Capitulo 3

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-¡De esta si que no te salvas! -Empieza a gritar mi padre.

-Max, son casi las cinco de la madrugada, los vecinos se despertarán. -Le dice mi madre, pero ella tiene tantas ganas de gritarme como él.

-Brooks. -Dice mi padre esta vez mas bajo, pero sin calmarse nada en absoluto-. No me puedo creer que lo hayas vuelto a hacer. Creo que he tenido bastante paciencia contigo. Hace tiempo que me quedó claro que ya no eres un angelito

Siempre he sido así, solo que no os disteis cuenta a tiempo. Contesto mentalmente mordiéndome la lengua, me estoy conteniendo y eso no es bueno, porque puedo acabar explotando.

-Ya no se de que manera castigarte. -Continúa sin saber todo lo que tengo retenido, como lo suelte la bofetada es lo mínimo que me llevo-. Para ti solo es un juego que solucionas escapándote por la ventana, superas cada reto que te ponemos.

-¿Qué puedo decir? -Pregunto cada vez con menos paciencia. Tengo sueño y hambre, eso no es una buena mezcla para mí-. Me enseñasteis a saltar los obstáculos que me pusiera la vida.

-¡Por obstáculos nos referíamos a problemas, no a saltar literalmente por la ventana. -Me grita mi madre explotando.

-¡Pues entonces agradece que he aprendido sola a saltar todos los obstáculos LITERALMENTE! -Le grito de vuelta resaltando la palabra “literalmente”.

-Brooks . -Me llama la atención mi padre con un suspiro-. Vete a dormir, tienes que despertarte temprano para ir a clase. Hablamos mañana, cuando todos estemos relajados.

Una vez más, me sorprendo de la tranquilidad que solo mi padre sabe tener en los momentos menos tranquilos.

Se me ha quitado hasta el hambre de lo enfadada que estoy, y eso en mí es realmente difícil. Entro en mi cuarto, cuando escucho que mis padres entran al suyo levanto uno de los tablones de madera del suelo y escondo ahí el dinero que he ganado, junto con el resto de cosas que no quiero que mis padres vean, como las botellas de alcohol, exámenes suspensos, cosas que les quito a mis padres cuando me enfado con ellos y más dinero. Siempre tengo una reserva por si me cortan el grifo. Ni siquiera me cambio, me tiro en la cama y me quedo dormida.

-Brooks. -Es mi madre despertándome. No me pone de muy buen humor que me despierten-. Hace media hora que deberías estar despierta... ¿Llevas la misma ropa de ayer?

Joder me ha pillado.

Me levanto como quien no quiere la cosa y cojo ropa nueva de mi armario. Me meto en el baño que hay en mi habitación. Mi madre suspira y escucho como sale. Abro el grifo de mi ducha y tardo lo menos que puedo. Tengo manchas pegajosas que huelen a alcohol por todo el cuerpo, espero que las de la ropa se quiten.

Al salir me pongo mis jeans claros con mi camiseta de Jack Daniel's y mis converse negras, no hace frío así que no cojo ninguna chaqueta. Bajo las escaleras y me siento para desayunar. Mis padres no están, a saber lo que están haciendo.

Me meto una manzana en la boca y le doy un mordisco, en ese momento entra mi madre corriendo. Parece que el mismísimo diablo le ha dado un bocado en el trasero porque no entiendo tanta prisa. Me mira y me coge del brazo.

-Mamá estoy desayunando. -Me quejo mientras me conduce hacia fuera y me da mi mochila.

-Llegas tarde a clases. Si sigues así acabarán expulsándote.

-De todas formas queda poco de clase, y así llegará el maravilloso verano.

-No pienses que vas a ser tan libre como crees. -Me dice mi madre al entrar al coche y mi padre enciende el motor para llevarme al instituto.

Todo lo que no puedes controlarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora