Capitulo IV. El hijo del jefe

3.2K 275 14
                                    


Durante los próximos 3 días Tsunade evitaba a toda costa hablar con su sobrina, Sakura comenzaba a impacientarse pues cada que se encontraba con su tía esta alegaba que tenía algo realmente importante por hacer, se había levantado muy temprano pues había planeado ir a patinar con un par de amigos, se bañó, peino su enorme cabello rosa en un alto chongo, se colocó unos jeans ajustados en color rojo y una blusa negra que hacían juego con sus zapatos, bajo las escaleras y se percató de que su tía no estaba – genial, me sigue evitando – pensó para sí, suspiro hondo y se dirigió a la avenida para tomar un taxi.

Una vez llegando al lugar encontró a Ino y Sai, evidentemente Sai habría pasado por Ino porque era imposible que ella llegará temprano a una cita, poco a poco fueron llegando sus demás amigos, Chouji, Shikamaru y Tenten, después de patinar, habían ido a comer al local del padre de Chouji, su padre siempre había sido amable con ellos y jamás les negaba un buen y delicioso plato de comida.

Ino siempre solía pelear con Shikamaru, eso solía divertir mucho a Sakura, hacía pensar que muy en el fondo Ino y Shikamaru sentían algo uno por el otro, aunque siempre lo negarán, era demasiado tarde así que se despidió de sus amigos para poder alcanzar aún el tren, por desgracia había llegado unos minutos después, intento probar suerte para tomar un taxi pero no había ninguno a la vista –diablos – pensó para sí, siguió caminando para acercarse al menos un poco más a casa de su tía, podía intentar llamar a sus tios para que fueran por ella pero no quería ocasionarles más molestias de las que ya les había ocasionado, no era una niña, tenía 20 años era mayor para poder cuidarse sola, de pronto escucho un ruido volteo y vio un gato negro, se calmó un poco pero sus instintos le decían que no todo estaba bien, era más de media noche, su tía iba a cabrearse cuando viera la hora en que llegará, sacó su móvil y no tenía pila, debió haberse acabado cuando Chouji le había pedido su móvil para jugar Candy crush, volvió a guardar su teléfono y entonces vio la silueta de un hombre, intentó correr pero en un par de segundos sintió que alguien la había tirado, abrió sus ojos despavorida temiendo a que el tipo la atacara pero no vio nada, escucho un quejido pero nada a su alrededor, tenía un pequeño rasguño en su mano por la caída, estaba segura que algo o más bien alguien la había aventado, escucho como si estuvieran peleando a pocos metros de ella, y su adrenalina ayudo a la falta de su razón en esos momentos, así que comenzó a correr lo más rápido que pudo, no supo como pero ya estaba a pocos metros de la casa de su tía, cuando llegó al fin encontró a su tía llamando por teléfono, ella volteo cuando escucho a alguien entró y al ver que era su sobrina colgó el teléfono y corrió a abrazarle.

-Cariño estoy muy cabreada contigo, pero por ahora estoy feliz de verte, te he estado marcando desde tarde, no sabía que había pasado contigo desde temprano, cuando regrese de mi clase de Yoga ya no estabas, tu tío Jiraiya y sus chicos han estado rastreándote por toda la zona pero enmascaraste muy bien tu olor con el perfume que te dio tu madre – la abrazo tan fuerte que le costo un poco respirar a la chica.

-Lo siento tía, he sido una bruta, perdí la noción del tiempo pero hacia tanto que no me sentía así desde que mamá no esta – correspondió al abrazo mientras sollozaba.

Jiraiya entró a los pocos minutos junto con un par de sus "alumnos", Jiraiya iba a acercarse pero uno de ellos le detuvo – será mejor que las dejemos solas Jiraiya-sama – comentó Lee, Jjiraiya asintió y sonrió aliviado al ver a sus dos chicas juntas, había olfateado y sabía que las dos estaban angustiadas, demasiado asustadas pero no le había pasado nada a su sobrina.

Durante los próximos dos días Tsunade había faltado a su clase de yoga, no había querido separarse de su amada sobrina, incluso había llevado a Sakura a su instituto, ninguna había retomado el tema de la carta de Mebuki pero sabía que pronto tendrían que hablar de la misma.

Una vez que Saku había salido del instituto se dirigió directo a casa de sus tios, en la acera estaba una hermosa motocicleta Harley negra y cromada, era clásica pero tenía aires peligrosos, siempre había deseado Saku subirse a una pero su madre jamás la había dejado si quiera acercarse a una de ellas, Saku conocía los vehículos de los alumnos de su tio, la moto sin duda no era de ninguno de ellos, abrió la puerta y escucho a sus tios discutir, Saku se dirigió a la sala que era donde ellos se encontraban, cuando ellos se percataron de su presencia Jiraiya carraspeo para llamar la atención de los ahí presentes, además de sus tios se encontraba un guapo y musculoso joven, era alto, estaba por encima del metro ochenta, traía unos pantalones ajustados que se encargaban de enmarcar sus musculosas piernas, una camisa blanca de polo que se ajustaba en los lugares correctos, tenía el mejor abdomen que Saku había notado, no estaba desnudo pero dios la camiseta se pegaba a sus enormes musculos, su cabello era azabache y tenia unos ojos negros profundos como pozos, al instante en que Saku puso su vista en él, su cuerpo reacciono al instante, deseaba que nadie pudiera notarlo pero a quien engañaba, sus piernas temblaban, como odiaba haber usado ese día falda, sus piernas le flaqueaban.

-Saku, hola cariño, quiero que conozcas a alguien, él es Sasuke, Sasuke ella es mi sobrina – Jiraiya empujo de la espalda un poco a su sobrino para que se acercara, Saku estaba realmente nerviosa, Sasuke se puso de pie y ofreció su mano para estrecharla con la chica.

-Es un gusto Sakura, he hablado mucho de ti – comentó serio y Saku palideció cuando se percató de que Sasuke la escaneaba.

-Es el hijo del jefe Saku, tu tía y yo tenemos que salir unos días por cuestiones de la manad.... De trabajo, después de lo que ocurrio hace unos días, nos haría sentir más seguros que alguien este a tu cuidado, y quien mejor que Sasuke para el trabajo – comentó su tio, Sasuke la observó fijamente y Sakura sonrojo.

-No necesito una niñera, sin ofender – se dirigió


La próxima lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora