La fiesta de Max

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-¿Lo has visto, kleine?- León sonaba emocionado al otro lado del teléfono.

- No sé de qué me hablas- dije colocando algunas camisetas en el armario.

-El gol, era para ti- su tono cambió a uno menos alegre.

- He estado ocupada viendo a un chico por la tele - sabía que estaba sonriendo.

-¿Ah sí?

-Era alto, moreno y guapísimo. Llevaba una camiseta azul y ponía algo así como Goretzka, ¿Te suena?

-Puede ser.-hizo una breve pausa y bajó el tono de voz- ¿Qué pasa con la fiesta?

- Laura no quiere que nos acerquemos a su novio.

-Tenía muchas ganas.- pude escuchar cómo se entristecía.

-Pero....- dejé caer que tenía un plan.

-¿Qué has hecho?

- Podrías traer a Max a casa.

-¿Y los demás?

- Está todo organizado - recordé las múltiples llamadas que había hecho la tarde anterior.

Tras unas preguntas más, colgué. Había reservado la cafetería de debajo del apartamento, había comprado algunas bebidas, comida, globos... Si Laura quería jugar, jugaríamos. Tras ducharme, busqué entre mi ropa algo que ponerme para la fiesta. El sonido del timbre acabó con mis dudas entre dos pares de zapatos. Miré el reloj, era demasiado pronto para ser León.

-Hola- abrí la puerta, tras ella se encontraba alguien muy familiar para mí.

-Hola- dijo algo cortada.

- Thérèse, has venido- no sabía si preguntar o simplemente afirmar.

- Sí. Max es un buen amigo y...-se abalanzó y me abrazó. Me extrañó todo eso. Miré tras ella, unas maletas estaban ahí.

-¿Está todo bien?

-No- se separó y la invité a pasar.

-¿Qué ha pasado?- pregunté tras ofrecerle algo de beber.

-Que no sé qué quiero - el vaso temblaba entre sus manos.

- Creo que eso nadie lo sabe. ¿Ha pasado algo con Julian?- repetí la pregunta que había formulado la tarde anterior por teléfono.

- Es una persona genial, me cuida, me apoya pero... No sé si siento lo mismo. Desde hace bastante tiempo no paro de pensar en otra persona.- secó unas pequeñas lágrimas que habían brotado sin querer.

-Max- susurré. Ella solo asintió. -Si estás segura de que le quieres, habla con él.

-¿Y Laura?

-Es una bruja, pero no se merece algo así...-dije pensando en lo que yo había sentido cuando pensé que Mathea estaba con León- Tienes que reconquistarlo, poco a poco.

-Desde París- apuntó. Era un detalle importante.

-Los sentimientos de Max por ti llegan hasta la Luna.

La francesa sonrió. Era la verdad, Max estaba loquito por ella. Siempre me preguntaba, siempre quería ver sus fotos en redes sociales, siempre sonreía al recordar todas las cosas que habían hecho en tan poco tiempo. No tenía dudas de que entre ellos siempre habría una relación especial, sin importar la distancia de por medio.

-¿Te parece si nos arreglamos un poco y bajamos a la fiesta? Es en nuestra cafetería- le guiñé un ojo. Asintió.

Thérèse se encontraba en el baño terminando de peinarse cuando el timbre sonó de nuevo.

- ¡Mierda!- terminé de abrochar mi vestido mientras iba hacia la puerta.

- ¿Quién es?- Thérése gritó desde el baño.

-Los chicos. Escóndete, quiero ver su cara al verte.

Abrí la puerta. Ambos hablaban distraídos. Vi a León con las llaves de la mano. ¿Para qué las tenía? Sonreí cuando me miró.

-Buenas- saludé a ambos.

-Te he echado de menos, kleine- cogió mi cintura con su mano y me acercó a él para darme un suave beso. Max carraspeó.

-Felicidades, chiquitín- dije revolviendo su pelo.

-¿Ibas a algún sitio?- el rubio preguntó curioso al ver mi atuendo.

- León me iba a llevar por ahí, ya sabes.

Ambos entraron hasta el salón, León me miró preocupado.

-¿Y esa bolsa?- una bolsa rosada de la francesa ocupaba una esquina del salón bastante visible.

-Es ropa para...tengo algo que contaros, hay alguien aquí...- me acerqué a la puerta de la habitación mientras pensaba cómo hacer una introducción digna de película.

-¿Estás embarazada? ¡Un baby Lion de verdad!- Max se acercó a abrazar a León. Abrí los ojos como platos y retiré la mano que había colocado en mi tripa mientras expresaba con mi cara que ni loca estaba embarazada.

-¡NO! ¿Qué te lleva a pensar eso? Dios... No.- noté cómo León volvía a respirar mientras Max me pedía perdón.

-Entonces, ¿ qué pasa?- abrí la puerta y tras ella apareció Thérèse.

Ambos se quedaron mudos. Max parecía totalmente eclipsado. Ella tampoco hablaba.

-Felicidades, Max- Thérése por fin pronunció unas palabras.

- ¡Sorpresaa!- grité agitando las manos.

Ambos se acercaron a abrazarla. Con la excusa de acompañarlos hasta el garaje, salimos en dirección a la cafetería. El rubio no podía apartar su mirada de Thérèse, ella de él tampoco. Estaba claro que ese era el mejor regalo que podía hacerle a Max.

-¿Podemos entrar un minuto? Me dejé un libro esta tarde.-inventé la primera excusa creíble que pasó por mi mente para entrar en el local.

Asintieron y me acompañaron. Todo estaba oscuro, encendí la luz y aparecieron todos los jugadores del Schalke junto con algunos amigos de Max gritando un "Feliz cumpleaños" colectivo.

-¿Qué es esto?

-Tu cumpleaños- León pasó un brazo sobre los hombros de Max

-Gracias, bro- dijo abrazándose a él.

-Ha sido cosa de Ro- enrojecí un poco al escuchar las palabras de mi novio.

-Gracias, de verdad- me abrazó y pude ver a Thérése sonriendo ante la escena.

-No las des. Tú aportas mucho a mi vida- miré a León, él era mi vida por si no lo había pillado-. Sobre todo, planes estúpidos.-dije quitando sentimentalismo a la situación.

-No son tan tontos.- me replicó el rubio sonriente.

Se acercó a los invitados, que habían formado un semicírculo a nuestro alrededor. Mientras hablaba con ellos y le felicitaban, Leon tiró de mí hacia una esquina.

-Tú eres mi vida- cogió mi mejilla con su mano y me acercó a él, besándome salvajemente.

-Wow, el rey León se desata- Franco di Santo tan oportuno como siempre. Ambos sonreímos y nos incorporamos a la fiesta.

Todo parecía tranquilo, solo lo parecía porque la fiesta acababa de empezar.

Sí, quiero. //León Goretzka// (Te Quiero II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora