Capitulo 14

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-¿C-cómo? -Tartamudea nervioso desde el otro lado. Intuyo que esto va a ser divertido.

-¿Te importaría traerme un conjunto de lencería? -Vuelvo a preguntar a sabiendas de que su pregunta no ha sido porque se haya enterado mal-. Mi cajón es el primero de la cómoda que hay junto al armario.

Escuchos sus pasos y el cajón que le he indicado abrirse. Lo que daría por ver su cara.

-¿Cojo uno push-up? -Escucho desde el otro lado.

-¿Qué? Yo no tengo de esos, no me hacen falta... -Y es cierto que no tengo, él mismo tiene las pruebas por delante.

Espera... ¡Me está siguiendo el juego! Al menos le gusta divertirse. Ya decía yo que en mi vida he usado un push-up,espero que a Harry se le ocurra mirar la talla.

-¿Y cuál quieres que te de? -Me pregunta. Yo pienso en uno de los más provocativos que tenga.

-Uno de leopardo naranja, de victoria's secret. -Contesto para que le sea más fácil identificarlo.

Tras unos instantes escucho unos golpes flojos en la puerta. Sonrío envuelta en la toalla y la abro. Levanto la mirada desde el suelo haciéndole un discreto examen. ¡Su amigo está más feliz que antes! A decir verdad, estoy igual que él, pero a pesar de saber que con un solo movimiento podemos estar en la cama me resisto, no soy de hacer cosas en la primera cita, prefiero hacerles sufrir.

-Gracias. -Le sonrío cogiendo los dos trozos de tela que me ofrece.

-De nada... -El pobre hombre está incluso ronco, y le da un toque más sexy y sensual. Joder Harry, no sigas así porque no soy inmune.

Le vuelvo a sonreír y cierro la puerta. Me visto corriendo y me miro los rizos para colocarlos bien antes de salir. Harry está sentado sobre la cama de Cara -la litera izquierda, cama de abajo-. Al verme se levanta, tanto él como su amigo están más calmados. Salimos en silencio y volvemos a esa horrible habitación, incluso se me había olvidado. Entro un par de pasos y veo que el desperdicio que lié antes ya no está. Justo antes de entrar, Harry me coge del antebrazo y me mira.

-Gracias. -También se le ha quitado la ronquera que tenía.

-¿Por qué? -Pregunto confundida. Si ha sido por las vistas no debe preocuparse, suelo hacer cosas así para que los chicos sufran.

-Por no tratar de escapar, o pegarme, o volverte loca. -Enumera. Vale, lo he captado.

Se aleja unos pasos y yo hago los mismo para que el guardia que me custodia pueda cerrar la puerta. Antes de romper el contacto visual con Harry le sonrío.

-Siempre estoy loca. -Y la puerta se cierra.

Me vuelvo a la esquina donde estaba sentada antes y me siento. Inclino la cabeza hacia arriba y me doy cuenta de que hay un conducto de ventilación. Que considerado el director, les pone ventilación a las perras a las que encierra. Supongo que la espuma rosa la limpiaron antes de que me encerraran aquí, o de lo contrario hubiera estado llena de esta al entrar. Me levanto y trato de alcanzar el techo para entrar por el conducto y poder escapar. Por mucho que salto no alcanzo. Me resigno y vuelvo a sentarme en la esquina. Después de haberme duchado me puse unas mallas rojas con la camiseta de los rolling stones negra y mis converse negras, en estas últimas llevo el móvil metido a presión que había aprovechado para cargar en el baño, aunque solo esté al cincuenta por ciento. Tengo un mensaje, lo abro y compruebo que es de India a través del grupo.

“Estamos las tres juntas. Eres una puta perra con suerte. En cuanto nos despertamos nos obligaron a ayudar a las limpiadoras a deshacernos de la espuma... ¡No hemos acabado hasta ahora! ¡Y encima Des va y dice que mañana vamos a estar veinticuatro horas en la maldita habitación encerradas por haber opuesto resistencia y haber pegado a los guardias!

Todo lo que no puedes controlarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora