Observó el color azul de su camisa y llevó sus manos por allá para alisarla y quitarle las arrugas recién formadas. Abultó sus labios y volvió su vista hacia el lugar de antes. Relamió sus labios recordando la sensación que le había dejado. Sentía algo contra sus labios, sin embargo ya no había nada. Estaban libres. Mordisqueó su labio inferior necesitando de nuevo ese fino contacto, así como las cosquillas esparcidas por su piel acariciada. Por un instante examinó sus manos. Aquellas habían tocado la nuca del menor, su suave piel desnuda, también sus sedosos cabellos largos y marrones. Soltó una risa y apoyó su barbilla en su mano, y el codo de esa mano en su rodilla. Tenía una sonrisa amplia dibujada en su rostro, mostrando sus hermosos dientes. Sus ojos brillaban con intensidad. La ilusión y la felicidad se extendían por todo su ser.Llevó sus manitas a su cara y soltó un jadeo, aún en shock. Trataba de asimilar aquella situación vivida en aquel sofá, pero no podía. Cada vez que pensaba en ello, la felicidad, las sensaciones, sus sentidos entumecidos salvo el tacto y el gusto, todo volaban en su mente repetidas veces. Soltó otra risita y se tiró al sofá. Tapó su boca con sus manos y miró el techo. No podía quitárselo de la cabeza. Había sido tan lindo... Tan bonito...
Se levantó de un brinco y comenzó a saltar sobre la alfombra, riendo como loco, frotando su cara y observándolo todo. No se creía nada. Se puso a correr, a bajar y subir las escaleras. Cada vez que iba a su cuerpo se dejaba una cosa detrás. Mordió su labio inferior y corrió hacia su madre. La pobre acababa de llegar a casa.
-¡Mamá! ¡No vas a creerte lo que me pasó! Ven, siéntate en el sofá. Te hice un té. ¡Date prisa!
Lo dijo todo muy deprisa. Su madre estaba sorprendida y soltó una risa. Le hizo caso, sentándose en el sofá. Kook corrió a la cocina a por el té y se lo tendió. La mujer volvió a reír. Ver a su hijo entusiasmado como un niño en Navidad la llenaba de ternura, pero se le veía muy feliz.
-A ver.... Son varias cosas. ¡Volví a ver a Hoseok! ¡Mi mejor amigo! ¿Te lo puedes creer? ¡Era él todo este tiempo! Me di cuenta hace unos días, pero como llegabas muy tarde a casa y estabas agotada no dije nada... ¡Pero eso no es lo mejor!
De repente se levantó de un brinco. Todo lo contaba como si fuera una fabulosa historia mágica. El entusiasmo, la felicidad por fin brillaban en su hijo después de mucho tiempo. Y eso la conmovía.
-¿Qué más?
Preguntó tomando su sorbo.
-¡Adivina! Me siento muy feliz porque logré ser valiente y tengo más autoestima. ¡Pero fue mágico! Jamás había sentido algo así en mi vida. ¡Es algo que volvería a repetir quinientas veces!
-¿En serio?
-¡Sí! Y... Bueno...
Se revolvió nervioso y tímido en su sitio. Había vuelto a sentarse.
-Lo haría quinientas veces con la misma persona...
La fémina abrió sus ojos de golpe y tragó todo el líquido en su boca.
-¿Hacer qué con quien?
Miró a su madre y se sonrojó.
-¡Mamá! ¡Eso no! ¡Eres cruel!
Ella soltó una risotada al ver a su hijo negarlo todo tan dramáticamente.
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Cartas de flores [Vkook]
Fiksi Penggemar" -Lo prometo. -¿Hmm? ¿El qué? -Gracias a esta cadena... -Tomó aire mientras miraba la cadena y le sonrió- ... Volveremos a vernos. -¿De verdad? ¿Y con esto estaremos siempre juntos? -Si. Siempre. -No te olvides de mí... "