El infierno en Vongola

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Toda la mansión estaba en silencio el único lugar que estaba destruido era la sala de espera de la enfermería donde un Hitman no podía calmarse se movía de un lugar a otro siendo perseguido con la mirada por su alumno es que dinos como podía estar calmado sabiendo que su esposo e hijo estaban en peligro como, apenas se veía las mangas de su traje llenas de sangre su furia y preocupación crecían no podía contenerse si el doctor no se presentaba en un segundo entraría por la fuerza mandando a volar a todo aquel que se metiera en su camino incluyendo al castaño pero como si la suerte estuviera de parte del doctor este se acerco a ellos y los miro por un segundo para bajar la mirada.

-Decimo -hablo llegando frente a ellos los cuales se pusieron de pie.

- ¿Doctor cómo están? -se atrevió a preguntar el castaño antes de que el hitman cometiera homicidio ahí mismo manteniéndolo a raya detrás de él.

-No es fácil decirles esto pero -temió por su vida sí que temía no lo negaría era horrible estar al borde de tu vida pero como doctor tenia que decir la verdad por más dura que fuera.

-¡¡¡Hable maldita sea o le lleno de plomo su estúpida cabeza!!!

-Lo siento no se pudo hacer nada con el bebe -se disculpo el doctor dejando asustados y tristes a muchos pero esa respuesta no le gusto a un hitman y de la nada el pobre doctor estaba siendo agarrado con fuerza del cuello de la camisa y su cabeza era pegada contra la pared alzándolo en el aire.

- ¡¿Qué quiere decir con eso?! -grito el hitman desesperado amenazando al doctor con su pistola que permanecía pegada a la mejilla del doctor con fuerza.

-señor disculpe pero era un aborto -rogaba por su vida en serio que lo hacía y su única salvación de salir vivo de aquel agarre era el cielo.

- ¡muérete!! -iba a disparar sí que lo haría.

-¡Reborn suéltalo! -ordeno el castaño intentando separar a ambos antes de que hubiera sangre.

-¡¡¡¡Hahn!!! -grito repentinamente el hitman disparando sin control al techo muy furioso no podía reprimir sus sentimientos no podía retener nada era dolor un enorme dolor.

- ¿Reborn? -estaba extrañado por el comportamiento del su tutor y lo iba a seguir pero fue detenido por su nube.

No miro a nadie después de hacer eso y camino hacia donde se suponía estaba la habitación de su esposo recién ingresado no podía creerlo podía estar mal podía estar serio, daba miedo pero lo que el sentía y lo que mostraba no era lo mismo solo daba una falsa pantalla actuaría como psicópata siempre pero eso no le evitaba sentir dolor, llego a la habitación y abrió la puerta con cuidado como si se tratase de la habitación de un pequeño niño durmiendo profundamente para evitar despertarlo, entro mirando la habitación de color blanco en silencio y un frio rodear todo el entorno dirigió su mirada a aquel cuerpo blanco en bata que permanecía acostado de lado en la camilla conectado a un par de aparatos que tomaban su pulso y otro que le administraba un suero intravenosa parecía en ese momento un ser tan frágil que con la brisa del aire se iría desbaratando.

- ¿estúpida vaca? -llamo el hitman fingiendo estar todo bien pero era obvio que la vaca tonta notaria la ausencia de algo ya que aquel cuerpo no se giro para verlo y seguía mirando hacia la ventana donde la cortina se mecía suavemente.

-se siente vacío -comento aun mirando fijamente la cortina y la ventana mientras se tocaba su vientre- se siente tan vacío -intentaba contenerse pero su voz esa voz que había escuchado todo el tiempo desde hace años parecía quererse ir para siempre estaba rota y quebrada llena de sufrimiento por una perdida le dolía incluso eso y era el mejor Hitman ¿qué pasaba?

La pequeña VongolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora