Capítulo 14

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Muy bien aquí me encontraba sentado en la oficina del hombre que tenía enfrente mío, el cual se notaba que deseaba asesinarme por haber visto a su hija como vino al mundo, igual como si ella tuviera algo que no haya visto antes, digo desde los 16 ...

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Muy bien aquí me encontraba sentado en la oficina del hombre que tenía enfrente mío, el cual se notaba que deseaba asesinarme por haber visto a su hija como vino al mundo, igual como si ella tuviera algo que no haya visto antes, digo desde los 16 años que sé como es la fisionomía de la mujer.

Seguro que te preguntas cómo terminé en esta situación, y sino no importa igual te contaré.

<<Debo admitir que desde que ingresé a esta casa que quise esconderme y nunca salir, bueno sí este cuarto iba a ser mi cueva no me iba a quejar. El cuarto era totalmente mi estilo, aunque con un lujo que nunca pensé poder tener.

Las paredes estaban forradas con vinilo de mármol con detalles en pintura verde musgo, y el techo de color blanco. El piso era de cerámico negro con una alfombra de mimbre

La cama era tamaño queen de madera oscura con sábanas blancas y acolchado verde, y había dos almohadas. A los lados de la cama estaban dos mesitas de luz de madera oscura, y arriba de ellas dos lámparas de pie bajo. En el cabezal de la cama estaban los estantes decorados pero no de manera exageradas, por lo que podía guardar mis cosas allí. En el lado izquierdo del cuarto estaba la ventana cubierta con cortinas blancas. Me asomé allí para solo darme cuenta que hay un balcón que mostraba la calle y que, por desgracia, comparto con el cuarto de la petiza rubia.

Regresé a mirar el cuarto para ver que al frente de la cama estaba una pantalla plasma atornillado en la pared, y luego otra estantería. También había un ropero chico para guardar mi ropa.

Luego del lado derecho cerca de la salida había una puerta de vidrio mate. La abrí y vi que era un baño.

Igual que la pieza, el baño está decorado con cerámicos verdes, negros y blancos. Había una bañera, sería la primera vez que me bañaría en una de esas, un mueble, y bueno después tenía un inodoro, bidet y un lavado.

Busqué ropa limpia en mi valija y me dirigí a bañarme. Después de mi baño me quedé dormido profundamente. Me levanté un momento para comer la comida que me había dejado la Sra Wickman, pero luego nuevamente caí muerto.

No sé cuánto tiempo pasó de eso, pero en algún momento sentí algo que me caminaba en las piernas hasta mi cara, algo demasiado grande como para ser un bicho.Cuando abrí los ojos vi algo peludo que me rasguño el rostro. Grité todos los insultos que conocía. Miré a la bestia y vi que era un gato pequeño, ese "cuzco" me había lastimado y logró saturarme la paciencia, por lo que salí del cuarto para hablar con la dueña, antes de matarlo con mis propias manos.

Cuando vi la puerta semiabierta entré sin llamar, grave error, pero vamos quien está desnudo con la puerta así. La virgencita pegó un gran grito mientras yo la miraba en shock por estar ella solo cubierta con una pequeña toalla.>>

Señores y señoras así es como llegué a esta situación actual, una situación que se malinterpreto de gran manera.

Wickman camina de ida y vuelta como un león con ganas de comer. El silencio me estaba matando de los nervios, por lo que lo rompo diciendo -no es lo que parece, la situación se puede malinterpretar, pero...-. Él me interrumpe- conozco a mi hija por lo que no la malinterpreto-. Me mira- pero a ti no te conozco, ni tus intenciones o si tienes ganas de malinterpretar situaciones-. Ruedo los ojos -el gato que tienen me rasguño mientras dormía, vi la puerta semiabierta y entré para reclamarle a su hija, ¡qué sabía que ella estaba en bolas!- digo exasperado.

Esperando lo Inesperado Saga: &quot;El verdadero Amor I&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora