Capítulo 3 (ft Nora)

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Rubén

– ¿Qué hay de comer? –pregunté cuando regresé a la cocina acompañado de Gaby que, como todos debimos hacer, se encontraba acostada en su habitación –Ya tengo hambre y nada como comer e irnos a dormir ¡Pancita llena, corazón contento!

–Que Gaby cocine –habló Montse mirando a Gaby que se caía del sueño –Se ve que ya descansó, además de que nosotros ya hicimos algo –sonríe de forma burlona

– ¡Oye! Vengo conduciendo desde la casa de Rubén, merezco descansar –Lo mejor de tenerlas juntas era el verlas discutir, pero la comida me llama y jamás hay que ignorar el llamado de la comida

–Ya no peleen, yo cocino- me ofrecí amablemente. Montse le lanzó una mirada de decepción a Gaby que me llamó bastante la atención.

– ¡Está bien! yo cocino ¿Qué quieres comer en tu cumpleaños, Rubén?

–Me gusta espagueti, con un poco de lasaña y jugo de naranja y...

–Basta, ni siquiera sé si trajimos comida y no sé si la lasaña se pueda hacer en tan poco tiempo

–Bueno, con lo de la lasaña tienes razón, pero hay pasta para hacer una sopa y carne. Ya vimos que dejaron la casa con gas y nosotros trajimos otro, así que no te preocupes por eso

–Bueno, si es así creo que podré hacer pasta y la carne y nos quedará para mañana... haré lo posible ¡Empecemos! –Gaby, a pesar de la emoción que reflejaba en su voz y en su cara, suspiró pesadamente. Le gusta cocinar.

Me iba alejando para recorrer el resto de la casa pero Gaby me gritó antes de salir de la cocina.

– ¡Rubén! ¡Dile a Nora que baje para ayudarme!

– ¡Ya voy! –grité en respuesta

Subí unos escalones y me dio flojera seguir subiendo

– ¡Nora! ¿Podrías bajar a la cocina? –esperé un rato la respuesta pero en vez de eso divisé a Brenda y Nora bajando las escaleras

– ¿Qué necesitan? –Preguntó en tono alegre

– Que me ayudes con la comida, para terminar un poco más rápido –Gaby hablaba mientras buscaba los ingredientes y los utensilios –Rubén pidió espagueti y lasaña, pero como no sé hacer lasaña apresurada voy a usar la carne que trajeron. Ayúdame

–Claro que lo haré –respondió Nora –pero ¿por qué no te ayudan también Montse y Maribel?

–No les apetece y no quiero iniciar una discusión –a pesar de que ella discutía un montón, a Gaby no le gustaba que la gente discutiera y a veces hacerlo le provocaba un enfado bastante enorme. La última vez que ella y Montse discutieron se hizo tan grande que todos terminamos alegando la razón, ella dejó de hablarnos por un mes. Se seguía sentando con nosotros durante clases y en la comida, pero no hablaba. El mejor mes desde que se conocían, según Montse.

–Bueno, no te preocupes ¡Yo te ayudo! –Nora no sabía cocinar del todo pero creo que con tener a Gaby de maestra es más que suficiente

–Bueno, ya que tienes una muy emocionada ayudante te dejo –Me dirigí a la puerta y antes de salir me giré de nuevo a la cocina –Voy a dar un paseo en el bosque, quiero disfrutar del lugar

–Voy contigo –Dijeron Maribel y Brenda a la vez

–Me parece perfecto, vámonos –Ya habiendo avisado decidimos salir, a pesar de que ya se veía un poco obscuro afuera.

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Gaby

–Bueno, creo que podemos dejar hervir la pasta un rato y descansar en lo que llegan los demás

Habíamos empezado a preparar primero el espagueti ya que este solía tardar más, ya teniendo la pasta casi hecha podríamos poner la carne y comer.

Prácticamente Nora no había hecho mucho, si Gaby le pedía algún ingrediente o que picara algo lo hacía, al final se pasaron platicando hasta que la pasta estuviera lista, pero algo las interrumpió.

– ¡AAAAH!

Un grito se había escuchado desde la parte superior de la casa y ya que Montse era la única que se encontraba en la casa a parte de nosotras supimos de inmediato que había sido ella.

-Ve tú Nora, probablemente vio un insecto en el baño o algo –no estaba muy preocupada, no le podía haber pasado nada y ella cuando se asusta o tiene miedo sacaba su parte "débil", todo lo contrario a lo que aparenta ser

Todos nosotros sabíamos que Montse podía ser bastante miedosa y eso por lo que tampoco es que corriera escaleras arriba, pero sí se apresuró.

Me quedé en la sala viendo al patio y cómo la noche iba cayendo más y más, era bastante lindo el lugar pero ahora que estaba sola se me hacía algo aburrido... tal vez sea porque ya estoy acostumbrada a tener un montón de desastre y amor a mi alrededor. Mis amigos.

Me levanté para revisar qué tal iba la comida y me alegré al ver que no le faltaba mucho. No sé si estoy más cansada o más hambrienta.

Me apresuré a dejarlo listo para cuando ellos llegaran y no tener que hacer todo a la mera hora como siempre hacíamos.

Mientras estaba en la cocina preparando las cosas escuché la puerta abrirse de un golpe

– ¡Oigan! ¡La casa es prestada trátenla con respeto! –en lugar de la respuesta que esperaba escuché otro golpe, como si algo callera al suelo.

Ya que Nora estaba con Montse, no tuve otra opción más que ir yo a ver qué pasaba, apagué la comida y salí de la cocina hacia la puerta de la entrada y...

– ¡Rubén! –se encontraba en el suelo con una cortada en su brazo izquierdo. Sangraba mucho y parecía que estaba más asustado por lo que había afuera que por estar con una cortada de tal magnitud –Tranquilo, vamos al sillón

¿Dónde estaba mi casi nulo conocimiento en estas cosas cuando lo necesitas?

Cerré la puerta contagiada por el miedo de Rubén y comencé a reaccionar sobre lo que estaba pasando: Rubén está sentado en el sillón con una cortada, que por cierto podría estarse desangrando en lo que pienso esto, no tengo idea de qué pasa con Nora y Montse que no bajan sin mencionar que no he escuchado nada más de ellas desde hace un rato, y, lo que me preocupa más: ¿dónde están Brenda y Maribel?

Me acerqué a Rubén una vez que me pude concentrar, rompí la tela que estaba sobre el sillón protegiéndolo de las manchas y, ya que estamos rompiendo cosas, rompí la parte del brazo de la playera de Rubén para tener una mejor perspectiva de su cortada.

Ya estando ahí, hice lo mejor que pude para limpiar la herida y hacer un torniquete con la tela del sillón para evitar que la sangre siga saliendo.

Escuché, al fin, ruidos desde el segundo piso y luego a Nora y Montse bajando por las escaleras. Montse lloraba desconsolada mientras se aferraba al brazo de Nora quien no tenía una reacción en específico reflejada en su rostro.

–Gaby, tenemos problemas –creo que ni siquiera se había percatado de que Rubén estaba casi inconsciente a mi lado

– ¿Tú crees? ¿En verdad no estás viendo esto? Parece que hay un asesino suelto por aquí y no es que sepamos mucho de cómo lidiar con esto –Yo trataba de mantener a Rubén despierto por miedo a que si se dormía no despertara

–No –susurro Montse mientras trataba de dejar de llorar –N-no es un asesino, es... es...- Parecía que se había quebrado por completo –Estamos en peligro, nos van a buscar.

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