5. Periplo

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Al día siguiente, antes de subir al barco que los llevaría a Elther, Roy dejo pagada la habitación en la cual dejo los libros.

–––De verdad consideras que es necesario el dejar los libros aquí.

–––Por supuesto, eso sólo lo preguntaría alguien que jamás ha viajado en altamar, espero y tu estomago resista el viaje.

–––Oh, vamos Roy, mi estomago a resistido de los peores venenos del mundo y la comida de Sebastián, estoy segura de que aguantare cualquier cosa.

–––Eso está por verse, chiquilla.

A las afueras del puerto el escuadrón Águila esperaba las instrucciones de Alberth para iniciar el viaje en barco.

–––Escuadrón pongan atención, por favor. El día de hoy partiremos a las tierras de Elther, y por ello nos dividiremos en dos grupos; uno será dirigido por Roy y el otro estará bajo mi cuidado. Sus pertenencias y caballos estarán en el mismo barco que ustedes. La fila después de Baltor vendrá conmigo. Roy los principiantes estarán a tu cuidado, se duro con ellos.

–––No tienes que mencionarlo, amigo. —Se gira hacia ellos—. Los que están bajo mis órdenes a partir de este momento más les vale cuidar de si mismo ya que no pienso arriesgar mi vida para salvarlos; quien caiga al mar puede ir pensando en una manera de salvarse solo. Ya que mantener vivo a los médicos del escuadrón es primordial ni mi aprendiz ni yo saltaremos en su auxilio. ––– Dice el pelinegro sin siquiera parpadear ni mostrar sentimiento alguno.

Todos estaban de piedra, la mitad que le había tocado a Roy eran mayormente menores de edad y sin experiencia alguna en viajes marítimos: Se miraban a unos a los otros como preguntándose con la mirada "¿tú me ayudarías si caigo al mar?"

–––Bueno chicos quedan bajo las órdenes de este gran medico, Roy buen viaje. ––– Después de pronunciar dichas palabras Alberth se aleja y su escuadrón le sigue a poca distancia. Roy vuelve la vista hacia el grupo de chicos e indica.

–––Partiremos antes del mediodía, así que espero todos estén abordó para dicho momento. ––– A continuación se marcha a pasos agigantados, Leyla nota que Roy se comporta de forma extraña y le sigue.

–––Roy ¿qué sucede? ¿Te sientes mal?

–––No es nada, es solo que me estresa el hablar y dirigir a tantas personas, eso es lo único que odio de este tipo de viajes.

–––Oh, gran Zorro de Speros, tú puedes con esto y más.

–––De eso no cabe duda alguna mocoso insolente, partamos ahora mismo al barco para verificar que todo esté en orden. Tenemos poco más de 3 horas, necesitaré de tu ayuda.

–––Claro Roy, con gusto.

Ambos se dirigieron al barco, el cual fue del disgusto de Roy desde el primer momento. Miró el piso con mucho desdén de inmediato; detectó varias tablas flojas y señalo al capitán, el cual no estaba muy contento...

––– ¿Quién rayos es el capitán de este barco? ––– preguntó el hombre de penetrantes ojos negros.

––– Soy yo. ––– pronunció un hombre muy alto y fornido que estaba junto al timón.

––– ¿Podría ordenar, por favor, que arreglen el piso de la cubierta?

–––Disculpe, pero creo que está bien tal y como está. –––Roy se estaba exasperando, se notaba en su mirada. Leyla pensaba que se armaría una gran pelea en el barco, por ello preparaba el arma que tenia escondida en la muñequera, pero las acciones de Roy la sorprendieron. Este dio un gran suspiro y...

–––Señor capitán le ofrezco 10 monedas de oro ahora por arreglar el piso y reparar todo lo que le indique antes de 3 horas. Recibirán otras 15 cuando encuentre a un amigo y me page lo que me debe.

–––Eso es demasiado dinero; el viaje en si vale 10 monedas de plata por persona... ¿Estás seguro que lo podrás pagar? ––– Roy le sonríe arrogantemente y responde.

–––Por supuesto, aquí tengo las 10 y el resto lo conseguiré de mi amigo al llegar al puerto. A parte claro que se le pagara la mitad del pasaje al partir y llegando al puerto se le pagara la otra mitad. Sí todos los hombres están sanos y salvos podría hasta tener un bono.

––– Bien, confiare en tu palabra.

De inmediato todos los hombres comenzaron a trabajar en las reparaciones que les indicaban ambos médicos. Al terminarlas, Roy entrega las monedas al capitán sin remordimiento alguno. Leyla mira a Roy con burla en sus ojos.

––– ¿Qué pasa mocoso?

––– nada — dice esta fingiendo demencia.

–––Si tienes algo que decir, dilo ahora mismo, sabes bien que odio que me dejen con la duda.

––– Jeje es solo que acabo de notar que vas a gastar 25 monedas de oro para que ninguno de los chicos tenga un accidente, te preocupas mucho por ellos aunque hallas sido cruel con estos en la mañana. –––Roy hace un gesto de disgusto pero después suspirar.

–––No es eso, es sólo que sería una verdadera molestia el resto del viaje con Alberth reclamándome el haber perdido a alguien en el viaje.

La carcajada de la chica se escuchó por todo el barco.

–––Está bien haré como que me creo eso y no diré nada mas sobre el asunto.

Poco después comenzaron a llegar los integrantes del escuadrón. Después de mostrarles donde dormirían los jóvenes (prácticamente una habitación grande para todos con hamacas). Roy le indico a Leyla cuál sería su habitación; Se trataba de uno de los dos camarotes que existían en el barco, por lo cual compartirían ya que el otro era del capitán. Poco después de comenzado el viaje la Joven no sabía el por qué Roy le había comentado "espero y tu estomago resista el viaje" si todo estaba de maravilla hasta el momento; la brisa marina se sentía muy bien en el rostro, el vaivén de las olas que era totalmente hipnotizante para la joven. Cuando un ruido perturbó su calma, no le era desconocido pero si desagradable y decidió ignorarlo, cuando de pronto se escuchó otro más y otro. Poco a poco más se le sumaban. Lentamente se dio la vuelta y se encontró con varios de sus amigos y compañeros vomitando por la orilla de la borda. Movió levemente su cabeza en desaprobación mientras se acercaba a ellos para ayudarles pero, de pronto y sin aviso, sintió un malestar en el estómago, un dolor en la cabeza, un mareo y algo que subía por su esófago. Rápidamente se aproximó a la orilla del barco y ella también regreso el desayuno hasta que no quedo nada en su estómago. En ese momento se escuchó una enorme carcajada.

–––Personas como ustedes no están hechas para el mar jajaja. ––– mofó el capitán, pero alguien a la distancia le reprendió.

–––No es que no estén hechos para el mar, es simplemente que es la primera vez que están en altamar. Capitán a todo nos sucede lo mismo la primera vez que subimos a un barco. ––– le defendió Roy quien ya traía varios vasos con medicamento. El resto del día Roy cuido de cada uno de los enfermos como es su costumbre, por la noche por fin pudieron descansar en paz por una pócima que Roy les entrego.

––– Que conste que te lo advertí, chiquilla. ––– decía Roy al atender a Leyla dentro del camarote.

––– Maldita boca de profeta que tienes...

––– ¿Qué dijiste? Perdón no te escuche...

––– ¡Que no vuelvo a hablar sin conocer! De verdad esto está mucho peor que la comida de Sebastián...

El pelinegro suelta una enorme carcajada y menciona: ––– bueno, creo el pobre de Sebastián está recibiendo una cucharada de su propia medicina si ese es el caso.

La chica también ríe.

––– Tienes toda la razón, no lo había pensado de esa manera.

Poco después ambos cayeron en un profundo sueño. Al otro día todos estaban como si nada, y poco antes del atardecer se deslumbraba algo a la lejanía...

LEVADIOKOSWhere stories live. Discover now