Que Stella estuviese tan insistente de algún tema con Luke era algo por lo cual preocuparse. Ellos no llevarían más de un mes de amistad, pero era suficiente tiempo como para notar e identificar la manera de ser de cada uno.
Y Luke estaba seguro de que algo raro estaba pasando. Cuando sonó el timbre y él abrió la puerta, lo primero que hizo fue hacer pasar a la castaña y ofrecerle algo de beber. Aunque hubiese preferido saltarse todo ese procedimiento y preguntarle cuál era el tema tan importante del que debían hablar.
Stella se veía preocupada y nerviosa; el rubio lo supo por su actitud corporal. Su pie derecho moviéndose frenéticamente y ella haciendo sonar los huesos de sus dedos.
—Y... ¿qué es aquello tan importante que quieres decirme?— Preguntó por fin el chico de ojos azules. La castaña miró al suelo y se mordió el labio.
—No sé como decirlo sin que suene extraño... — Empezó ella, mientras buscaba las palabras correctas con las cuales informar sus sospechas. Tomó aire y decidió decir las cosas como fuesen llegando a su cabeza. — Verás, mi mamá me dijo que tú se le hacías muy conocido. Que había estado intentando recordar de dónde se le hacías tan familiar, y que... bueno, que cree que eras mi vecino de hace unos años. — Stella, que había estado viendo la pared detrás de Luke, movió sus ojos, para así hacer contacto visual con éste. — Pero no es todo. Ese vecino, según mi mamá, jugaba conmigo muy a menudo en una casa del árbol que tengo en mi jardín. Y que, una tarde, ambos estábamos pasando el tiempo ahí, y este vecino, se cayó y se rompió el cuello. Al parecer había muerto, pero nunca supimos, ya que su familia se lo llevó inmediatamente al hospital y luego se mudaron.
—¿Intentas decir que yo era tu vecino, que probablemente murió, hace diez años?— Preguntó Luke, después de quedarse en silencio unos segundos que a Stella se le hicieron eternos.
—Ehm, no. Básicamente te estoy preguntando si vivías aquí hace unos años y si luego te mudaste. No creo que fueras mi vecino, digo, alguno de los dos se recordaría, pero...
— Yo nunca viví en la zona en la que tu estás ahora. Estoy seguro, a pesar de que suelo mudarme a menudo. Tienes razón, alguno de los dos lo recordaría...—El rubio empezó a pasear su vista por distintos puntos de la habitación, evitando por completo el contacto visual con la castaña. — Y yo nunca me caí de un árbol. —Agregó al final, pasando una de sus manos por su nuca.
—Oh, vale. Yo... lamento si te preocupé. Es que, mi mamá... sabes cómo son. Siempre preocupándose por todo y sacando conclusiones apresuradas.— Comentó la castaña, intentando romper la tensión que se había creado.
—No, no lo sabía. Mi madre me abandonó cuando cumplí ocho. — Soltó Luke de golpe y Stella abrió la boca por la sorpresa, dándose cuenta de su error.
—Uhm. Lo siento, yo no sabía eso. De verdad, no lo sospeché, y como nunca habías hablado del tem- — Luke la interrumpió.
—No importa.— Dijo rápido, desesperado por cambiar de tema; a pesar de que él mismo lo había introducido en la conversación. Stella asintió con la cabeza.
—Bueno, eso era todo. Volveré a mi casa. Nos vemos luego, Luke.— Se despidió ella. Luke regresó su sonrisa a su cara y la abrazó a forma de despedida.
—Adiós. Y si sabes más de ese vecino tuyo, cuéntame. Me dejaste con la intriga. — Rió al final de su comentario. Para ese momento, Stella ya estaba fuera de la casa, en el umbral de la puerta, y Luke justo en frente de ella. A lo lejos un auto se encendió, haciendo ruido. Luke volteó a ver de donde venía el sonido, y ella lo vio.
De nuevo vio la cicatriz en su frente. No estaba loca, no habían sido alucinaciones suyas el día de su cumpleaños. Efectivamente, Luke tenía una marca irregular de algunos centímetros.
—¿Cómo te hiciste esa cicatriz?— Preguntó ella, sin detenerse a pensar. Luke volteó la mirada y entreabrió los labios. Instintivamente, llevó sus dedos a su sien y acarició la cicatriz de arriba a abajo.
—N-no es nada. — Replicó él, con evidente miedo en su voz. —Me lo hice cuando era pequeño.
—Per- —Por segunda vez en la tarde, Luke interrumpió a la castaña.
—¡Mira! Está anocheciendo. Te llevaría a tu casa, pero tengo cosas que hacer. Nos vemos en estos días— Sin darle tiempo a Stella para que le diera una respuesta, el rubio le cerró la puerta en la cara a la chica. Ella miró al horizonte.
Aún no estaba anocheciendo.
(...)
Horas más tarde, cuando la noche ya había caído y la cena en la casa de Stella ya se había llevado a cabo, la chica escuchaba música en su habitación.
Asleep, de The Smiths, sonaba en su reproductor de música. Ella tenía miles de discos, una colección envidiable, que iba desde música electrónica hasta baladas que escuchaba su madre en sus tiempos de adolescencia.
La única luz que alumbraba la estancia era la de la mesa de luz de la chica. Ella no estaba pensando en nada. Sólo respiraba. Su pecho subía y bajaba a la velocidad de las inspiraciones y expiraciones, llenando sus pulmones de oxígeno nuevo y limpio.
Cuando la canción se acabó y una más movida tomó su lugar, Stella se levantó de su cama y caminó hasta la ventana. Desde ahí, podía ver perfectamente la casa del árbol, débilmente alumbrada por las luces del jardín.
Dentro de esa estructura de madera se escondían valiosos recuerdos; pero ninguno de ellos sobre una posible muerte.
Lule había actuado muy extraño esa tarde. Como si estuviese esperando a que Stella se fuese, como si no la quisiera ahí. Y luego, con su cicatriz, prácticamente la ignoró y la echó de su casa.
Él estaba escondiendo algo; algo que no quería que ella supiera.
n/a: ¡lamento la tardanza! mierda, tardé en actualizar más de lo que creía, y lo siento muchísimo. no puedo conectarme a la computadora (estoy desde la tablet), por lo tanto no sé cuantas palabras llevo ni si tengo algún error ortográfico. tampoco puedo poner dedicaciones, pero de todas maneras la escribiré aquí y cuando pueda lo dedico "formalmente". bue, ¡treehouse llegó a los 1,000 votos! es una locura, muchas gracias. voten y comenten ♡
dedicado a HeyMyIrishMan :)
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treehouse ; lrh
Fanfiction¿no estás muy grande para tener una casa del árbol? posiciones más altas; #43 fanfic, #06 cuento