Un año

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Miércoles, 20 de septiembre 2017

León se había ido pronto, la derrota contra el Bayern y el siguiente compromiso impedían que estuviese conmigo. Estaba algo apenada. Al fin y al cabo, verle sonreír por la mañana era lo mejor que tenían mis días. Llegué hasta la cocina, empezaban las sorpresas de aniversario. Un ramo de flores adornaba el centro de la mesa.

"El primero de muchos"

Sonreí. Había pasado un año desde que empezamos a salir. Un año. No me lo podía creer. Un año lleno de felicidad, supongo. Rodeada de esos pensamientos, recuerdos y momentos pasé el resto de mi mañana en clase.
Solo quería salir de allí, llegar a casa y estar con él.
La vida conspiró para que ese día tuviese que quedarme en la facultad unas horas más. Un trabajo grupal me retenía, traté de hacerlo lo mejor y más rápido que pude.                                     Salí del campus y cogí el primer bus hacia mi casa. En teoría, León saldría de entrenar a las 6 de la tarde y, por fin, podríamos estar juntos.                                                                                                              Entré en el piso. Un suave hilo musical inundaba la sala y  unas velas recorrían la entrada hasta el sofá, allí la cabeza de León sobresalía. Miré la hora, faltaba un rato para las 6. Dejé mi mochila a un lado y fui apagando las velitas a medida que avanzaba hacía él. Me acerqué por detrás y acaricié su pelo. Deposité un suave beso sobre sus labios antes de sentarme junto a él en el sofá.

-Tenía la tarde libre- se anticipó a mi pregunta. -Espero que hayas tenido un buen día.

-Leon, esto es....-no tenía palabras. El salón estaba totalmente lleno de velitas, algunos globos volaban cerca del techo y un montón de pétalos de flor ocupaban el centro de la alfombra.- No tenías que hacer esto, lo sabes.

-Quería hacerlo- sostuvo mi mano entre las suyas y me miró fijamente- Porque te quiero mucho.

-Lo sé. No es necesario todo esto, con una mirada me vale. - sonreí y me clavé en sus pupilas. Era tan perfecto.- Siento no haber venido antes.

- Me habría gustado pasar la tarde contigo, pero no pasa nada. Si solo pudiera verte dormir a mi lado ya sería feliz

Sonreí como una tonta. Eso había sido muy cursi, pero me había encantado. No podía creerme la suerte que tenía con él. Nuestras frentes se apoyaron una en la otra. Yo sería feliz solo con oler el perfume que su cuello desprendía. Nos quedamos paralizados escuchando 'The Scientist" de Coldplay.

-Nadie nos dijo que iba a ser fácil- dije escuchando la canción, recordando cómo empezó todo.
Sus labios se acercaron a los míos y la música dejó de sonar mientras nos besábamos.

-Kleine, tenemos que irnos- dijo suavemente mientras nos separaba poco a poco.

-¿A dónde?- pregunté sorprendida. Miré mi ropa.- ¿Es algo formal?

-Siempre estás perfecta.- podría haberle dicho lo mismo, pero quería saber dónde íbamos.

Corrí hasta el baño y me duché rápidamente. Cuando salí de la ducha, vi a Leon apoyado en el marco de la puerta observando cómo me secaba.

-Te iba a proponer una ducha juntos, pero veo que he llegado tarde.- me lamenté internamente por haber sido tan rápida.

Rebusqué por el armario y encontré el vestido que usé la primera vez que nos acostamos. 3 meses eran los que hacíamos aquella noche y ya había pasado un año entero.
Tras unos cuantos piropos más, salimos rumbo al garaje. No conocía demasiadas carreteras de Alemania, pero la que León había cogido era la que llevaba a Bochum. Aparcó en la casa de sus padres, parecía vacía.

-¿No nos quedamos en casa?- dije señalando el edificio.

-Luego. Ahora necesito que vengas- cogió mi mano y salimos a recorrer Bochum.

Llegamos a uno de los sitios más especiales de nuestra relación. Nuestro bar, nuestro pequeño bar, donde nos escapábamos por las noches. Sonreí. No había mejor sitio para estar.

-¿Cenamos?- dijo mientras llamaba al camarero. Ni siquiera respondí, pidió lo que siempre pedíamos allí.

-Leon, eres increíble, de verdad- estaba tan feliz, tan emocionada.

-Ro, este es nuestro sitio. Hemos hablado de tantas cosas aquí sentados, nos hemos conocido mejor. Ni siquiera recuerdo cuántos besos te robé- guiñó un ojo y me sonrió. Se colocó el pelo con una mano y tras ello cogió la mía sobre la mesa.

-Muchos. Siempre hacías lo mismo. Debo decir que pronto me di cuenta de tus trucos.- recordé las mil excusas que ponía para acercar su boca a la mía o aquellos dos besos en forma de saludo que siempre acababan sobre mis labios.

-Era muy consciente de que me seguías el rollo. Ninguna chica hubiese permitido esos besos sin partirme la cara.

La cena fue un cúmulo de sentimientos. De recuerdos que aquel bar y aquella ciudad nos habían dado. Buenos y malos, todos. Desde la primera vez que nos vimos hasta la última vez que habíamos ido a visitar a nuestras familias. Volvimos a recorrer las calles de Bochum hacia su casa. Pasamos por delante de la casa de mis padres, allí nos habíamos dado el primer beso, ese fue el tema de conversación hasta su casa. Abrió las puertas y entramos. Salimos al jardín, la noche era algo fría, pero miles de estrellas brillaban en el cielo y teníamos que verlas.

-Me gusta esta casa- miré hacia dentro, hacia el sitio donde nos habíamos visto por primera vez.

-Nos conocimos ahí- señaló al interior- Ahí supe que me gustabas- señaló el banco del porche y se sentó en él.

-No sabía quién eras- me senté junto a él y pasó su brazo sobre mis hombros. Era la misma escena que hace un año.

-No sabías nada de fútbol y ahora conoces a gran parte de la selección alemana.

-Ha pasado un año, León. - busqué su mirada. Estaba mirando al frente, sus ojos brillaban como dos estrellas más.

- Tenía la sensación de que íbamos a estar juntos- besó mi frente- por mucho tiempo.

-Te quiero, Leon- ya no tenía miedo de decirlo, ni dudas. Solo la certeza de que era verdad.

-No más que yo a ti, kleine. - dijo poniéndose en pie.

Sí, quiero. //León Goretzka// (Te Quiero II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora