Capitulo II. Mi origen

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Saku escuchó un ruido, se asomó por la ventana y vio como uno de los "alumnos" de su tío había quebrado con una sola mano un bloque de concreto, eso sin duda era imposible, tenía que ser hijo de Bruce Lee o Jackie Chan, ningún humano normal o en su sano juicio podría hacer eso, después vio como el resto del grupo lo hacía sin ningún problema, definitivamente tendría que tener mucho cuidado con los alumnos de su tío, esos chicos sin duda eran de cuidado, además de ser raros con sus técnicas de arte ninja daban miedo, no molestarlos ni acercarse a ellos sería el recordatorio mental primordial de supervivencia para ella, su tío Jiraiya subió la vista a la ventana y observo a su sobrina, Saku palideció y rápido corrió la cortina de su ventana y se tumbó en su cama para seguir con su tarea de pintura.

Pasaron un par de días más antes de que llegara el día tan esperado, era sábado por la mañana el día en que iría al banco para ver que le había dejado su madre en su caja de seguridad, suspiro con pesar, aún la extrañaba mucho, habían pasado solo 5 semanas desde la perdida de su madre y no podía superarla tan rápido, y el hecho de vivir con su tía, la hermana gemela de su madre hacía que fuera aún más imposible de olvidarla, tomó una ducha fría para borrar esas ideas de su cabeza, su tía tenía clases de yoga así que le había pedido a Ino su mejor amiga que le acompañara, no quería ir sola, ambas habían quedado de verse en la estación del tren, al llegar ahí después de estar esperando 20 minutos a su amiga, sacó un libro y comenzó a leer, sabía que Ino no se caracterizaba por ser la persona más puntual del mundo, de pronto escucho su voz que le gritaba – Frente! – Saku sonrió era Ino que corría sin parar, una vez estando a su lado, se recargo en sus piernas y respiraba agitadamente por la carrera – lo siento amiga, el bus no pasaba y camino acá un idiota intento pasar un tráiler por la avenida principal, eso hizo que el camión demorara un poco más – Ino se acomodó su flequillo que había sido movido por el aire y Saku sonrió, Ino era imperdonable, siempre encontraba una excusa para justificar su impuntualidad.

Una vez al llegar al banco, fueron atendidas por un recepcionista de unos 40 años aproximadamente, Saku mostró su llave y el recepcionista la miró curiosa, después asintió y llamo a un guardia de seguridad – por cuestiones de seguridad solo puede subir quien sea portador de la llave y dueño de la caja – comentó serio mientras observaba a Ino.

-Bien, de todas formas no he tenido tiempo de probar bocado, iré a desayunar al restaurante de frente, te veré ahí ok – sonrió la blonda amablemente a su mejor amiga mientras asesinaba con la mirada al tipo de recepción, Saku asintió y permitió que el tipo de seguridad la llevara hasta donde se supone estaba su caja.

Estaba en el doceavo piso, en la torre dos, una vez que llegaron al lugar, el guardia de seguridad le indicó a Saku que la esperaría afuera, y que una vez que quisiera marcharse oprimiera el botón rojo que se encontraba al lado de la puerta, ella asintió y la dejo sola, Saku sacó su llave y se posiciono frente a su caja, respiro hondo un par de veces antes de abrirla, su mano temblaba, tenía miedo y curiosidad al mismo tiempo por saber de qué se trataba, le hubiera encantado que Ino la acompañará, no quería desmoronarse una vez más, después de un par de segundos pensando introdujo la llave y abrió la misma, dentro de la caja había un enorme sobre en color plata y dentro del mismo había una carta de su madre y un par de fotografías, Saku se sentó en sus rodillas y comenzó a leer la misma:

Querida hija:

Si ahora estás leyendo esta carta significa que ya no estoy contigo y eso lo lamento, desde que tu padre murió siempre hemos sido tu y yo y se lo mucho que debe dolerte que ahora solo en nuestro pequeño equipo seas tú, recuerda que siempre te amé y lo seguiré haciendo, tu padre y yo siempre estuvimos orgullosos de ti, fuiste nuestro milagro, a pesar del origen de cada uno, eso incluye el tuyo por supuesto.

¿Recuerdas que siempre preguntaste porque no visitábamos la familia de tu padre? Bueno bebé, era complicado el explicártelo para entonces, y ahora también me cuesta hacerlo, digamos que tu padre y yo éramos completamente diferentes, no tienes idea de cuánto en realidad, la familia de tu padre proviene de una línea intacta desde hace miles de años, tu padre era el único hijo de tus abuelos y cuando Kizashi quiso estar conmigo ellos estaban furiosos, es increíble cómo es que miles de años después sigan teniendo esas ideas arcaicas, aunque quizá no debería juzgarles, tu padre era algo así como la realeza y yo en su mayoría era humana, algo que pude compartir en su mayoría contigo, aunque tengas signos muy débiles respecto a lo que es tu padre y yo.

El hecho de que los gatos huyeran de ti amor, tiene una explicación, recuerdo que siempre llorabas de pequeña cuando intentabas tocarles y huían sin razón de ti, aunque es muy débil en tu sangre ellos pueden oler tu hedor amor, y al ser tan distintos sin duda creían que eras el enemigo, aún y cuando tus intenciones eran buenas y querías cuidar de ellos, pero vamos la naturaleza es así, aunque hay sus excepciones, tu padre y yo se supone que éramos enemigos por naturaleza, pero desde que le conocí cuando yo era muy pequeña y él acudía a firmar los tratados con tu abuelo Hang, siempre le ame, lo hice en silencio mucho tiempo y estoy segura de que él lo hizo también, pues apenas entre a la pubertad quería ir a buscarle, pero debes saber que mi raza no se caracteriza por tener alas y volar como los de tu padre, pero tuve suerte de que el acudiera a mí cada noche en luna llena, jamás me hubiera perdonado si hubiera pasado la época de apareamiento con otro hombre que no fuera él, siempre quise que él fuera el único y él ayudo a cumplirlo, es un infierno esa época, gracias a Dios eres más humana y no presentaste tales síntomas, cuando llegaste a la adolescencia temía que te montará cualquier cachorro, es por ello que en ciertas temporadas no podía llevarte a casa de tu tía Tsunade por mucho que tu quisieras verle, le prometí a tu padre que siempre cuidaría de ti eso incluía si teníamos que ocultarte lo que somos, pero solo para protegerte, a veces las personas son idiotas y ante lo nuevo, temen, así que creímos que si de pequeña te lo hacíamos saber y tú por error llegabas a comentarle a alguien te juzgarían de loca, aún y cuando los equivocados son ellos y no tú amor, si alguna vez llegaras a tener alguna duda respecto a tu origen, sé que tu tía Tsunade será la más indicada para hacerlo, quiero que entiendas que si lo oculte de ti fue por protegerte, eres mayormente humana y eso complica mucho más las cosas; tienes que prometerme que cuidaras ahora más tu espalda, siempre has sido una niña precavida pero ahora tienes que serlo más hija, durante mucho tiempo tu padre y yo estuvimos ocultándote de tus abuelos, pero estoy segura de que cuando sepan de mi muerte, los padres de Kisazhi te encontrarán y solo sabe Dios para que fines lo harían, huye de ellos amor, no es seguro que te encuentren si aún no estas acoplada, si eso llegará a pasar no dudes en acudir a tus tios, Jiraiya es sin duda uno de los mejores ejecutores del clan, el podrá protegerte y tu tía Tsunade siempre te amo como a una hija, ella es mi gemela y sabe lo importante que eres para mí, jamás te dejara sola, ahora son tu familia y deberás obedecerles en todo, aún y cuando pienses que no tiene nada de lógica, tú padre y tu fueron los dos amores de mi vida y no sabes como lamento no haber podido protegerlos aún más, mi único consuelo es saber que estarás en buenas manos, jamás le encargaría mi mayor tesoro a ninguna otra personas que no fueran a tus tíos, ellos a pesar de lo que la manada pudiera pensar siempre abogaron por tu padre y patearon muchos culos porque lo aceptaran, y ahora se que lo harán contigo, la manada sabe de ti, siempre han sido discretos pues tu tía se ha encargado de eso, sabes lo hormonal que se pone cuando algo le cabrea, así que no habrá otro lugar más seguro por ahora que estar en la manada.

Te ama tu madre, Mebuki.


La próxima lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora