Capitulo 10

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Me escondo el móvil otra vez en el zapato cuando pasa el tiempo del castigo. Ya ni si quiera me acompañan a mi habitación. Las alumnas pueden andar a sus anchas por todos lados siempre y cuando no haya clases. Pueden ir a la biblioteca o verse con otras amigas. Pero eso sí, me dejan bien clarito que no hay nada que pueda hacer, hay un guardia por cada ala del edificio. Vuelven a cometer un error al infravalorarme. Muy pocos guardias para tanto espacio, me he visto en situaciones peores antes con policías y aquí sigo.

A ver, lo primero de todo es librarme del guardia que hay en el ala donde está el despacho del director. -Sí, aunque está alejado de todo, sigue estando en la segunda planta, donde están las habitaciones de las alumnas-. Simplemente ando por los pasillos como quien no quiere la cosa, con suerte ni siquiera tengo porque encontrarme al guardia.

Y como lo predije, no me lo encuentro. Entro al despacho del director y me doy cuenta de que en un rincón donde no miré la primera vez que vinimos están las pantallas de las cámaras de seguridad, y me han grabado entrando allí. Mierda, mierda y más que mierda. Saco la cinta de grabación de hoy y cojo otra de las muchas que hay allí. Tras meter la cinta y pulsar un montón de botones doy con el de “dejar de grabar” para poner el de “reproducción continua”. No sé como lo he hecho pero lo agradezco. Después de eso me siento en la enorme silla del director y miro su ordenador que ha dejado encendido. Me meto en el archivador y pulso el buscador. Una por una busco a mis amigas. Tiene toda la información que uno puede imaginar y la que no, incluso el número de habitación. Los cambio todos y cierro los archivos. También tengo que cambiar la información de mis actuales compañeras habitación. Trasteo un poco en busca de algo interesante pero solo tiene cosas sobre el internado. Encuentro unos planos que no son para nada parecidos a los que nos han dado. Te pone cada minúscula habitación, incluida la habitación donde se encuentran las maquinarias, y entre ella las de ventilación. Ya sé como llevar a cabo mi plan rosa. Imprimo esos planos.

Antes de salir cojo mi móvil y le envío un mensaje a mis amigas por el grupo.

<<Recoged vuestras cosas e id a la habitación 369 del ala A. Tratad de evitar a los guardias, pero si alguno os ve con las maletas simplemente decid que os han cambiado de habitación>>.

<<¿Se puede saber que has hecho?>>. -Pregunta India.

<<Se puede, pero no hay tiempo. Deprisa, tengo un buen plan para la bienvenida del hijo de el director y sus amigos>>. -Le respondo y vuelvo a guardar el móvil antes de salir.

Vuelvo a mi habitación tratando de ir lo más tranquila posible para que los guardias no sospechen. Una vez entro miro a mis compañera de habitación y sonrío mentalmente. Ha sido un placer conoceros pero os piráis.

-El director ha hecho un cambio de habitaciones. -Les informo fingiendo confusión-. Estas son vuestros nuevos destinos.

Le entrego a cada una el papel que me parece y me subo a mi litera. Es la primera vez que me siento ahí en todo el día y compruebo que es bastante cómoda.

-¿Y por qué nos cambia a estas alturas? -Pregunta Ariana.

-El gilipollas va y me dice que habéis mejorado bastante en comportamiento, -Les explico recordando la conversación que ha tenido esa misma tarde con los cuatro jóvenes-. y que os puedo corromper.

-Pues menudo cabrón. Venga chicas, debemos hacer las maletas. -Leas anuncia Sam sacando una de debajo de su cama.

Justo cuando ya lo tienen todo listo y están a punto de salir entran mis tres zorritas favoritas en este mundo. No han llegado a ser ni 24 horas y ya pensaba que me iba a dar un infarto.

-¡Zorras! -Nos gritamos las cuatro y nos abrazamos.

-Ellas son Kate, Cara e India. -Les presento entre ellas-. Ellas son Sam, Ariana y Taylor.

Todo lo que no puedes controlarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora