15. Madame...

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El calor comenzaba a notarse, llevaban caminando más de tres horas. Hacía rato habían notado que el portal no se había abierto para regresarlos a su tiempo.

La cabeza del rubio no podía estar más confundida, ¿acababa de ver a su tatarara abuelo? Era algo difícil de asimilar.

Mientras el rubio avanzaba a paso rápido y con la cabeza en otro lado, la joven Granger se encontraba un poco más atrás de este y sin embargo concentrada en los acontecimientos.

La castaña no pasó por alto que el portal no se había vuelto a abrir, y desde hace como dos horas había sentido la sensación de que alguien los vigilaba, estaba atenta a cualquier señal de movimiento.

-Malfoy, detente- pidió la castaña haciendo que el rubio por poco caiga de bruces- ¿Dónde estamos?

Habían llegado a un pueblo, de eso estaban seguros, pero eso no era lo que les preocupaba y mucho menos era una razón para sentirse aliviados. Lo que era escalofriante era que, estaba todo teñido de sangre, las plazas centrales estaban tapizadas de cuerpos de magos con una varita en mano o pocos metros de él. No parecía haber nadie en las casas, en las calles había cuerpos de hombres, seguramente soldados de aquel pueblo, mujeres y hasta niños.

-Esto fue una masacre- dijo la castaña impresionada                                                       

-Creo saber dónde estamos- dijo el rubio, ganándose una mirada expectante de la bruja- Estamos en el pueblo de Coultown...

-¿te refieres el que...?- no pudo terminar, era demasiado.

-Debemos encontrar a Madame Liuwhy-  completo el rubio.

Ambos magos con la cabeza en alto y con las varitas en posición de ataque se adentraron en aquel pueblo desierto.

Lo cierto es, que ninguno sabía que esperar. Aquel pequeño pueblo había sido destruido justamente en el episodio de guerra que estaba reviviendo, lo cual no era una sorpresa. Pero si se habían topado con el significaba que algo que paso ahí, alguien que vivió ahí va hacer necesario su apellido en el futuro.

El pueblo de Coultown era un pueblo minero, y fabrican las joyas más extravagantes para las familias influyentes y la realeza. Era el pueblo donde habitaba la familia de la gran bruja Madame Liuwhy, una bruja que dentro de poco, moriría guardando un secreto, un secreto que ellos necesitaban.

El sonido del viento y el del bosque en los alrededores no era de mucha ayuda para aplacar los nervios de Hermione, las ventanas de las casas hacia un ruido digno de películas muggles de terror al abrir y cerrarse por el viento.

Había comenzado a nevar, y los cuerpos estaban siendo cubiertos por una pequeña capa de nieve.

Una luz en el horizonte llamó su atención, intercambiaron una mirada de cautela, armados se aproximaron aquella cabaña que contrabajo podía mantenerse en pie. La puerta emitió un chirrido al abrirse.

-¿Hola?- Draco tomo el frente

-¿Madame...?- Hermione no pudo terminar, la puerta se cerró tras  ella de golpe haciéndola saltar.

La luz que iluminaba se apagó y segundos después se volvió a encender en el otro extremo de la habitación.

-Váyanse, no puedo ayudarlos- aulló una voz rasposa desde lo más lejos de la habitación

- Necesitamos que nos diga...- Draco se acercaba mientras Hermione explicaba o trataba de hacerlo

-Solo los elegidos pueden saber...- contesto de nuevo la voz de la mujer. La luz se volvió apagar y nuevamente a encender a lado de Hermione.

-¡ah!- un grito escapo de su garganta haciendo que su varita callera.

Delante de ella, se proyectaba la sombra de una mujer. Poco a poco la claridad fue abriéndose paso en la habitación. Delante de ella se encontraba una mujer no muy alta, su ropa estaba hecha jirones, su piel estaba mugrosa.

-Váyanse...- su voz era rasposa, hacía temblar. Era como una serpiente

Hermione comenzó a retroceder hacia la puerta pero la voz de Draco se lo impido.

-No.- su voz derramaba autoridad y la mujer lo encaró.

- Solo los elegidos lo pueden saber...-  una sonrisa maliciosa asomo en sus labios curtidos- y querido, lamento decirte que ellos, todavía no han nacido.

-¿Qué?- Draco no comprendía ¿McGonagall los había mandado por nada?

-¿Cómo puede usted saber eso? ¿Cómo sabe que los elegidos aún no han nacido?- Hermione estaba temblando, las piezas de un rompecabezas comenzaban a encajar.

-Porque ustedes vienen de otra época, y aquí, no han nacido...- dijo la voz de la mujer, y volviendo a dejar en oscuro, apareció después de un tiempo más prolongado justo al lado de Draco.

-¿usted quiere decir que...?- trato de adivinar la castaña

-¿los elegidos son de nuestra época? ¿Estudian con nosotros?- completo Draco

La vieja bruja negó con la cabeza

-creo que no estoy siendo claro- observó la bruja en voz alta

-¡oh  vaya que sorpresa!- ironizó Hermione sin poder contenerse

-Granger...- la regaño Malfoy

-Lo que trato de decirles es que solo un Malfoy...- miró a Draco- puede derrotar a la oscuridad que está por avecinarse a su época

-¿pero...? ¿Solo yo?- dijo Draco aún más perdió que antes.

La bruja volvió a negar con la cabeza

-       Solo un Malfoy Y una Granger pueden contra esto- concluyo, la bruja al fin.

El mito del mundo magicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora