Tras la larga boda de ayer nos esperaban varias horas recogiendo el desorden. Mi reloj apenas marcaba las diez cuando me desvelé por completo y no pude volver a dormir, algo que me sucedía a menudo. Como sabía de sobras que conciliar de nuevo el sueño no funcionaría, decidí bajar a la cocina a por un vaso de agua. Puse los pies en el frío suelo y salí de la habitación intentando hacer el mínimo ruido posible, entorné la puerta y desaparecí descalza dirección al pasillo. La casa, que a veces parecía un hotel de tan llena que estaba, se sumía ahora en un profundo silencio y desprendía paz a borbotones. La tranquilidad que allí se respiraba me hizo bajar las escaleras lentamente, pasando con suavidad la mano por la barandilla que pronto habría que limpiar. Pero toda aquella paz se esfumó en cuanto pisé la cocina. En una de las sillas de madera se encontraba el rubio, quise creer que el destino había acordado aquel encuentro, ya que últimamente le veía más que a Harry, por ejemplo.
—Hola—dije casi en un susurro, para que advirtiese mi presencia.
El hombre se giró bruscamente y con rapidez, un poco sobresaltado. Al parecer no esperaba que nadie estuviese despierto a estas horas después de lo que se alargó la boda. Me acerqué para poder sentarme en una de las sillas próximas a él. Cuando pude ver su rostro, con unas ojeras que parecían no tener final, presentí que no había pasado una buena noche.
—¿No vas a hablarme? —pregunté—Ayer me acosabas y hoy no me das ni los buenos días. Dime, ¿Qué te pasa, Draco?
—Yo no—dijo antes de que un bostezo le interrumpiese—Yo no te acoso, Sophie. Y buenos días.
—¿Qué te pasa? —repetí alzando una ceja.
Se llevó las manos a la cara y delicadamente se fregó los ojos con los nudillos, se veía terriblemente cansado.
—¿Café? —dije, y sin esperar respuesta me levanté a por dos tazas y el tarro de azúcar— Ten, para ti.
Tras ponerle algunas cucharadas de azúcar, Draco rodeó la caliente taza con las manos, luego le dio un sorbo y añadió:
—No me mires como si acabase de volver de una guerra, reconozco tu mirada de compasión. Solo he pasado una mala noche, eso es todo.
—¿A qué se debe?
—Nada importante—contestó sacudiendo la cabeza y haciendo aspavientos con las manos—Ya me conoces…A veces me pongo a pensar en el momento menos adecuado y... en fin, cuando eso ocurre no puedo pegar ojo.
Asentí, realmente le conocía bien, ya que sabía de sobras que lo que decía era cierto, además, si hubiese sido mentira, hubiese arrugado la nariz, era una de las otras tantas cosas que recordaba de Draco.
Iba a preguntarle sobre que había estado pensando toda la noche, pero algo dentro de mí presintió que no era una muy buena idea, así que permanecí callada, observando disimuladamente como se bebía el café a pequeños sorbos.
—¿Me odias? —preguntó rompiendo el silencio.
—¿Qué si te odio?—dije perpleja. Intenté encontrar sus ojos, mas su mirada perdida se dirigía hacia la ventana, más allá del verde césped— No, claro que no. ¿Por qué iba a hacerlo?
—El uno de septiembre, el día en que viniste a la estación y me gritaste, parecías realmente enfadada.
—Lo estaba—admití—Pensé que tú habías escrito esa horrible carta… ¿Pero qué importa? Cuando terminen las vacaciones y tengamos que volver a llevar a nuestros hijos a la estación, hará un año de ese día, así que no recuerdes eso.
—Han pasado tantas cosas en un año…
—¿Qué pasa, nos hemos levantado nostálgicos, Draco? —dije sin poder evitar una ligera risa— Y nunca te he odiado, por si te interesa mucho saberlo, no podría.
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¿Weasley o Malfoy? (2014)
Fanfiction¿Alguna vez te has parado a pensar que pasaría si tu vida no fuese tu vida? Me explico;Imagina por un instante que al acabar tus siete años de estudios obligatorios en Hogwarts te has casado con el gran amor de tu vida,¿maravilloso, verdad? Aunque,¿...