Lena

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19 de enero 2021.

León volvía a casa tras pasar la noche en el camino entre Heidelberg y Múnich. Había anotado dos goles contra el Hoffenheim, estaría muy contento. Era el aniversario del día que anunció su fichaje por el Bayern. Estábamos a un día de nuestro aniversario mensual, a tres días del aniversario de la muerte de mi tía Elena.

No había dormido casi. Últimamente no estaba en mi mejor momento. Había cambiado de universidad, de vida, de todo menos de amor. Quería a León con toda mi alma, pero esa vida de casados que llevábamos me estaba matando. Para colmo, el recuerdo de mi tía, el gran amor de Kornad, había venido a mi mente. Yo había seguido a León por su sueño, pero él tampoco parecía conforme. Sabía que no le gustaba presionarme, pero a mí no me importaba, al fin y al cabo tenía que estudiar y era el mismo método en Gelsenkirchen y en Múnich.

Las agujas del reloj marcaban las 6 de la mañana. Hacía un frío terrible, incluso había nevado. Con una manta sobre mis hombros miraba por la ventana, esperando para ver su coche aparecer. Las madrugadas solas eran lo peor, me permitían pensar y eso me mataba. Ahora viajaba más: Pokal, Liga y Champions. Además nuestra privacidad se había visto reducida. Múnich era más grande, tenía más fans y muchos más paparazzis que Bochum.

Escuché las llaves abriendo la puerta. Pronto sus manos rodearon mi espalda y sonreí inevitablemente. Sus labios besaron mi pelo mientras ambos observábamos caer la nieve por la ventana. Sabía que me iba a reñir por estar despierta. No entendía nada de lo que pasaba dentro de mi cabeza en esos momentos. No vivía mal ni mucho menos, pero en ocasiones me sentía mal.

-Kleine, tienes que dormir- volvió a besar mi cabeza.

-No puedo, León.- tenía ganas de llorar. Otra vez esos cambios de humor.

-¿Otra vez has tenido pesadillas?- "vivo en una pensé". Me di cuenta de que no estaba bien. No era su culpa, pero no podía más.

-León, no puedo más, mi amor- suspiré y me giré para mirarle a la cara.

-¿Cómo que no puedes más?- acarició mi mejilla.

-Con todo. Tú eres maravilloso, mi vida. -suspiré- Pero a veces me dan ganas de matarte,otras abrazarte y así todo el rato. No sé que me pasa, León. 

-Es normal que te sientas así, recuerda lo que te dijo el doctor.

-No me gusta. Unos días me siento como en una nube y otros me quiero morir- dije haciendo un puchero. Ese día era de los segundos.- Goretzka, no me gusta dormir sola. No me gusta tener que caminar a escondidas por la calle. ¿Tan duro es que la gente se entere? Hay miles de fotos nuestras por ahí.

-Ro, si a ti no te importa que nos vean, menos a mí. Yo solo quería protegerte- acarició mi vientre- Protegeros de todo.

-Creo que tu hija y yo nos sabemos proteger solas- dije colocando mi mano sobre la suya. Nuestra pequeña había comenzado a moverse esas semana y no tenía dudas de que sería futbolista como su padre, porque no paraba.

-Deberíamos pensar un nombre- se agachó y besó mi tripa- Kleine 2 suena muy bien.

-Eres un estúpido, Goretzka- acaricié su pelo.- Me gusta Lena.

-Lena Goretzka, suena mejor-suspiró.-Vamos a la cama. No sé tú, pero yo necesito descansar.

Mientras León dormía junto a mí pensé en todo. Ese último verano había sido mágico. Aquella noche en Mallorca antes de viajar a mi casa para visitar mi familia. Diría que mi estado actual había sido un error, pero fui yo la que continuó con aquella locura. Recordé la cara de León cuando se lo dije. Fue una cara bastante de su estilo, inexpresiva. Luego miles de lágrimas brotaban de sus ojos mientras me comía a besos.

Sí, quiero. //León Goretzka// (Te Quiero II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora