Lazos

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Estaba totalmente avergonzada por lo que había pasado en mi habitacion hace unos momentos, ¿Quién diría que algún día llegaría hasta este punto? Y lo más importante ¿Porque escribí sobre su hermoso cuerpo?, Todo esto me preguntaba mientras le daba de comer a las vacas en el establo.

—Soy una tonta Ágata, ahora no podré mirarlo a los ojos- dije hablando con la vaca mientras acariciaba su cabeza-   ni si quiera soy capaz de entrar nuevamente a esa casa, siento como si hubiese traicionado a Josseany, ¿Cuantas veces me hablo sobre guardar mi cuerpo para el que fuera a ser mi amado esposo?... desearía poder ser mas como ella —

Suspiré avergonzada y camine afligida hasta el final del establo para acomodar las pacas de alfalfa, en algo tenía que distraerme; con dificultad lleve una hasta el rincón rodándola pero al hacer eso solo logré que se desbaratara.

— ¡Rayos!—

Sintiendo que no podía más no por fatiga si no por la vergüenza que sentía apoye mis manos en la pared, me incline un poco para respirar y lograr calmar mi ansiedad, apenas había inhalado y exaltado unas dos veces cuando sentí alguien pegarse a mi por detrás y rodeo mi cintura con sus brazos lentamente, sabía que era el pero ¿Por qué hace esto?.

— L-lysandro...— me enderece sin apartarlo de mi

—¿Y que si lo nuestro va muy rápido?, nada ni nadie puede asegurarnos el día de mañana—

— Es solo que... me asusta—dije un poco triste

 — Déjame ser yo quien desaparezca tus miedos—  Susurro a mi oído

  Hundió su rostro en mi cuello provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo, sentía que mis mejillas explotarían cuando sus labios acariciaron mi cuello, puse mis manos sobre sus manos que apretaban mi cuerpo conforme sus besos sobre mi piel se volvían cada vez más apasionantes, con delicadeza me hizo voltear hacia él, quedando frente a frente.

  — Mientras tenga vida, voy a protegerte como mi mas preciado tesoro—  me tomo por la nuca besándome con una pasión desenfrenada, acariciaba mi cuerpo con desesperación, mi cuerpo comenzó a reaccionar al suyo, cada vez quería mas y mas de él, era como un hambre feroz de su cuerpo, su aroma, su besos y su piel, quería perderme en todo su ser por completo sin importar nada mas, no podía pensar en otra cosa que sentirme tan suya, así como sentirlo completamente mio.

—P-para... Solo un momento—  dije jadeando y el se detuvo.

Acaricie su rostro delicadamente, no había mas dudas, quería solo estar a su lado sin importar nada mas;  sonreí un poco tímida y poco a poco me quite el vestido delante de él, quien sonrió con ternura y me abrazo acariciando suavemente mi piel; podía sentir la yema de sus dedos recorriendo mi espalda, mientras llenaba de deliciosos besos mi cuello, la ropa nos estorbaba para saciar el deseo, por lo que no la necesitábamos en ese momento; haberme entregado a el en cuerpo y alma, era algo que de momento me hacia sentirme plena y feliz.

Al terminar nos quedamos dormidos hasta que escuchamos un coche llegar, Lydandro se levantó enseguida y comenzó a vestirse.

—Debe ser el señor Guillermo, viene por unas gallinas- dijo poniéndose el pantalón, yo tomé mi vestido y cubrí mi cuerpo, a pesar de lo que había pasado aún tenía algo de pena— ve a descansar a casa, yo me encargo de la alfalfa más tarde—

Sonrió subiendo la cremallera del pantalón, escuchamos unos pasos acercarse, alguien estaba entrando al establo.

  —  Jandy ¿Estas aquí?—  entro Ben con una rosa en la mano, la cual se le ha caído al ver tal escena

 — Ben...—  me encogí en hombros, perturbado por lo que estaba viendo, miro a Lysandro

 — ¿Q-qué ha pasado aquí?—  

Mas Que Un PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora