Capítulo 51

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Antes de bautizarme y realizar tantas cosas que deseaba debía primero hacer algo muy importante

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Antes de bautizarme y realizar tantas cosas que deseaba debía primero hacer algo muy importante. Mi primera prueba de cambió fue renunciar a la pandilla, esa renuncia me costó mucho, viví meses muy intensos en quebrantamiento con mi orgullo y soberbia, ahora tenía que seguir quebrantando otra capa de mí mismo que era el odio y rencor. Por está razón este lunes conduje toda la tarde hasta llegar a esta granja de rehabilitación donde está mi padre.

El lugar realmente es una granja con animales y un huerto para que los pacientes trabajan con la naturaleza de manera que les ayude a dejar de pensar en las sustancias tóxicas que anteriormente consumían, sin mencionar que gracias a eso algunos salían con un ofició en la tierra para después conseguir laburo. Además de la granja está la gran casa donde dormían y los parientes podían visitarlos, claro que en horarios reglamentados y siguiendo un protocolo que ayudaba a que no hubiera tropiezos en su rehabilitación.

Cuando ingreso me recibe una recepcionista que me dice que en quince minutos traen a mi padre a la sala de visitas mientras tanto espero aquí en la recepción

El lugar es agradable, paredes pintadas en blanco y rosa pastel, los pisos de madera decorados con alfombras con diversos diseños, sillones y sofás de color beige con mantas, jarrones enormes con flores de distintos colores que llenaban el ambiente de un aroma floral. Se escuchaba por unos altavoces melodías que ya sabía que eran instrumentales de alabanzas. También había cuadros colgados en cada rincón con versículos bíblicos como: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece...No sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios...Dios es amor...etc.

No iba a negar que estaba ansioso, muy nervioso que el ruido de la manijas del reloj no me causaban cada vez más deseo de salir corriendo y olvidar la idea de volver a verlo pero sabía que necesitaba esto para mi sanidad, mi liberación, como muestra de obediencia, también para mi futuro y mi generación rompiendo desde mi raíz el rencor, la falsa paternidad o mejor dicho la ausencia de ella para que no arrastrará a mis hijos a eso, cambiar mi generación y ser un buen padre en el futuro con otro ejemplo de paternidad, uno verdadero.

Cuando me dicen que ya está él, me encamino a la otra sala muy parecida a esta pero más chica. Apenas él me ve da vuelta la cara. Se encuentra sentado en uno de los dos sillones que hay en el lugar, el otro está enfrente y es allí donde me siento, entre medio hay una mesa donde sirvieron agua caliente, sobrecito de té y algunas masitas por si queremos comer y tomar algo mientras hablamos. No toco nada de eso y él tampoco.

Los dos nos encontramos vestidos con una remera de mangas cortas de color azul y un jogging, aunque el mío es de color negro y el de él color gris topo. Se nota que ha bajado de peso, tiene su barba rapada prolijamente pero en sus ojos hay bolsas y arrugas que antes no tenía o por lo menos no había percibido con anterioridad. Sus manos se movían de manera nerviosa, a lo igual que su pierna izquierda, también notaba un leve tic en el ojo. Es evidente que la abstinencia del alcohol lo tiene nervioso, seguro que las pastillas le sacan el hambre y por la ansiedad no debe poder dormir. No voy a decir que me conmovió el corazón, bueno un poco sí dado que no es el hombre que conocía con anterioridad, pero tampoco removió tanto en mí, es decir, no de la manera que un hijo ve a su padre mal, sino de un ser humano a otro.

Esperando lo Inesperado Saga: "El verdadero Amor I"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora