Capítulo 6: El cordero y el sacrificado

41 4 4
                                    

Nota: Disfruten uwu
Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen  su dueño es Hidekaz Himaruya

* Junio 1940, Dunquerque

El sonido de las olas moverse frenéticamente mantenía a todos alerta de que la salvación que tanto hablaron los británicos podría ser cierta.

Pero que ridiculeces pensaba Francia observando como los comandantes de ambos ejércitos discutían para saber cómo agrupar a cada soldado en los barcos, como le harían con los alemanes y más importante que sería del destino delo país del amor, vino y queso.

—Canadá podrías venir por favor— pidió el francés palmeando su lado derecho que se encontraba libre de escombros en la arena —Mande papá— hablo el canadiense de apariencia de diez y siete años sentándose a su lado.

—¿Sabes cuál es la semejanza entre un cordero y un sacrificado?

—No, ¿Cuál es la semejanza?— pregunto extrañado Matthew con cierta mirada de curiosidad —Ambos son mandados a sacrificar por un bien— contesto mirando las olas —Yo soy el cordero que será sacrificado por el bien de los aliados, mientras Alemania está peleando como fiera aquí conmigo Inglaterra podrá crear una estrategia y meter al bastardo de tu hermano.

O cuanto odiaba Francis a Estados Unidos el maldito solo se beneficiaba cuando le convenía es decir cuando el ya no estuviera y dejara a Inglaterra sola para poder aprovecharse a su manera, obviamente estaría agradecido por ayudarlo en la primera guerra pero ahora lo necesitaba más que nada.

Todos lo necesitaban.

—¿Lo amas Mattie?— cuestiono al canadiense mirando como este se ruborizaba completamente —Lo amo más que a nadie— contesto con una sonrisa de vergüenza —Eso espero para ver cuánto puedes aguantar tener las manos en el fuego.

De entre la gruesa neblina aparecieron varios barcos pequeños pero útiles para transportar a los jóvenes —¿Te quieres ir o quieres acompañarme a pelear?— fue lo último que pregunto el francés levantando su mano al frente en señal de invitación —Claro que si papá— respondió mientras juntaban mano padre e hijo.

Inglaterra

Días habían pasado desde que fue la evacuación de las tropas en Dunquerque y sin noticias de Francia o de Canadá solo lo mismo de cada día "ellos se quedaron a pelear por Francia".

¡Tonterías!

¡Mentiras!

¡Bazofias!

Y podría sacar más de su diccionario pero prefirió quedarse así malhumorado sentado en su sillón el lugar secreto donde tiraba plumas y papeles con enojo o simplemente lloraba a mares como la magdalena que era.

Para sumarle más a su perdición: la rendición de Noruega.

Si era buena opción podría darse un tiro o mejor aún tirarse por un puente.

—¡Arthur, Arthur!— Entro su ministro lo más rápido posible —En las costas encontraron a su hijo a Canadá— y el corazón volvió del cejon volvió a sentir —Ya pedí que lo trasladaran aquí en su casa parece que la última petición del señor Francis fuera tener a salvo a su hijo.

No espero ni dos segundos para que Inglaterra saliera corriendo a sacar todos los regalos de navidad, de cumpleaños y muy feliz empezó a ordenar por fechas hasta que trajeran a su bebé.

Cuando el momento sucedió salió corriendo para abrazar a su hijo inconsciente y llevárselo adentro donde lo arroparía en una linda habitación solo para él a su lado.

Los recuerdos más dolorososWhere stories live. Discover now