Yael/Yael ©

La Boda

Por primera vez en mis 16 años había tardado tanto en buscar una prenda para ponerme, de los 7 pantalones que tenía guardados en el closet tarde 30 minutos para decidirme por uno, después otra media hora para decidir la camiseta, seguido de los zapatos, al final casi ya para salir a buscar a Monse a su casa decidí agregarle un saco a mi atuendo. Me peine después de varios meses sin haber tocado un recipiente de gel.

Salimos de la casa, mi madre no pudo evitar tomarme fotos, según ella la última vez que me vio tan arreglado fue para los 3 años de una de mis hermanas. Subimos al automóvil, yo cuidaba que mi saco no se arrugara.

Después de unos 15 minutos de camino pude visualizar la casa de Monse a unas cuantas calles, al llegar bajé del auto y toque el timbre de su casa, esperé por unos minutos recargado en el automóvil con el celular en la mano, hasta que escuché la puerta de la reja abrirse, bloquee el celular y lo guarde dentro de mi saco, levante la mirada y entonces vi como un vestido blanco floreado se levantaba ante mi vista, desfile aquel vestido hasta llegar al rostro de Monse quien me miraba sonrojada, nuestras miradas se cruzaron y por un momento me olvide de la fiesta, del mundo, todo se había reducido a ella, su vestido y sus hermosos ojos.

El claxon del auto interrumpido el momento, abrí la puerta y la invite a entrar al auto, entre después de ella.

Durante el trayecto veníamos escuchando las canciones que transmitía la radio, miraba por la ventana, veía pasar los carros en el carril contrario, y miraba a través del retrovisor la mirada de Monse pérdida en el cielo, no cruzamos palabra alguna durante el viaje. Cuando al fin se asomó la entrada al estacionamiento del terreno en donde se llevaría acabó el evento, supe que aquel silencio del auto estaba por terminar, madre estuvo el auto y se despidió de mí, Monse ya taba bajando del auto para entonces, me bajé y fui con ella, madre se despido de ella por la ventana y nos dejó ahí. La música ya estaba sonando, una banda sonora que rápidamente Monse identificó y se alegró al escuchar »Que buen gusto tienen los novios« comentó, yo sólo le di la razón. Le extendí mi mano para que la tomará, la miró, me miró, y la tomó, camine con ella hacia el evento, cruzamos un arco de flores amarillas, las mesas para los invitados estaban distribuidas en todo el jardín de enfrente, en medio un espacio que supuse sería la pista de baile, nos sentamos en una mesa cerca de esa área, un mesero se nos acercó y nos dejó un plato con galletas y una crema de chipotle, nos ofreció algo de beber y nosotros asentimos, en eso vi algo bastante peculiar, cerca de la mesa de pastel, mire a Erick vistiendo un vestido rojo, comencé a reírme a carcajadas, Monse me miraba extrañada, me levanté y la invite a que me siguiera, camine hacia Erick quién le daba unas instrucciones a un mesero, al verme no dudo en acercarse a mí.

—Mi amigo Yael, pero si has venido, y con una compañía bastante bonita— me dijo dándome un apretón de manos.

—Sí, ella es Monse, Nailea no pudo venir así que la invite—

—No hay problema, un placer Monse— Monse sólo hizo una reverencia con la cabeza.

— ¿Por qué usas vestido?— pregunto ella.

—Esperaba que lo preguntaran, mi amada y yo hemos decidido combinar nuestros géneros, en la boda civil yo sería la novia y ella el novio, cuando nos casemos por la iglesia será todo normal— Monse no entendía el porque hacían tal locura, me reí, me acerqué al oído de Monse y le expliqué la situación, ella sólo se tapó la boca en señal de asombro.

— ¿Y por qué el color rojo del vestido?— pregunté.

—Referencia a una de sus películas favoritas— me le quede observando, entendió que no sabía cuál era esa película— Yo antes de Ti— concluyó.

En ese momento Karina lo tomo por atrás y le beso el cuello, el gimió y se dio la media vuelta, entonces comenzaron a besarse como si fuera la última vez.