13 de Agosto de 2039
10:00Bajaron al estacionamiento al que Connor no bajaba muy a menudo, para luego entrar al vehículo de Kamski en el cual la androide de rubios cabellos iría al volante, mientras que el humano, apenas subió al lado del copiloto, se quedó dormido durante todo el trayecto. Ni siquiera despertó al llegar al barrio del Teniente con el sol frente al rostro.
El LED de la chica parpadeó en amarillo un segundo y dirigió la mirada hacia Connor a través del retrovisor. Éste miraba las viejas casas que parecían haberse estancado en el tiempo. Le gustaba ese barrio, y le habría gustado aun más con gente en las calles. La mayor parte de los residentes se habían marchado, por lo que sólo le quedaba buscar imágenes de hace varios años para hacerse una idea de cómo eran los suburbios en su mejor época. Tampoco la gran cosa. Hace veinte años Detroit era considerado un estado estancado en el tiempo, por la gran cantidas de edificios y suburbios no modernizados. Actualmente, la periferia de la ciudad es sólo una parte que se quedó atrás.
Cerró los ojos apoyando la cabeza en la fría ventana y varias imágenes llegaron a su mente. La fotografía de Cole que Hank guardaba cada vez que estaba cerca, las pocas veces que lo había visto sonreír, un cachorro San Bernardo como Sumo y una correa roja que había visto colgada en una esquina, casi abandonada y polvorienta. Al abrir de nuevo los ojos vio de reojo un parque. De alguna forma, superponiendo aquellas imágenes, logró ver a un joven Anderson, junto a su hijo, paseando a un pequeño Sumo alrededor de los descoloridos juegos infantiles entre sonrisas e infantiles carcajadas de niño.
Le sorprendió aquella nueva habilidad. ¿Podría llamarse imaginación?
Cuando Chloe estacionó a las puertas de la casa del Teniente, su asiento giró hasta quedar frente al azabache y éste le sonrió abriendo la puerta. El androide miró al cielo después. Estaba nublado, pero no hacía tanto frío. En el tablero del automóvil se calculaban 22° grados en el exterior y él mismo lo sabía por su termostato, pero hasta ahora no conocía la sensación de aquella cifra y estaba emocionado por sentir el aire fresco.
- RK dice que vendrá por tí en la noche. - La voz de la chica resonó dentro de la mente del otro androide. Habían coordinado sus señales para así no despertar a Kamski, quien roncaba olvidado del mundo.
Connor asintió, a pesar de seguir pensando en su homólogo como un desgraciado, y salió del vehículo agradeciéndole y despidiéndose de la rubia.
Los ladridos de Sumo eran reconfortantes, después de no haberlos escuchado por el tiempo que le pareció eterno. Incluso por un momento recuerda haber pensando en que nunca más los escucharía.
En una noche podían ocurrírsele tantas probabilidades cuando todo se salía de control.
Tocó la puerta con los nudillos, sintiendo lo duro de la madera gastada. Se escucharon los rasguños del gran perro, lo que hizo gracia al menor, y luego cristal caer y romperse contra el suelo.
- ¿Hank? - Llamó el androide algo preocupado al ver que el mayor tardaba en abrir, pero pronto se escucharon los pies descalzos de su pareja acercarse rápidamente a la puerta.
Al abrirse, la apariencia del peli plateado daba idea de que no hace mucho se había levantado, o despertado de una borrachera. Ya no llevaba el brazo lesionado en una canasta, sino que ahora estaba envuelto en vendas y su cabello blanco despojado de las vendas en su cabeza. Obviamente se las quitó a pesar de lo recomendado por el Doctor. Una gran sonrisa se formó en el rostro de Connor.
- Buenos días. - Dijo, sin saber qué decir enrealidad, aunque mucho más no pudo hablar ya que fue rodeado con los brazos del mayor de inmediato.
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- Lazos - (Detroit Become Human/Hannor)
FanficSolo unos pocos se quedaron luego de la revolución androide. Los que mantuvieron su trabajo, los que aceptaban a los divergentes o los que simplemente no les importaba seguir viviendo en una sociedad más avanzada. Las casas, edificios y viviendas qu...