Munich

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-¿De verdad quieres volverlo a intentar?- me separé de sus labios. Los había necesitado bastante.

-Por supuesto, kleine. No hace falta que vengas a Múnich si no quieres.- parecía desesperado por escuchar un sí- ¿Y tú, quieres intentarlo?

-León, no sé. Yo te quiero y  pasaría el resto de mi vida contigo, pero en dos meses tú ya habías rehecho tu vida.

-No, kleine. Ha sido un parche y un gran error. Os he herido a ti y a Mathea por mis tonterías. Quizá el inmaduro sea yo

-Necesito pensar- estaba siendo totalmente estúpida. Quería volver con él, era lo que llevaba queriendo dos meses atrás y ahora le estaba diciendo que no de forma encubierta.-¿Te has acostado con ella?

-Sí- sincero, directo. Partiéndome el corazón en dos.- Pero porque estaba furioso conmigo mismo, necesitaba una vía de escape.

-No necesito explicaciones. Conmigo tardaste 3 meses...

-Kleine, contigo era distinto.- cogió mi mano entre las suyas- Pensé que te había perdido para siempre, que habrías vuelto a España y que jamás volvería a verte. Nunca he pasado tanto miedo.

-Yo también pensé que te había perdido- suspiré con lágrimas en los ojos de nuevo.- No va a ser fácil volver a intentarlo, León. Tienes que volver a conquistarme.

-¿Tengo que buscar tu "Te quiero" de nuevo"- no dije nada. No sabía hasta que punto alargaría la situación porque en realidad le quería en ese instante y dudaba que dejase de hacerlo en algun momento.

-León, yo ya te quiero, pero no puedes pretender que esto esté como hace unos meses.

-Te voy a volver a conquistar, kleine- besó mi mejilla y se levantó del banco.

-¿Dónde vas?- pregunté asustada.

-A Múnich, ¿quieres venir?- me ofreció su mano. Dudé si cogerla o no. Munich, no sonaba tan mal.

Me levanté junto a él y sonrió. Había echado de menos ver esa sonrisa tan cerca. Acaricié su mano, las pulseras que le regalé seguían en su muñeca. 

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-Pareces contenta, ¿has hablado con Goretzka?- mi padre me interceptó nada más entrar por la puerta.

-Sí. Me voy a Múnich.

-Hija, los nietos que me déis van a ser los más cabezotas del mundo.- sonreí. La verdad es que ambos éramos muy cabezotas, nos costaba entrar en razón.- ¿Necesitas ayuda con la mudanza?

-No, gracias, papá. Solo voy a visitarlo. No sé si será permanente.

-Sabes que sí lo será, hija.

Suspiré. Cambiar mi hogar de nuevo. León era mi casa también después de todo. Nunca me había sentido así en los brazos de nadie y quizá eso era lo que importaba. Subí hasta mi cuarto e hicé una pequeña maleta. Lo justo y necesario para pasar tres días con él en Múnich.  Tenía obligaciones estudiantiles a pesar de todo. Me despedí de mis padres y salí a esperar a León. 5 minutos más tarde apareció su coche negro por el horizonte.

-¿Estás segura, kleine?- preguntó nada más subir al vehículo.

-Sí.

Apenas aguanté una hora despierta. Había pasado una semana sin dormir casi por culpa de lo que vi en Múnich, por las palabras de León y por el posible embarazo que quedó en un susto. Noté la mano de León moviendo mi brazo suavemente.

-Ya hemos llegado, Ro.- Abrí los ojos y me estiré en el coche mientras León sonreía como un idiota.- Eres preciosa, kleine.

Sonreí. Pisé por primera vez los jardines de su urbanización. Era más grande que la de Gelsenkirchen, pero no que la de Bochum. Parecía el típico sitio de gente pija y con dinero. Seguí a León, que llevaba mi maleta y sus cosas, hasta dentro del edificio. Había optado por un segundo muy luminoso, dúplex. En la parte de abajo una gran alfombra decoraba el centro del salón. Era un loft, con la cocina únicamente separada por una barra en medio. Miré hacia arriba, había otra especie de salón y más atrás las habitaciones.

-¿Qué te parece?- dijo colgando nuestros abrigos en el perchero de la puerta.

-Es muy bonita. No me imaginaba esto para nada.

-¿Y cómo pensabas que era?- dijo acercándose a mí.

-Pensé que tendrías la típica casa de estrellita- me miró con una ceja elevada -Jardín, piscina, 200 habitaciones, 400 baños, gimnasio, sauna y spa.

-Kleine, sabes que no soy este tipo de futbolista- besó mi frente con suavidad.

-¿Ni siquiera en el Bayern de Múnich?

-Nunca, princesa- dijo mordiendo mi labio.

-No sé si recuerdas que te dije que no me llamases así, Lion- suspiré sobre sus labios.

-Nunca olvidaré nada de lo que me digas- me besó con suavidad mientras sus manos sujetaban mi cadera. Había echado tanto de menos sentir el calor de sus dedos traspasando la ropa.

-Eres un cursi, Goretzka- mordí su labio y me separé de él.

-¿Cuánto te vas a quedar?

No dije nada. Ojalá toda una vida. Hice un gesto que indicaba que no lo sabía. Sonrió de forma triste. Y miró la hora.

-¿Quieres conocer Múnich?- dijo elevando una ceja- Soy el mejor guía que vas a tener en la vida.

-Tampoco es muy complicado, eres al único que conozco aquí- dije cogiendo mi abrigo de nuevo.

Sí, quiero. //León Goretzka// (Te Quiero II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora