Capítulo 49

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¿Quién podría haber pensado que pasaría las semanas en el hospital viendo Itazura na kiss in love Tokio ahora temporada dos? Realmente yo no lo creería pero esta era la realidad, en sí la serie era muy graciosa y por eso me había enganchado, aunqu...

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¿Quién podría haber pensado que pasaría las semanas en el hospital viendo Itazura na kiss in love Tokio ahora temporada dos? Realmente yo no lo creería pero esta era la realidad, en sí la serie era muy graciosa y por eso me había enganchado, aunque la verdadera razón era que podía pasar tiempo con Sally, mi ángel. Venía todas las tardes a cuidarme junto con sus padres y hermanos, pero mayormente pasábamos las tardes  juntos y solos, con la puerta abierta a petición de su padre, debo admitir que me ofende un poco que no crean en mi cambio, sin mencionar que estar así todo enyesado era difícil de hacer maldades. 

¡Padres! Supongo que entenderé el día que tenga una hija.

Pero volviendo a lo de antes hace dos semanas que estaba internado aquí en estas cuatro paredes blancas, recuperando mi mal herido cuerpo de todas las milicias que le hicieron, aunque no era lo único que estoy recuperando. Además de sanar mi cuerpo trabajo también en la sanación de mi alma. 

Sé que la pregunta que ronda en la mente de la familia Wickman es el porqué me condene así. No voy a mentir, no hay nada peor que mentirse uno mismo, la realidad es que todavía me siento imperfecto, poca cosa para recibir perdón, tanto el celestial como el terrenal. Se supone que ese día no iba a sufrir así, ya que Wickman se aseguraría que sus hombres estuvieran por el lugar para evitar algo así, de paso  podrían encarcelar a James, junto con los grandes capos de la pandilla para ir sacando de a poco la alcantarilla llena de sus delitos y liberar a este pueblo de la corrupción, los narcos, prostitución, etc. No es que mi accionar modificó dicho operativo, ya sea antes o después todo se iba a dar por igual, la cuestión fue mi seguridad.

Durante este tiempo aquí, Ezequiel junto con un líder mayor vinieron para darme las clases de bautismo, fueron en esos momentos donde inicie mi sanación del alma junto con mi cuerpo. Ellos me enseñaron que para Dios pecado es pecado, no importa si es una mentira o un adulterio, las consecuencias aquí en la tierra podrán ser diferente pero en el cielo las misma, me alejan de Él pero por medio de Cristo todos tenemos acceso a la salvación. Si bien debo soportar las consecuencias de mis actos, explicado por la ley de causa y efecto, no significa que el Señor me castigue, y sí Él me perdona y no me castiga ¿quién soy yo para hacerlo? ¿quién me creó para no recibir su perdón?. Explicaron que entre la humildad y el orgullo hay una línea muy fina y que uno puede confundir la humildad con el orgullo, al creer que no soy digno de su perdón no estoy reflejando un corazón humilde sino uno orgulloso, al creer que mi pecado es más grande que su perdón disminuyó Su Misericordia, Su Sacrificio y Autoridad espiritual. 

Por tanto estuvieron orando para quitar toda raíz de orgullo y falsa humildad en mí, también oraron para destruir todo sentimiento de abandono en mi corazón y para que aceptará mi adopción espiritual, ya no soy huérfano tengo un Padre. 

Si me preguntarán en este momento que es más doloroso les aseguro que no sería una parte de mi cuerpo sino más bien los rincones dañados de mi corazón, esos son los que duelen.

Esperando lo Inesperado Saga: "El verdadero Amor I"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora