Capítulo 53

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Cada día era mejor que el otro, estaba feliz

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Cada día era mejor que el otro, estaba feliz. ¿Feliz?. Niego, mejor dicho extasiado, me bauticé, tuve mi primera santa cena, oraba todos los días, hacía devocionales solo, mi relación con Sally crecía como la aurora, bueno esta bien me puse un poco empalagoso. Pero no podía creer todas las cosas buenas que me sucedían, aprobé las trimestrales, mi amigo Rodrigo con su novia se convirtieron y esta vez tomaron un compromiso mayor con Cristo, April también se convirtió en toda una señorita de fe, Wickman confiaba cada vez más en mí y fui a una entrevista en la facultad para mi carrera en ingeniería mecánica, me enamoré de la carrera. 

Tantas cosas buenas que había olvidado que la vida es una montaña rusa, cuando estás arriba en algún momento bajas en picado o dabas vueltas, mi vida dio una vuelta para abajo.

Salí de la escuela después de un día tranquilo, ya que los exámenes como mencioné anteriormente terminaron, por tanto los profesores solo nos ayudaban a los de último año elegir carreras o ir a las charlas motivacionales 

-Al menos ustedes hacen algo, nosotros pasamos las clases jugando-se queja Sal. Río- ojalá estuviera jugando y no estudiando para entrar a la universidad- digo sarcásticamente. Ella rueda los ojos- no me quejo por jugar, sino que nos hagan levantar al pedo para estar jugando en un salón y no poder dormir en paz en mi camita-. Sonrío y revuelvo su pelo, algo que ya sé que le molesta. Se queja-¡nooo!-. Río- lo siento pero te ves adorable así-. Frunce el ceño- me veo como una bruja no adorable-. 

Caminamos juntos hablando nuevamente de tonterías hasta que la veo, allí parada y apoyada en su auto, solo han pasado dos años pero el sentimiento no ha menguado, todavía siento rencor, tristeza y enojo al verla. 

Detengo mi caminata y me quedo mirándola fijamente, Sally continúa caminando un poco hasta que se da cuenta que no la sigo, voltea para mi lado y observa mi postura rígida.

-¿Qué sucede Álex?-interroga. -Mimimi-tartamudeo. Ella abre los ojos sorprendida, es la primera vez en mi vida que tartamudeaba así. Mira hacia donde poso mis ojos-¿Álex?-pregunta para que reaccione. Vuelvo a intentar hablar sin mucho éxito- esesesss.mimi- suspiro para destrabar mi lengua-mi mamadre-. 

La mujer que me dio la vida camina hacia nosotros.

-Hola Álex- saluda a un metro de distancia con un tono inseguro. No digo nada por lo que Sal interviene- hola ¿usted es su madre?-. Asiente, me mira-¿podemos hablar solo un momento?-. Aprieto mis puños y estoy por decirle que se pierda pero la chica a lado mío contesta otra cosa- claro que él va hablar con usted- la miro indignado, pero ella me ignora-¿puede darle unos minutos antes?-. Asiente sin discutir porque ella interviene en mi lugar.

Cuando se aleja exclamo enojado a la petisa rubia-¡¿por qué  rayos aceptaste en mi lugar?!¡¿Quién te dio ese derecho?!-. Ella no se inmuta ante mi arrebato, ¿desde cuando se volvió inmune a mi enojo?. -Sé que estás herido y que en parte a ella la odias más que a tu padre pero ya no eres el mismo antes, eres un hijo del Rey por tanto tienes la obligación de perdonarla, así como ver a tu papá aquella vez te ayudó a menguar el rencor, lo mismo debes hacer con ella, puedes descargar tu dolor eso sí, guarda bien lo que dirás y cómo lo dirás-. Pienso en lo que dijo pero no sabía si estaba listo para un encuentro así. Sal percibe mi vacilación por lo que sostiene mis manos cálidas con las suyas frías pero llenas de sentimientos, ese simple tacto se siente tan bien.

Esperando lo Inesperado Saga: "El verdadero Amor I"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora