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—¿Cuál llevará, señor?— Taehyung se sintió viejo y gravemente ofendido por aquella joven que trabajaba en la tienda dónde quería comprar galletas.
—Quiero las de chispitas de chocolate, y soy bastante joven aún, señorita.—Dijo sacando un billete de su bolso y entregándolo a la cajera.
Salió de aquel establecimiento con dos galletas en su boca sin poder tragar del todo bien. Estaba un poco preocupado, Jungkook le pidió permiso a él y a Hoseok para salir más temprano de la empresa. Tenía una junta justo después de aquello, y no tuvo tiempo para preguntarle al menor qué sucedía y la razón de su gesto de preocupación.
Se sentía un mal novio, sinceramente. ¿Le habrá pasado algo a él?, ¿A su mamá?
Llamó alrededor de tres veces, y en todas se mandaba a buzón de voz. Los nervios empezaron a carcomerle entero.
Jungkook siempre contestaba el teléfono. Siempre lo hacía, y más si era él. ¿Habrá pasado algo grave?
Volvió a marcar.
Nada.
Arrancó el automóvil y tomó camino a la casa del menor. Sus dedos se movían insistentes en el volante al encontrarse en el tráfico de la tarde. Su labio era apresado por su diente, y con su otra mano intentaba marcar de nuevo al número del azabache.
Otra vez, nada.
Vio a lo lejos la casa del menor, la puerta estaba abierta.
¿Qué?
Estacionó justo en frente. Un frío le recorrió el cuerpo, y avanzó hacia allí lo más rápido que pudo.
Con algo de inseguridad, entró a la casa. Un aroma a alcohol inundó sus fosas nasales. Vio que un par de botellas estaban regadas por el piso, los pedazos de vidrio roto alrededor del líquido derramado.
—¿Jungkook...?— Saltó en su lugar, al oír el grave estornudo de alguien. Sus ojos se fueron hasta un hombre en el sillón de la sala. Llevaba una camisa holgada y unos pantalones viejos.
—¿Quién eres tú y qué haces aquí?— Soltó con rudeza, las delgadas piernas de Taehyung flaquearon.
—Y-yo... ¿Dónde está Jungkook?, ¿Y dónde está su madre, Yang Mi?— El hombre soltó una risa seca.
—Hablas de las personas que me abandonaron... Las personas que más amo.— Se veía claramente por sus ojos rojos, y por aquella perdida mirada que se encontraba en altos grados de ebriedad.
Tenía un aura de nostalgia en sus ojos cubiertos por colores rojizos. Sabía que no podía confiar en él, y ahora su prioridad era saber dónde estaba Yang Mi y Jungkook, y si se encontraban bien.
Entre citas y demás conversaciones, Jungkook le había contado de su padre, el porqué de seguir viviendo con su madre y cómo aquel hombre tenía ciertos problemas en ámbitos como son los vicios.
—¿Puede... Puede decirme dónde están? Por favor.— Taehyung intentó una vez más.
—¿Hospital? Tal vez.—Sus dientes chocaban entre sí al hablar, y Taehyung temió por un momento que se levantase al ver cómo se removía en su lugar ¿Qué? Taehyung no sabía, ni tenía claro absolutamente nada, sólo estaba consciente del estruendoso temor que se instalaba desde sus entrañas hasta dar señales por todo su cuerpo. ¿Y si algo le había pasado a la señora Yang Mi?, ¿Por qué Jungkook se fue así de la nada?, ¿Cuánto tiempo llevaría aquel señor allí?
Se sentía mal, debió poner más preocupación a aquel gesto de preocupación en la cara de su Jungkookie al salir de la empresa.
Ah, ¿Qué mierda iba a hacer?
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my secretary jeon ⊹ ⎙ tk
Фэнтези❝ una oficina con olor a café, un ejecutivo cansado y un secretario enamorado. ❞ fluff ・ ゚: * taekook - kooktae.