Capítulo 4: Las primeras gotas de lluvia.

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Nota: hey hey hey Hola :D
Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen su dueño es Hidekaz Himaruya.
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1940, Inglaterra

Como un parpadeo el invierno se había ido llegando la primavera trayendo cual calor era posible que significaba lluvia.

Para Inglaterra la paz y tranquilidad que se desvaneció tan pronto entro la primavera había dejado a toda Europa Occidental con miedo e intranquilidad. El británico despertaba al menos una vez por semana sudando del miedo queriendo abrazar a alguien pero ¿a quién? Francia se fue a su territorio en enero dejándolo solo, Canadá no se había reportado y Estados Unidos no se había contactado con él desde hace más de veinte años.

Era inicios de abril y la primavera apenas se hacía notar con algo llamado: la invasión alemana a Dinamarca y Noruega; al enterarse de la noticia casi salía saltando de su casa específicamente de su ático al suelo haber si sucedia algo.

Por lo que había oído todo Dinamarca se rindió el mismo día de ser invadida pero Lukas se resistía frenéticamente a no caer ante el yugo alemán.

Alemania

Después de estar en tren por varios días Dinamarca comprendió muchas cosas, una de ellas: ya no era el gran soldado vikingo que solía ser hace años. Y dos: era por el bien de su pueblo y suyo.

También comprendió la importancia de la familia lo que era Finlandia, Noruega y él estaban en guerra pero al final el finlandés y él habían terminado dejando solo al noruego. Suecia e Islandia se habían declarado neutrales ante la guerra.

Maldita sea su suerte al ser vecino de Alemania.

Al sentir como el tren se detenía por completo supo que esa era su señal, se levantó de su asiento caminado relajadamente fuera del vagón, no lo quería admitir pero Berlín era hermosa y brillante, con las maletas en mano camino por calles berlinesas hasta la casa del germano situada a las afueras de la ciudad unas seis horas mínimo.

—Vamos Mathias serán como unas vacaciones hasta que lleguen los aliados— se auto animo mientras movía sus pies a fuera de la estación.

Lo primero que noto eran las banderas con la esvástica y las personas alegres que caminaban a diferentes direcciones.

Casi pudo durar todo el día caminado a no ser por unos granjeros que le dieron un raí hasta la casa de Alemania se sintió aliviado porque sus pies ya no soportaron caminar casi todo el día, llegando exactamente media hora antes de la una de la madrugada.

Al llegar enfrente de la puerta alemana toco varias veces hasta que fue recibido por la representante femenina de Checoslovaquia señalándole con las manos donde debería dormir ahora en adelante es decir con ellos en un pequeño cuarto junto a todos los demás países que el Reich tenía a sus pies.

—Dobrou noc— le dijo la eslovaca acostándose a su lado. Si Alemania seguía conquistando países ese cuarto no sería suficientemente grande para todos.

¿Qué realmente pasaba en la cabeza del germano? Se cuestionó mentalmente el danés intentando reconciliar el sueño.

Inglaterra

10 de mayo de 1940

Para Inglaterra escuchar como los hombres discutían tan frenéticamente por la situación de la ocupación de Alemania en Luxemburgo, de la guerra que tenía los alemanes con los belgas y holandeses combinado con que Francia se había alterado sabiendo que era su fin solo causaba las ganas de vomitar.

Todos querían la cabeza de su primer ministro y que podía decir él, realmente quería esa cabeza encima de su chimenea mientras él tenia a Francia sobre sus pies bebíendo agustamente una copa de vino.

Los recuerdos más dolorososWhere stories live. Discover now