Los recuerdos más dolorosos

Capítulo 13: Jazz y swing

Se que ha pasado mucho pero... sigo viva!

La imagen no me pertenece crédito a su respectivo autor.

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1920
Era una nueva década después de años de guerra y para el país norteamericano iniciaba una nueva era, solo.

Después de la revolución bolchevique en 1917 y la muerte de su amado en 1918 estaba solo en este cruel mundo.

Inicio una nueva vida junto a un nuevo vicio llamado: alcohol. Que feliz lo hacia volver con aquel viejo amigo.

Ocultaba sus penas con todas las botellas de licor que su cuerpo soportaba (que eran muchas) su corazón lloraba y se rompió aun más en el 29.

-¡Ayuda por favor!- pedía entre el llanto desconsolado acostado en el frío piso de madera -¡Iván!- grito ahogandose con su propia sangre que salia de su boca.

Despertó era la misma pesadilla que tenia después del jueves negro del 29. Levantó la sabana que tenia encima bastante calurosa para la época en la que estaban.

Levanto más la cabeza para visualizar su entorno estaba en su cama, en su cuarto, en su casa pero ¿por qué no recordaba? Se pregunto sacando un pie de la reconfortante sabana y del colchón para tocar el suelo cubierto de alfombra.

Sentía que estaba en las nubes porque esto era tan surrealista, su pie no alcanzo el zapato pero si logro despertar a su gran amigo Franklin aquel gato con sobrepeso -¿Frank?- pregunto somnoliento bajando su mano para acariciarlo relajadamente recibiendo un maullido como respuesta -Buen gatito.

Se levanto de su cama buscando en primera estancia sus lentes, al encontrarlos se los puso viendo que ya era la tarde.

Camino hasta la puerta encontrándose en su pasar varias botellas vacías de licor -Santo cielo- murmuró abriendo la puerto.

Su trayecto prosiguió en el baño donde preparo el agua para meterse a bañar y aclarar su cabeza. Se miro en el espejo observando su ya crecida barba.

Parecía otra persona pensó metiéndose a la tina donde se quedo en posición fetal tocando con su dedo indice el mármol blanco, perdiéndose en sus pensamientos.

Las gotas de agua que se resbalaban por su cabello y caían al agua, se quería hundir más pero algo le impedía como un presentimiento que le decía que si se hundía se ahogaria hasta morir.

Es una nación no podía morir.

Fue otra vez una fiesta alocada, bebió hasta más no poder y lloro otra vez por sus tonterías.

La gran depresión fue un fuerte golpe para los estadounidenses un año que pareció más bien una resaca por los ocho años de fiesta que fueron los años veinte.

Retrocedió más de esa década cuando era una colonia y estaba solo porque sus padres se preocupaban más por otras cosas, siguiendo a las post-independencia donde nuevamente estaba solo y después a la guerra civil donde sin ser nada sorprendente estaba solo.

Iván llego para quitar esa soledad.

Era una gran persona: amable, gentil, justo y guapo las cualidades del hombre perfecto.

Hasta que inicio la gran guerra.

Rusia se fue para siempre, nuevamente estaba solo, extraño despertar y encontrar al eslavo a su lado con una sonrisa, intentar hacer comida a su lado, pasear por el parque agarrados de la mano o simplemente bailar el vals en una de las fiestas de la familia imperial rusa.

Pensaba que no supo apreciar al ruso como él lo había hecho.

Intentando entender el sentido de la vida se quedo ahí hasta que su piel se empezó arrugar por efecto de la misma agua.

Salio del agua ahora fría sintiéndose más cansado de lo inusual se fue a armario sacando ropa bastante cómoda para volverse ir a dormir y con sumo cuidado se acostó, cerro los ojos y durmió tranquilamente.

-¿Qué escribes?- pregunto la tierna voz de Alfred mirando a cierto eslavo escribir varias hojas -Cartas, para mi nuevo jefe- contesto Iván sin voltear a verlo.

-¿Nuevo jefe?- volvió a preguntar el estadounidense ladeando la cabeza -Da, se llama... Lenin.

-¡Lenin! El hombre planea derrocar a los zares por una ideología tan estúpida no digna de héroes.

-¡Da! Ese hombre que creo que cambiara a la madre Rusia.

En ese momento Alfred sostuvo su cara entre sus manos obligandolo a verlo a los ojos Rusia parecía ido, sabiendo que ese no era el Iván que conoció y que defendía a los zares con un hilo de voz le dijo -ese no eres tu Ivi- el eslavo parpadeo confundido sin entender aquellas palabras hasta que poco a poco sus ojos se agrandaron saliendo del trance, empezó a temblar con lagrimas a punto de ser derramadas y con el corazón en la mano le dijo.

-Ayudame Alfred.

+
La autora sigue viva señores perdón por la larga espera, no tengo palabras que justifiquen mi ausencia.
Pero estoy aquí lista para más capítulos porque se viene lo bueno.

Como sabrán faltaba el que capitulo de Alfred y estoy feliz de lograrlo aunque sean pocas palabras.

Porque trae Rusame!

×Datos Historicos×
+Los locos años 20; fue una década bastante alocada hasta 1929.
+La gran depresión: la crisis económica del 29 fue como ya escribí un fuerte golpe para los Estados Unidos pero ellos son héroes y saben salir adelante.

Sin nada más que decir me despido
Bye***