El mito del mundo magico

12. Los inicios

La magia es tan impredecible como las acciones de los seres humanos.

La maldición de los Granger hacia el amor, se vuelve cada vez más un desafío, ¿podrá la oscuridad desafiar al amor? Tal vez suene como el típico cliché humano acerca de la chica buena y el chico malo, acerca del bien y el mal, o del odio al amor.

Pero la vida es tan impredecible que todo lo impredecible se vuelve predecible.

Cuando la creación del mundo mágico estuvo a cargo de cuatro familias, ¿Qué esperaban estas que pasara? La sola mención de los muggles en la comunidad mágica causaba burla y estragos en la sociedad.

Cuando en la sociedad mágica nace un hijo de muggles, ¿a qué se deberá? A un gen de magia que está en familia, ¿desde hace cuántas generación se puede guardar el gen?

Les contare un secreto...

¿Se han preguntado el por qué los padres de la elegida se hacen pasar por muggles?

La respuesta es... para romper el odio hacia ellos de la sangre pura.

Regresemos a La creación, a la época donde apenas habíamos empezado hacer creados, a donde la comunidad mágica no era nada más que una provincia

"de las cenizas de lo que antes era un pueblo muggle, partió un nuevo mundo... los creadores con ardo esfuerzo para lograr recuperar lo que alguna vez fue. Aunque a partir de que todo estuvo listo, la separación llego, aunque seguían viviendo en un sitio en común los prospectos para lo que sería en un futuro cambiaron, las ideas diferían entre sí.

Dos de las familias al norte fueron, las restantes concibieron... un secreto.

La maldición ya estaba sintiéndose entre la familia condenada, asustada de lo que fuera a pasar... a una persona contactaron.

El secreto jamás contado... hasta ahora"

"la persona secreta, la persona de confianza... un Magnifico, un integrante del clan del fuego.

El secreto de que en el momento que parecía jamás llegar, él los salvaría.

El sería el encargado de ayudar a los jóvenes guerreros, dos clanes unidos, aliados de corazón, de sangre Esperanza, y de fe unión.

Cuando la profecía se hizo, y empezó a cumplir, el mal también comenzó a despertar"...

-Jean- una voz masculina llamaba a la joven- la profecía está hecha.

La joven que descansaba sobre un pedestal de cristal, se tensó. Abrió con suma lentitud sus ojos pardos.

-El mal jamás triunfará, aunque haya una tormenta de adversidad- la mujer fue callada por un látigo dorado que se estrelló contra el pedestal haciendo temblar a la joven- matadme si quieres, pero jamás te diré quiénes son los portadores.

- Solo te digo- dijo el hombre dejando notar lo enojado que estaba- cuando se encuentre a los amantes condenados, no importa si estas viva o muerta, tu mayor miedo será cumplido, encontraré a tu familia y la haré pagar por tu silencio.

Apenas el hombre salió de la habitación, la joven volvió a cerrar los ojos tratando de imaginar la situación.

Jean, la que en un futuro lejano sería la bisabuela de Christine, estaba sufriendo por la misma razón por la que su familia lo haría.

Tal vez no eran los únicos involucrados pero si los únicos que lo sabían.

Podían pasar años  en cautiverio pero nadie notaría su falta, era como si de momento a otro, ella fuera borrada de la memoria de todos y... del mapa.

-oye, oye ¡tú!- un murmullo apenas perceptible comenzaba a escucharse por la extremadamente silenciosa estancia- no te muevas.

Una piel escamosa comenzó a subir y enredarse en la piel de porcelana de la chica de los ojos pardos, esta ahogó un grito.

Las cadenas que ataban al pedestal a la joven comenzaron a brillar y pronto a desaparecer, una sombra se podía apreciar desde la poca iluminación y la oscuridad del ambiente.

Una mano le tapó la boca y un tirón en el ombligo la hizo sobresaltarse, pero nunca haciendo ruido.

-¿Quién eres tú- la joven trató de ocultar el miedo en su voz

-tu salvador- dijo una voz sumamente masculina- pero puedes llamarme Andrew Jacobs, hijo del clan de Merlín.

La voz segura de este hombre, hizo dudar a la joven.

-¿mi salvador?- el joven asintió

- fui mandado desde las montañas silvestres para rescatarte, mi clan, y su fundador saben de la profecía que ha devastado a tu familia, y desde que nací mi deber fue protegerte y mi clan siempre dijo que uno de nosotros protegería a cada miembro de tu familia hasta el final de los finales, hasta el nuevo mundo, hasta la nueva era, hasta el final de la profecía.

El corazón de la joven latía desbocadamente, al parecer ya no se iba a encontrar sola nunca más en este mundo, tendría alguien que la ayudaría a mantener a su familia, una sonrisa se dibujó en su blanco rostro y la mano del encapuchado tomo con delicadeza la suya, creando un vínculo inmediato... o algo más.