La próxima luna

Capitulo XXIII. Un corazón roto

Sakura sonrojo y quedó si habla por completo, Sakura sintió un escalofrió electrizante por su espina dorsal, Sasuke volvió a gruñir bajo.

-Lo mejor será cariño, que subas a la habitación en lo que me encargo de esto –sonrió incomodo el azabache, Sakura lo observó atenta y vio como crecían de las uñas de sus pies garras que se aferraban al suelo como evitando a que éste caminara, Sasuke volvió a gruñir una vez más y ella salió tan rápido como pudo de la estancia, subió las escaleras y se dirigió a la habitación tal y como Sasuke la había ordenado.

Durante toda la tarde Sakura había estado esperando a que Sasuke subiera a verla, de vez en vez observaba el reloj solo para comprobar cómo el tiempo se consumía y ella en pequeños suspiros se aferraba a una sola idea, nada era como lo había imaginado.

Los siguientes 5 días posteriores Sasuke había estado evitando a Sakura, sin embargo sin que ella se diera cuenta, éste se encontraba lo suficientemente cerca para poder estar al pendiente de ella, Sakura no había salido de la habitación y se había limitado solamente a estar entre la habitación de Sasuke, la biblioteca y el jardín, incluso sus comidas las había degustado en la alcoba de Sasuke, pues cada mañana cuando ella despertaba el desayuno lo tenía sobre la mesita de noche, y respecto de la merienda o el resto de sus comidas, era de la misma manera, ella bajaba por la comida y enseguida subía a encerrarse en la habitación, jamás había visto tantas películas o leído tantos capítulos de algún libro en tan poco tiempo, pero le aterraba sin duda estar en ese lugar sin alguien con quien tuviera tanta confianza, y mucho menos ahora que Sasuke se encontraba al parecer tan ocupado que ni siquiera podía intercambiar algunas palabras con ella, eso la entristecía demasiado y se sorprendió ante sus propios pensamientos, sabía que la época de apareamiento había entrado desde hace unos días, había escuchado que durante esa temporada todos estaban realmente ocupados con sus parejas, le había bastado acudir en esa temporada sin saberlo en una ocasión cuando ella había ido a visitar sola a sus tíos, y los había escuchado, sin duda era algo que quería borrar de su memoria, los padres de Sasuke se habían ido a una cabaña que había escuchado tenían a las afueras de su residencia, Itachi, Sugetzui y el resto de los huéspedes de igual forma no se encontraban la mayoría del tiempo, pero ¿Sasuke? él le había dicho que su cuerpo solo reaccionaría a ella por el perfume, sin embargo, era Lycan, ella no sabía a qué grado era tan necesario el pasar el calor con alguien, pero había escuchado historias, incluso Sugetzui había sido demasiado grafico en contarle poco antes de haber sido sermoneado por Itachi, así que tenía una idea de ello, sin embargo Sasuke por el contrario a querer estar con ella parecía evitarla.

La casa era demasiado grande y tan espaciosa, aunque sabía que la razón principal no era el tamaño de la mansión, sino más bien la ausencia del moreno, Sakura iba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta que se había pasado de largo por el pasillo de la habitación, casi llegando a la que se supone era la habitación de los padres de Sasuke, se dio media vuelta pero paro en seco cuando escucho tras la puerta leves susurros, así que con sigilo se acercó para poder escuchar un poco de ellos.

-Estas demente si piensas que sobrevivirás a eso Sasuke - escucho una voz profunda tras la puerta.

-Solo cállate y hazlo – ordenó Sasuke tras la puerta de madera.

- Pudiendo tener a cualquiera y te limitas a esto, mírate, no eres ni la sombra de lo que sueles ser.

-Dije que te callaras no tienes derecho a decirme que hacer o no hacer.

-Eres una vergüenza para el clan.

-Dije que te callaras – gruño Sasuke de una forma animal, Sakura se asustó y dejo caer el recipiente en el que momentos antes había colocado fruta, la puerta se abrió al instante y pudo ver a Sasuke que parecía demasiado molesto, no traía camisa así que pudo ver sus hermosos bíceps, sus ojos negros se clavaron en los jade de ella y pudo ver dolor sobre los mismos, ella se acercó al instante para acunarse entre sus brazos, lo había extrañado tanto, pero Sasuke entrecerró la puerta para que ella no viera y parecía algo incómodo.

- Lo siento, no quise ser inoportuna, creí que estaba sola.

-No pasa nada, lamento haberte asustado.

-Sasuke ¿Quién es? – se escuchó una voz de una mujer, Sakura lo observó sorprendido e intentó observar tras la puerta pero Sasuke la cerró más para no permitirle el acceso, sin embargo la misma se abrió pues una mujer alta, pelirroja y con lentes rojos salió de la misma – Hola – saludo la mujer, quien lucía realmente molesta.

-Ho... hola – respondió Sakura con la voz quebrada, de pronto sintió un nudo en la garganta, Sasuke no tenía playera, su cabello estaba revuelto y aquella mujer llevaba puesto solo un pequeño vestido con escote, el cual dejaba entre ver que no llevaba sostén, no necesitaba usar mucha imaginación para poder crear una escena de lo que estaba pasando minutos antes entre ellos.

- Lo siento linda, pero estamos algo ocupados, podrías regresar más tarde – sonrió ladinamente la pelirroja, Sakura quería abofetearla, estaba molesta, pero no tenía razón para hacerlo.

-Sí, claro, entiendo – comentó Sakura de forma neutra, sorprendiéndose asimismo por poder disimilar sus sentimientos, volteo a ver a Sasuke, quien parecía estar a punto de decir algo, pero la pelirroja lo jalo hacia dentro cerrando la puerta tras de ellos, Sakura parpadeo un par de veces para tratar de evitar dejar caer un par de lágrimas que amenazaban en salir, una vez que cerró la puerta de la habitación, se recostó sobre el colchón y se abrazó a una almohada para callar sus sollozos, estaba molesta, más consigo misma que con nadie, había comenzado a tener sentimientos por Sasuke, después de 3 años había decidido volver a abrir su corazón roto, tiempo atrás alguien más le había lastimado y se había jurado asimismo que no volvería pasar, sin embargo no era nada comparado con el dolor que sentía ahora, ¿cómo pudo haber sido tan tonta en permitir una vez más enamorarse? un grave error dado que sin haberse dado cuenta lo había permitido.