Capitulo XVIII. Es mi honor y mi privilegio

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Sasuke levantó su mano para acariciar su cabello, lo hizo de manera lenta para darle tiempo a ella que se apartara, pero se sorprendió que ella no lo hiciera, por el contrario le sonrió dulcemente.

-Te quedaras en mi habitación, no tienes que preocuparte por ocupar las cosas de ahí, todo lo que necesites es tuyo, así que puedes disponer de ello sin problema, y por tus cosas personales pierde cuidado, mañana pasara Itachi temprano por ellas a casa de tus tios para que puedas cambiarte y estar más cómoda – comentó Sasuke mientras tomaba de la mano a Sakura y la llevaba a su habitación, una vez dentro de ella saco unos pantalones de chándal y una camiseta polo en color blanca – toma – le entrego la ropa a la chica – con esto te sentiras más cómoda para que puedas descansar.

-Lamento ser una molestia Sasuke – comentó la chica sinceramente.

-¿Molestia? ¿Quién dijo que lo eres? – pregunto neutral.

-Bueno... se que eres un hombre muy ocupado, y el futuro líder de tu clan, debes tener muchas obligaciones y cosas por hacer, y en su lugar estarás aquí conmigo encerrado sin hacer nada – suspiro con pesadez – jamás me ha gustado ser la carga de nadie, me gusta ser independiente, así que no me gustaría que descuidaras tus actividades por estar al cuidado de mío, vamos no es como que tipo fuera una niña pequeña – sonrió – así que te prometo que no saldré de aquí y tu podrás seguir con tus actividades.

-De ninguna forma, es mi deber y mi privilegio cuidar de ti, tengo mis motivos para protegerte – confeso.

-¿Es porque mi madre era descendiente de tu clan? – quiso saber la chica.

-En parte es eso, pero no la razón principal.

-No quiero ser una carga – volvió a insistir.

-Ya te lo he dicho, no lo eres, todo lo contrario, es mi privilegio y mi honor cuidar de ti, solo mío – afirmo una vez más, Sakura lo observó fijamente, parecía sincero y determinado con tal afirmación.

-Gracias – la chica se acercó y abrazo al moreno, Sasuke se tenso al tacto de la chica, su aroma era embriagante, quería morderla, reclamarla por completo, pero sabía que estaba asustada y tenía que procesar toda la información que había obtenido en ese día, y el resto que le faltaba, no quería asustarla, sería dócil, gentil y sobre todo paciente con ella, no eran sus mejores cualidades pero por ella lo haría.

A la mañana siguiente Sakura despertó con los rayos de sol que traspasaban la ventana, se tallo sus ojos jade para despertar completamente, y observo sobre la mesita de noche una bandeja con un jugo de naranja, unos parquecillos, fruta picada y huevos revueltos, y a un lado de la comoda estaban dos maletas que contenían sus cosas, ella sonrió enternecida, Sasuke estaba dando más de lo que ella esperaba, así que se metió a bañar, se colocó unos jeans ajustados, una blusa verde color topo, y unas botas del mismo tono, su cabello lo ondulo y lo dejo suelto, después terminó casi el desayuno y una vez lista se dispuso a buscar a Sasuke para agradecer las molestias que se había tomado por ella.

Busco alrededor de la casa y no pudo encontrarlo de primer momento, escucho ruido en la cocina y decidió ir pensando que quizá ahí lo encontraría, pero su sorpresa fue encontrar a Mikoto y no a él.

-Oh – exclamo la chica sorprendida – lo siento creí que era Sasuke – comentó la chica desilusionada – me iré a su habitación para no molestar.

-Espera, no te vayas – comento la morena –¿ya has comido algo?

-Si gracias

-No he visto que bajaras a comer ¿segura que no tienes hambre? – pregunto curiosa.

-Sí he comido huevo, fruta y jugo de naranja, gracias señora Uchiha

-Supongo que Sasuke fue quien te subio de comer, no debió tomarse tantas molestias – se quejó la morena.

-No es ninguna molestia, es un honor poder atenderla, esta claro – comentó molesto el moreno, quien acababa de entrar a la cocina en compañía de su hermano y su mejor amigo Naruto.

-Hola señora Uchiha, huele delicioso – comentó sonriente el rubio, tratando de aligerar la tención que acababa, mientras se acercaba a la cocina para ver el estofado que había preparado, Itachi sonrió incómodamente mientras saludaba con su mano a la pelirosa, Sasuke por el contrario se acercó hasta donde estaba la chica

-¿Cómo te sientes? – pregunto inquieto el moreno.

-Bien, gracias – comentó tímidamente la chica, pues la cercanía del azabache la inquietaba.

-Si te sientes mareada o algo así...

-Te lo diré, lo prometo – levantó la chica la mano a mano de juramento, lo que hizo sonreír al azabache.

-Eso espero – le sonrió cálidamente, Naruto, Itachi e incluso Mikoto no dejaron desapercibir la atención del azabache hacia la pelirosa, Mikoto sabía muy a su pesar que su hijo no cambiaría la idea respecto a separarse de ella.


La próxima lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora