『FOURTEEN』

15 4 0
                                    


Oía la música que salía de los bares y ver a los grupos de gente la hacía sentir bien, más joven de lo que se sentía normalmente. Aquella calle estaba llena de energía; se entusiasmó al ver las luces de neón, ante el ritmo de la música y ante la perspectiva de pasar una noche relajada con sus amigas. _____ se abrió paso hasta la barra del Metro, observando los preciosos vestidos que llevaban las chicas y los cuellos en V de las camisetas ajustadas de los chicos. Todos charlaban y bailaban bajo las luces centelleantes del bar. 

Se sentó en una banqueta alta y buscó a Dayanela  y Jade. Habían quedado a las siete y media y era un poco temprano, así que se pidió un club soda para empezar despacio y se dispuso a disfrutar de la música. Hacía siglos que no salía, desde la última cita que había tenido con un hipster meses atrás.

Había estado demasiado ocupada con los turnos de noche de la tienda de veinticuatro horas de Seul y no se había esforzado mucho por tener citas en Daegu. Así que esto era una novedad. En vez de estar conectada a Netflix en camisón y de escaparse de madrugada a la cocina, estaba fuera, viendo gente de su edad, escuchando el ritmo de la música discotequera, las voces y las risas.

Se acercó un chico a invitarle una copa. Ella le dio las gracias pero le dijo que estaba esperando a unas amigas.

–Si tu amigo no aparece, yo estoy por aquí –dijo.

Tras unos minutos más dándole vueltas a su club soda y mirando el móvil para asegurarse de que aquel era el bar y la hora a la que había quedado con Dayanela  y Jade, se acercó al chico y lo invitó a bailar. No había por qué no divertirse mientras esperaba.

Bailaron dos canciones y, justo cuando _____ empezaba a sudar y a tener sed, vio el inconfundible pelo rubio platino cortado en bob de Jade, lo llevaba igual que en el Instituto. Le dio las gracias al chico y corrió hacia ellas.

–¡Hola, chicas! –dijo.

–Hola, _____–dijo Dayanela, que ya parecía aburrirse–. ¿Ponen algo bueno aquí?

–Me encantan los Margaritas. Tienen un DJ muy bueno. Vamos a pedir y luego nos lanzamos a la pista de baile.

–Pensaba que primero íbamos a ponernos al día –dijo Jade, echándose el pelo hacia atrás y pidiendo un cóctel exótico cuyo nombre _____ ni siquiera podía pronunciar. Levantó la mano izquierda para dejar a la vista un anillo con un enorme diamante–. Solo vamos a estar esta noche en Daegu. Mañana volamos a Busan para mi fin de semana de despedida de soltera.

–¡Genial, felicidades! –dijo _____, admirando sinceramente el anillo.

–¿En qué andas ahora? –preguntó Dayanela–. Lo último que supe es que limpiabas habitaciones para el Dong-Sun.

–Así es. Luego me mudé aquí porque encontré un trabajo mejor.

–¿Ah, sí? ¿De qué?

–Estoy como chica de la limpieza en una mansión preciosa con piscina y...

–A ver que me entere. Yo me voy a casar, a Dayanela acaban de ascenderla ¿y tú limpias retretes? –dijo Jade con altivez, bebiéndose buena parte de la copa.

–Bueno, es un buen lugar para trabajar y me pagan bien, así que podré acabar la carrera –dijo ____ con la cara encendida por la vergüenza. No tenía ni anillo de compromiso ni novio y trabajaba limpiando. Se preguntaba por qué había quedado con ellas, tan solo para compararse con unas mujeres que habían avanzado mucho más que ella en la vida.

–Ya. ¿Y las duchas que limpias son bonitas? ¿Eso es mejorar? La verdad, _____, esperaba más de ti. Con una cara como la tuya al menos podrías haber atrapado a algún chico a estas alturas. Te podrías haber casado y limpiar tu propia casa.

–Tengo veintidós años. Ya tendré tiempo para eso una vez que termine la carrera y mi trayectoria profesional sea sólida –dijo con apasionamiento.

–Oh, creo que ya lo es, eres una estrella del cepillo de retretes. –Dayanela se echó a reír mientras se bebían la segunda ronda.

______le mandó un mensaje a Jimin pidiéndole que viniera a buscarla. No se iba a quedar con aquellas idiotas ni un minuto más de lo imprescindible.

–Cuéntame de tu ascenso –dijo _____ sin más, estaba decidida a ser agradable.

–Desde el mes pasado soy vicepresidenta segunda de Marketing en Scherner Foods. Me han subido el sueldo a 65.000 al año más beneficios y coche de empresa –presumió Dayanela.

–Qué genial, lo has hecho muy bien, Dayanela–dijo _____.

Aquel era básicamente el tipo de trabajo que le habría gustado tener, de ejecutiva en marketing y no limpiando casas. Se sentía cada vez peor consigo misma.

–¿Sabes? –dijo Jade exhibiendo su anillo de diamante, un poco borracha después de beberse tres copas–. Siempre podrías usar Tinder. No menciones que limpias casas, salvo que quieras ponerte el uniforme ese pequeñito para algún jueguecillo... –dijo riéndose.

–Quizás si aprovechas lo de ser chica de la limpieza en Tinder, tipo me encanta limpiar, fregar, lavar ropa. Seguro que encuentras un hombre –añadió Dayanela con otra risa.

_____ sintió que se le acumulaban las lágrimas en los ojos y se agachó para coger su bolso y pagar su copa para poder marcharse.

–Oye, te puedo organizar una cita con un tío genial que vive a las afueras de Daegu.

–No necesito que me organices una cita a ciegas.

Vio cómo Jade se lamía los labios mirando a alguien de arriba abajo. _____se giró para ver de quién se trataba y oyó la voz de Jimin.

–Lo siento, señoritas, pero me parece que no puedo permitir que le organicéis ninguna cita a _____ con nadie –dijo.

_____ lo miró por encima del hombro y luego se giró sobre la banqueta sintiéndose agradecida. Podía marcharse con él y las chicas pensarían que él era... ¡era perfecto!

Jimin le sujetó la cara entre las manos y le dio un apasionado beso estilo Hollywood. Los labios de él sobre los de ella, los dedos de él en los rizos rubios. _____ tuvo que sujetarse de él para no perder el equilibrio, para no caerse de la banqueta ahí, a la vista de todos. Cuando él se apartó, ella jadeaba. Hacía mucho tiempo que no la besaban y, de cualquier forma, nadie la había besado nunca así.

Sonrojándose, _____  agachó un poco la cabeza, notando que él estaba abrazándola y sintiendo el calor de su aliento contra el pelo.

Él es... Park Jimin. Jimin, ellas son Dayanela y su hermana Jade, unas chicas a las que conozco del Instituto.

–Anda, y yo que por estar con ____ pensaba que en seul solo había rubias naturales –le dijo con arte a Jade, quien ya no se tocaba el pelo rubio platino artificial tan satisfecha como antes–. Me alegro mucho de conoceros, señoritas. ¿Ya os lo ha contado ______? ¿O estás en plan tímido otra vez, cariño? –prácticamente estaba arrullándola entre sus brazos.

_____  no pudo evitar disfrutar las miradas incrédulas y envidiosas de las dos mujeres que hasta un segundo estaban atormentándola con su inferioridad.

✘「PROMISED BY CONTRACT 」✘[ ʆƖMƖƝ & Ƭ/Ɲ]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora