La llegada

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Un pelinegro se encontraba a lado de un chico de cabellos plateados que estaba de mal humor acorralado en un solo lugar como un gato temeroso de mojarse con la lluvia sus manos se encontraban dentro de los bolsillos de su pantalón, no lo soportaba más estaba harto y lo peor era que no podía controlarse más hasta que...

-Achu -estornudo el pelinegro- espero no refriarme con esta lluvia.

-No me interesa -dijo mirando a otro lado la tormenta- porque de todas las personas tuve que quedar atrapado en esta estúpida lluvia contigo -se quejó.

-bueno íbamos a casa de Tsuna y ambos nos topamos por coincidencia -sonrió divertido ante la situación.

-¡No fue coincidencia tú me seguiste hasta aquí! -grito enfadado.-¡yo soy la mano derecha del Judaime por eso voy a su casa!

-y yo su izquierda tengo el mismo derecho -sonrió ante ver el cambio de humor de la tormenta.

-¡Que.........Achu! -estornudo antes de terminar su frase para cruzarse de brazos ya que sentía algo de frio por su ropa húmeda- maldita sea me resfriare.

-tranquilo yo te cubro -sonrió mirando el actuar tembloroso del contrario que se encogía para buscar calor mientras él se quitaba su chamarra color azul.

-¡que estupideces dices! -grito, pero la lluvia cubrió toda la cabeza del de ojos jade- ¿Qué?

-listo ahora sentirás menos frio y te mojaras menos para cuando lleguemos a mi casa.

-¡si me vas a cubrir hazlo bien friki del beisbol idiota! -grito exaltado con un pequeño sonrojo en su rostro por sentir el aroma del guardián de la lluvia en aquella prenda.

-vamos -tomo la muñeca de la tormenta para salir corriendo en aquella lluvia repentina llena de algunos relámpagos y rayos en el cielo nublado.

-¡espera por lo menos suéltame idiota! -grito siguiendo el paso de Yamamoto, pero hasta ahora se había dado cuenta que aquel chico era veloz y algo atractivo tenía una buena condición física y siempre sonreía algo que a él le faltaba era ser amigable con todos como lo hacía su Judaime y ese friki, repentinamente se detuvo haciendo que el azabache se detuviera.

-¿eh Gokudera que pasa? -hablo fijando su vista en aquel chico que ocultaba su mirada aprovechando que la prenda de él tapaba un poco de su rostro.

-Tcks me largo a mi casa -hablo tirando de su muñeca para soltarse del agarre del contrario.

-Espera -hablo al romperse el agarre que tenía en la tormenta de ojos verdes.

-no te atrevas a sonreír así de idiota y estúpidamente como siempre lo haces lo detesto.

-¿eh? -estaba confundido.

-¡Maldita sea sabes cuánto odio tu maldita sonrisa despreocupada que le das a todos siempre como si dijera que todo está bien y para el colmo siempre eres irritablemente amable odio todo eso por eso aborrezco tu compañía la odio no quiero que te acerques a mi idiota jamás! -grito a los cuatro vientos aprovechando que había poca gente y la que lo escucho gritar salieron corriendo el tiro la prenda que tenía en la cabeza al suelo en medio de la lluvia sus ojos jade se volvieron estrictos y con odio.

-Ya veo -hablo Yamamoto mirando al suelo su prenda con una voz monótona- lo siento por lo que voy a hacer -hablo mientras cogía la prenda que la tormenta había tirado al suelo.

-¿Qué dijiste?

-eso que me perdones por lo que hare.

Su semblante era serio y estaba decidido cogió la prenda la enrollo y comenzó a atacar a Hayato que se había Encontrado desprevenido ante los repentinos ataques, activo su mecanismo C.A.i para protegerse no entendía la reacción de la lluvia que lo llevara a atacarlo.

La pequeña VongolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora