Estaba sola, caminado en algún sitio desconocido. Mientras andaba buscando una salida me fijé en aquellas cuatro paredes que parecían estar asfixiándome. Eran altas y anchas, no eran pintadas sino que estaban cubiertas por un papel de color gris perla, tenían algunos diseños simples aquí y allá, pero la mayoría habían sido borrados por el paso del tiempo y la humedad. Di varias vueltas por aquél sitio mas no obtuve conclusión alguna aparte de la más obvia, estaba encerrada. Vislumbré en una pared un trozo de papel que se desencolaba y decidí acercarme a ello con cautela, ya que algo dentro de mí me pedía a gritos que no lo hiciese. Sin embargo en un abrir y cerrar de ojos yo ya tenía la mano posada en la pared y estiraba de aquél papel como si me fuese la vida en ello. Un pequeño trozo se despegó rápido, me disponía a seguir rasgando cuando de pronto desperté en mi cama, sudada y un poco asustada.
—Hey, buenos días…—Mi marido me había despertado y me miraba ahora un poco confuso.
Esos ‘Buenos días’ eran las primeras palabras que Ron me dirigía desde la tarde anterior, después de la corta pero intensa discusión en la cocina.
—Buen día—respondí.
Me incorporé en la cama y abrí los ojos, todavía un poco aturdida por el reciente sueño. Era una buena mañana para hacer las paces con alguien que quieres, por la ventana podía ver un excelente cielo azul despejado de nubes y entraba una agradable brisa de esas que te hacen sentir mejor aunque no sabes muy bien el por qué.
—¿Quieres hablar sobre lo de ayer?—pregunté mirándole a los ojos con ternura—Hablar, que no discutir—añadí al ver que se estaba pensando mi propuesta.
—Bueno, si no hay que discutir…De acuerdo.
Me despegué de las sabanas, me arrastré hasta el centro de la cama y crucé las piernas, intenté mostrar mi mejor sonrisa, sabiendo que así Ron se sentiría más cómodo. Él cogió su cojín azul y se sentó delante de mí, le miré a los ojos y estando tan cerca no pudo evitar curvar sus labios en una sonrisa, cosa que como era de esperar le ruborizó.
Pensé un instante en lo que quería decirle, realmente no lo tenía claro al ciento por ciento, no tenía un borrador o un discurso escrito en mi mente preparado para recitar. Respiré hondo, algo que hago cuando necesito alejar los pensamientos que me invaden para poder pensar con claridad.
—Bueno, para empezar…Sé que te molesta que quiera entrar en los mortífagos, igual que sé que te molesta que tu hermana forme parte de ellos, pero Ron, cariño. ¿Realmente tenemos otra opción? ¿Es preferible dejar arriesgar la vida de Ginny si puedo ayudarla? No, claro que no. Porque tú sabes muy bien lo que significa perder a un hermano y sé, que si algo le pasara a la pelirroja y yo hubiese podido evitarlo, no me lo perdonarías. No pongas esa cara, es algo normal, yo tampoco me lo perdonaría—Volví a respirar hondo y me calmé, las palabras empezaron a salir más lentas—Así que por favor, no te enfades conmigo. ¿Vale?
—Está bien—dijo poniendo los ojos en blanco—Me has dado un bonito discurso, mucho mejor que los de mi jefe. Por cierto, ¿Te lo sabías de memoria? Sé muy bien que eres capaz de aprendértelos.
—No puedo creer que me digas eso—respondí entre risas que parecían más bien tontas que otra cosa—¿De verdad, Ron? ¿Crees que tu mujer memoriza todo para decírtelo luego? No tengo nada mejor que hacer—dije con ironía.
El pelirrojo rió también, la situación se asemejaba un poco a una serie de televisión, cuando dos personajes empiezan a reír de una manera que debería estar prohibida por ser tan exagerada. Tras aquella pausa volvimos a la realidad, Ronald apartó su cojín y me hizo una señal para que me sentara sobre su regazo.
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¿Weasley o Malfoy? (2014)
Fanfiction¿Alguna vez te has parado a pensar que pasaría si tu vida no fuese tu vida? Me explico;Imagina por un instante que al acabar tus siete años de estudios obligatorios en Hogwarts te has casado con el gran amor de tu vida,¿maravilloso, verdad? Aunque,¿...