11. Trastada

10 2 0
                                    


Había trascurrido varios meses desde que se construyó la casa para los huérfanos y viudas en el bosque, lugar al cual alguien acudía diariamente para llevarles víveres, así como ayudarles un poco en lo que se necesite. En dicha ocasión serian Law y los tres niños quienes les visitarían, pero algo no salió como lo esperaban.

–––Maldición, eso mocosos me dejaron... y ahora ya no sé ni donde estoy. ––– pronunciaba Law con la esperanza de que los chicos la estuvieran mirando y salieran de su escondite riéndose de él. Pero este no sería el caso.

Los chicos en verdad se habían alejado, en la dirección correcta a la casa, mientras que Leyla seguía buscándolos en el bosque y perdiéndose cada vez más. No sabía realmente que hacer, pues carecía totalmente del sentido de la orientación.

Instantes después miró una montaña bastante alta, a lo que cierta idea acudió a su mente.

––– Tal vez si subo poder ver la casa desde la cima... –––pensó mientras caminaba en esa dirección.

A paso firme comenzó a subir, cargando los víveres por la empinada cumbre, pues no podía dejarlos ya que residían demasiados osos en la zona. Iba pensando en esto cuando de pronto sintió un jalón en su hombro que le hizo perder totalmente el equilibrio. Sin nada a lo que aferrarse, cayó por la pedregosa tierra hasta que chocó con una enorme roca. El dolor que le siguió a la caída era punzante, pero al menos no sentía que su cabeza estuviese sangrando. Tratando de averiguar lo que la hizo caer, decidió mirar el por qué había caído, encontrándose con alguien que jamás había mirado....

–––Maldito... ¿Quién rayos eres tú? ––Fueron las palabras que alcanzó pronunciar antes de que este le golpeara con una piedra en la cabeza y perdiera el conocimiento...

Cuando recobró la consciencia lo único que miró fue la obscuridad, lo que la impulso a pensar que ahora de verdad moriría, o que ya lo había hecho, cosa que el dolor contradijo. Además, se percató de que estaba totalmente atada, no era algo tan simple como estar muerta. Un sonido llamó su atención, y este era el llorar del fuego, donde ahí sentado se encontraba el maldito tipo que le golpeo antes. Al verlo pensó en fingir el estar inconsciente mientras pensaba en un plan para escapar, pero sucedió lo que jamás esperaría, otra vez.

–––Hey, mocosa ni se te ocurra el volver a dormir... la cena esta lista. –––Decía el tipo de ojos verdes que se pone pie frente a ella con un plato entre sus manos. Se acuclillo y le ofrece el plato.

––– Gracias por la cena... —murmuró meditabunda, sin saber bien que pensar—. ¿Me podrías desatar los brazos para comer?

–––No bromees, linda, sé bien que si te llegara a soltar hasta una sola mano me atacarías, y hoy no tengo ganas de pelear, después de todo estoy un poco agradecido contigo, me trajiste víveres y me ahorraste el trabajo de buscar un médico.

––– Esa comida es para los huérfanos —replica con molestia.

–––Oh, vamos... a ellos no les falta y justo ahora yo no puedo cazar –––dime mientras señala a una de sus piernas, la cual se encontraba herida, al parecer debido al ataque de algún animal.

––– Ya veo... pero aun así esa no es excusa para que me arrojaras de la montaña; ahora yo también estoy herida.

–––Esa era la única forma de atraparte. Pero, bueno, dejemos la plática para después. Ahora abre bien tu boca, que te daré de comer —sentenció por sí mismo.

––– ¿Eh? Eso no es necesario puedo comer sola —exclamó Law.

–––No pienso desatarte, así que esta es la única forma en la cual comerás, y si tienes la más mínima esperanza de poder escapar de mi necesitarás fuerza, y si no comes no creo que llegues muy lejos —insistió.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 30, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

LEVADIOKOSWhere stories live. Discover now