ฅ^•ﻌ•^ฅ
La habitación era un desastre. Había refresco en las paredes y pizza en el techo. Una botella de vino vacía sobre la cama. Iba a tardar siglos en limpiar una habitación en ese estado, lo cual dificultaba mantener el horario. ¡Por no hablar del factor asco! Esa era la vida de una chica de la limpieza... Desde luego no era la profesión con más glamour del mundo. _____ James estaba hablando otra vez consigo misma. Era más como un bisbiseo, dejando salir alguna que otra palabra escogida. A veces había que decir las cosas cuando no había nadie alrededor. Por ejemplo:
–¿Cómo llega un condón al aspa de un ventilador en el techo? ¿Es que se pusieron a dar botes, todos entusiasmados cuando terminaron? ¿Ella lo lanzó allí con asco o qué?.
Se quejó mientras usaba los guantes desechables para recoger el ofensivo artículo que había salido volando del aspa cuando encendió la luz.
Hacía año y medio que trabajaba limpiando en el Sejong Motel de seul. El dinero no estaba mal, tomando en cuenta que le pagaban cuarenta horas a la semana sin importar cuántas horas trabajara en realidad.
Al principio no le convenía porque echaba cincuenta horas o más para acabar con todas las habitaciones y de todas formas le pagaban cuarenta, ni una más. Pero ahora había menos clientes y eso le dejaba tiempo para dedicárselo a sus clases nocturnas y para hacer un par de turnos de cajera en una tienda de veinticuatro horas, con lo que se podía permitir algunos lujos, como comprar dentífrico y desodorante.
______ ya había logrado terminar dos semestres en la facultad de empresariales tan solo con las clases nocturnas. No pensaba limpiar habitaciones de hotel para siempre. Era solo una fase, hasta que su vida de verdad empezara. Terminó de limpiar la habitación, echó un poco de ambientador y puso un rollo nuevo de papel en el baño.
Acabó de lavar la bañera.
¡Sí, señor!
No había nada como una bañera reluciente. El trabajo la animaba a ser perfeccionista. Tardaba unos seis minutos en quitar las sábanas sucias, echarlas en el carrito y hacer la cama con sábanas limpias.
A ver, el sitio no destacaba por su calidad. Era para camioneros cansados o para rolletes ilícitos. No era un grupo demográfico que buscara hoteles de cuatro estrellas. _______llevaba anotados todos sus métodos y mejoras de eficiencia. Algún día podría incorporar estrategias similares a una profesión en la que no tuviera que tirar los condones usados de la gente. Esa sí que era una aspiración profesional.
Cuando acabó con la habitación sonrió. Había convertido un cuarto asqueroso en un precioso paraíso. Había quedado gloriosamente reluciente.
Limpió las tres habitaciones que le quedaban aquel día y fue a la oficina a pasar la tarjeta de salida.
Echaría un vistazo por si había más caramelos Dum-Dum en el cuenco de la recepción. A _______ le encantaban los caramelos Dum-Dum de sandía después de haberse lavado las manos como unas treinta veces después del incidente del ventilador en el techo.
Ahí estaba el encargado. Hyun-Shik solía estar en el vídeo-casino que había del otro lado del aparcamiento, pero hoy estaba aquí. Lo saludó con un movimiento de cabeza, deseando que alguien lo llamara por teléfono para que la dejara en paz. Era el típico pringado, como suelen ser los encargados de bajo nivel; al menos por la experiencia que ella tenía.
«En plan, ay, que tú eres una subordinada. Espera que te dejo alucinada con mi colonia de los chinos; me voy a lamer los labios de tal forma que prefieras lanzarte a la máquina de un aserradero antes que permanecer en mi despacho.»
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✘「PROMISED BY CONTRACT 」✘[ ʆƖMƖƝ & Ƭ/Ɲ]©
FanfictionCuando una chica de la limpieza que lo pasa mal para llegar a final de mes halla trabajo con un playboy guapo y millonario su vida da un giro inopinado. Le ofrecen un negocio que no puede rehusar por el hecho de que se trata de dinero fácil. Lo únic...