—Oh, eres ese chico.— dijo con una actitud altanera. Jungkook endureció sus facciones, no iba a mostrarse débil con ese...
—Buen día.— trató de pasar de largo hacia la sala de juntas, pero un brazo en su abdomen lo detuvo, sus dientes chocaron entre sí.—¿Qué se le ofrece? Tengo algo de prisa.—el hombre frente a él sonrió de lado y eso sólo logró que su sangre hirviera más.
—No sé, presiento que tú traes algo con el ejecutivo Kim, ¿no? La forma en la que te trató y todo eso.—se incorporó cruzando los brazos.—Sólo te quiero advertir que no te ilusiones mucho con él, podrías salir lastimado.— las facciones del azabache permanecían duras, aunque su ceño se frunció al escuchar lo antes dicho.
—¿Ilusionar? Le pido con todo el respeto del mundo que...
—Un simple pañuelo de lágrimas.— el menor frunció el ceño.
—No entiendo absolutamente nada de lo que...
El mayor rió sin gracia.—Vamos, ¿Acaso crees que Taehyung "te ama"? Lo más seguro es que te usó como dije antes, como un pañuelo de lágrimas.— Jungkook permanecía en silencio.—¿Sabes? Me siento algo orgulloso de alguna manera que hayas tenido que consolar a Taehyung por causa mía. Ahora sólo me interesa volverlo a tener, una persona totalmente sumisa a todos tus pedidos no la consigues en cualquier lado.— Jungkook sentía como sus nudillos se apretaban en demasía, hasta pensó que estaba haciéndose daño.
Él era una persona bastante sensible, y sí que lo era. Trataba de ser fuerte casi siempre pero a veces simplemente no podía, las palabras de aquel desagradable hombre para él le habían afectado. Ahora sinceramente quería pensar un poco, alejarse de alguna manera, odiaba ser tan débil. ¿Así quería proteger a Taehyung?
Empujó al hombre delante suyo y siguió su camino hasta su principal destino.
Y el mayor se quedó viendo como la figura del azabache se alejaba cada vez más, con paso algo furioso, pudo ver la tristeza en sus ojos. Bien, algo estaba logrando, aunque todavía no estaba satisfecho.
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Jungkook siempre ha sido el tipo de persona que le cuesta en demasía confiar en sí mismo. Su alma era muy pura y su corazón muy cálido, así que siempre temía que lo lastimasen, temía que las cosas que él construía se destruyeran cuando había puesto su empeño. Era muy sensible, pero lo era más si se trataba de Taehyung. Él lo encendió por completo, cada cosa relacionada con él se convertía en prioridad inmediatamente, y ahora que ese corazón tan malo tuvo la desdicha de afectar su pensamiento, sólo quería llorar. Su corazón y mente no sabía lidiar con la información recibida, él sabía de alguna manera que no era cierto pero su mente lo hacía dudar.
Taehyung esperaba con algo de incertidumbre al menor, ¿Por qué estaba tardando tanto? Él sólo quería salir ya y pasar un hermoso rato con su niño, le encantaba como lo mimaba y le encantaban sus palabras cálidas y sanadoras. Su corazón sintió una opresión cuando vio al menor entrar con cabeza gacha a dejar su bolso en su escritorio, y darle una reverencia mientras susurraba un apenas audible "Perdón, Hyung."
Reaccionó rápidamente parándose de allí, con la intención de seguirlo. Aún así una figura alta se mostró frente a él, una punzada se instaló en su cabeza cuando alineó los hechos.
—¿Qué rayos le has dicho?—sólo pudo juntar sus dientes con molestia al escuchar esa estúpida risa sarcástica.
Quería vomitar.
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el próximo capítulo es resoft, preparen sus corazones, ahr.
