Capítulo 8 *Una situación vergonzosa*

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Narra Jara:
Ayer Kiara me dijo que me llevaría a una tienda de ropa y yo claramente me negué, pero ella me dijo : "Si vas, te compro ese libro que tanto te gusta y también estamos un sábado juntas, añoro esos momentos..."
Al final terminé yendo. Algunas veces ir con ella es agotados, pues ella cada vez que pasaba por un pasillo, cogía mínimo 10 prendas de ropa que yo me tendría que probar luego. No me quejaba, porque sabía que ella se divertía y si eso le hacía feliz, a mi también. 

Después de comprar un pantalón blanco, otro azul marino, una camiseta básica negra y una falda de cuero de color corinto. Al terminar de comprar, nos fuimos a una pastelería y allí vimos un pastel super lindo de chocolate con fresas. Nos adentramos en la tienda, a ese mundo tan maravilloso de dulces, y nos encontramos a Edgar en una mesa sentado, con un batido de vainilla en la mano. Nos acercamos y lo saludamos.

- Hola Edgar - dijimos al unísono Kiara y yo.
- Hola chicas. -saludó mientras se le iluminaba el rostro.
- Veo que estás solo, ¿nos podemos sentar? -pregunté, la verdad es que me sorprendí al ver lo que miraba en su móvil- Esos somos nosotros de pequeños...
- Os podéis sentar -me miró sonriendo- y sí, somos nosotros, tu padre me pasó fotos nuestras hace mucho tiempo, al parecer estábamos siempre juntos. -se aguantó la risa-
Me sonrojé y luego de comer el riquísimo pastel, nos fuimos a nuestras casas, no sin antes comprar mi libro.
Estaba en casa leyendo y me sentía mal así que fui a la farmacia a comprar pastillas, puede que fuera la tarta. En la farmacia me las dieron y cuando iba a entrar en mi casa, me caí y me torcí el tobillo, estaba muy mareada. No me podía levantar y pasaron 10 minutos cuando Kei llegó del trabajo.

Narra Kei
Llegué del trabajo cansado, pero esto se me quitó en cuanto vi a Jara en el suelo. Me preocupé mucho y me alteré, porque nunca me había visto en una situación parecida.
- ¡Jara! ¡¿Qué pasó?! -pregunté, estaba tan preocupado que sentía que se me saldría el corazón.
- Ayúdame.... Me duele la cabeza y creo que me torcí el tobillo... -Justo después de decir esto, Jara se desmayó.
Puesto que no iba a rebuscar en sus bolsillos las llaves de su casa, abrí mi apartamento y luego la cogí a modo princesa para luego recostarla en mi cama.

Todo comenzó en mi 16 cumpleaños (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora