『THIRTY』

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A la mañana siguiente _______ se levantó temprano y fue a la farmacia más cercana. Sabiendo que la prensa podía reconocerla en cualquier parte tuvo la precaución de ponerse una sudadera con capucha, pantalón de chándal, gafas oscuras y una gorra de béisbol. Echó un montón de revistas y Dramamine en su cesta, un bálsamo de labios, crema para las manos y champú para ocultar el pack de tres tests de embarazo que había ido a comprar.

 Pagó en la caja, manteniendo la vista fija en el datáfono, marcando los números correctos de la tarjeta, sin mirar a la cajera en ningún momento. Odiaba que la gente fuera así cuando trabajaba en la tienda de veinticuatro horas, eran todos unos snobs, se creían demasiado buenos para decirle hola a la cajera, pero ahora pensaba que quizás tan solo tuviesen algo que ocultar.

_______ temía volver al conjunto residencial y pensó en llamar a Maholy para ver si podía ir a su piso para hacerse la prueba de embarazo, pero entonces Jimin se enteraría. No debía ser nada, una falsa alarma. La única vez que había echado pis sobre un palito tenía diecinueve años y había salido negativo. No había ningún motivo para que la gente que había en su vida supiera que estaba paranoica y que había creído estar embarazada por un simple comentario maleducado de la madre. Seguro que era un virus de estómago.

Después de todo se había sentido débil por la mañana, ni siquiera había comido nada. El olor a café hizo que sintiera ganas de vomitar en cuanto entró por la puerta trasera de la mansión. Subió a su habitación, se encerró en el baño y meó sobre los palitos, alineándolos en la encimera de mármol como algo terrorífico. 

Hojeó las revistas que había comprado, pasando las páginas tan solo para descubrir que eran unas horribles revistas de cocina llenas de fotos de estofados. Las tiró a la basura, se negaba a mirar el resultado de las pruebas hasta que sonara la alarma del móvil.

Cuando finalmente miró, con cautela, con cuidado, por el rabillo del ojo, vio seis pequeñas líneas azules, dos en cada pantalla, que la señalaban acusándola: embarazada. Embarazada. Embarazada.

_______ se puso la mano en el abdomen en un gesto protector, dejó caer la cabeza y se puso a llorar. Pobre bebé. Inesperado e imposible. No había forma alguna de que Jimin, el señor No-estoy-listo-para-sentar- cabeza quisiera jugar a las casitas con ella cuando fueran tres con el bebé.

 Le horrorizaba que hubiese ocurrido algo así, que se hubiera dejado llevar, que hubiese sido tan despreocupada para echarlo todo por la borda con Park Jimin. Ahora iba a ser madre. Tenía que ser mejor por el bien del bebé, nada de decisiones descuidadas e impulsivas. 

Tenía que usar todo su buen juicio y elegir bien para su hijo. Después de todo, ella era lo único que tenía ese bebé. _______ envolvió los tests de embarazo en metros y metros de papel higiénico y los tiró a la papelera.

Cerró las cortinas, apagó la lámpara y se metió en la cama. Acurrucándose entre las mantas, lloró y lloró.

Cuando Jimin fue a verla por la tarde ella le dijo que tenía un virus estomacal y le pidió que la disculpara con su madre.

Vale. Cuídate. Si te sientes mejor más tarde baja con nosotros –Jimin le dio un beso en la mejilla y la dejó allí, en la oscuridad, con instrucciones de que llamara al servicio si necesitaba agua con gas o galletas saladas.

Ojalá las cosas fueran tan sencillas, pensó ella con tristeza. Ojalá el agua con gas pudiera arreglar sus problemas. Ojalá arreglara a la mala y snob de su madre, al falso de su hermano con sus revelaciones molestas sobre el pasado de Jimin, o a la empecinada determinación de Jimin de no sentar cabeza tan joven. 

✘「PROMISED BY CONTRACT 」✘[ ʆƖMƖƝ & Ƭ/Ɲ]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora