se acercó a ella y noto que tenía fiebre muy alta, sin importar cuánto la llamara esta no contestaba.

LEVADIOKOSWhere stories live. Discover now