Capítulo 3: Una buena noche

41 4 1
                                    

           

Disclamer: Los personajes de Hetalia no me pertenecen  su dueño es Hidekaz Himaruya

*

           

25 de Diciembre

Cheri despierta ya es navidad— comento Francia sentado sobre la alfombra. La nieve se veía tan clara y relajante que hicieron que Inglaterra se cubriera más con  la sabana, esta época del año le daba tantas ganas de quedarse acostado todo el día e invernar como un oso.

Papá ya es navidad despierta.

Los ojos del británico se abrieron poco a poco mirando la ventana cubierta por la blanca nieve y luego miro al francés que sostenía un regalo entre sus manos —Joyeux Noël— y le entrego el regalo, era un collar en forma de llave combinado con engranajes y una esmeralda incrustado en el medio como el color de sus ojos.

—No te hubieras molestado rana.

—Pero cheri esto combina muy bien contigo y tus anillos— hablo Francis mostrando sus dotes en la moda Inglaterra lo dejo en el sillón y se levantó a bañarse dejando al galo mirándolo directamente hasta que se perdió de su vista.

Francis se levantó de su lugar  sin importarle su desnudez a la soledad y empezó a juntar la sabana tirada en el piso junto a la ropa esparcida donde encontró sus calzoncillos y se los puso, al termina su labor de un buen samaritano se dirigió a la cocina para limpiar los todos los platos y utensilios de la comida anterior.

Limpio la mesa dejándola impecable, miro la cocina y estaba limpio, con aburrimiento se fue a su habitación donde había dejado su maleta —que era la habitación de Reino Unido— y miro la puerta del baño entre abierta pero aun así no quiso entrar y se quedó sentado en la cama esperando a que saliera su querido.

Al salir Inglaterra del baño noto que cierta nación francesa se encontraba acostado en su cama  de forma seductora es decir con una rodilla doblada recargando su rostro entre su mano moviendo ambas cejas arriba abajo.

—Porque no te acuestas aquí en la cama, juntos, abrazados y tal vez algo más— le propuso el francés —No, gracias— contesto el británico arreglándose —Yo creo que deberías arreglarte también— por no decir ya ponte algo de ropa estúpida rana.

*

—Veo que limpiaste la casa— comento el cejon  bajando por las escaleras junto al francés ya vestido —Apuesto que mi regalo de navidad es una rana destripada— dijo Francia mirando los regalos —Es el de color verde— el galo llego al montón de regalos y agarro el de color verde rana y lo destapo encontrándose con un traje color gris junto a un sombrero borsalino fabricado en Italia y un foulard del mismo color del traje —Para este maldito frio de mierda— murmuro Inglaterra poniéndole el foulard en el cuello del galio.

Alemania.

—¡Feliz Navidad!— grito con entusiasmo Italia entregándole un regalo a Alemania y otro a su hermano —Gracias Italia— contesto seco el alemán sosteniendo el regalo entre sus manos —Ve ¿Y Gilbert?— pregunto el veneciano —En su habitación con ya sabes quién— respondió el romano leyendo uno de sus libros favoritos.

Italia salió hacia la habitación del albino donde al estar enfrente de la puerta de madera tallada a mano y arreglada con la más delicada finura, se escucho una conversación entre el albino y alguien más y porque era una buena idea decidió alejarse para no molestarlos.

—¿Y ya tienes planes para conquistar Europa?— le cuestiono el italiano mayor sin despegar su mirada de su libro no lo quería decir públicamente pero últimamente el macho patatero le daba miedo en las cosas más simples como hablar, en la forma recta en la que se paraba o sentaba o solo mirar.

Los recuerdos más dolorososWhere stories live. Discover now