¡oh No, Evans! (james sirius potter) TERMINADA

22- como arruinar una noche

22- como arruinar una noche

Durante el baile James y Artemisa decidieron salir a tomar aire. Afuera del gran salón había muchas parejas besándose o estando cariñosos el uno con el otro. Mientras James si pensaba que aquello parecía lindo, Artemisa parecía apunto de vomitar con tanto amor.

-pareces un conejo arrugando tu nariz- dijo James entre risas

-quizás lo soy

-los conejos son tiernos.

-puedo ser tierna si lo deseo, Potter.

James pareció dudar.

-yo creo que no.- James la estaba provocando, era divertido ver las caras que Artemisa hacía.

-puedo serlo, pero solo con la gente quiero- contrataco ella.

-justo en mi corazón- dijo mientras se tocaba el pecho como si le hubieran clavado un cuchillo. Artemisa lo empujo mientras dejaba salir una sonrisa tonta de sus labios. –te queda lindo el sonreír.

Aunque él no lo dijo con una mala intención ella dejo de sonreír, ambos se sentaron en un pequeño banco. Artemisa suspiro mientras veía al cielo, la noche estaba llena de estrellas que parecían más brillantes que nunca.

-Evans.

Lo silencio, no quería escucharlo, no quería que hablaran ¿Qué le diría? "lo lamento Potter, soy rara y soy mala dando cariño porque mi padre siempre paso de mi existencia y mi madre está muerta. ¿Cómo alguien puede saber lo que es amor cuando el único que recibiste viene de un centauro que te dejo sola a los once años?"

En vez de eso lo beso, no necesitaba hablar y ella sabía que james lo aceptaría sin reproches.

Al principio james estaba absorto, no podía creer que ella lo estuviera besando, pero en cuanto cayo en la cuenta de que realmente estaba pasando, le siguió el beso.

Al principio era un beso tranquilo, pero ambos querían más e intensificaron las ganas que ambos se habían estado trayendo hacía ya muchísimo tiempo. Del odio al amor hay un solo paso ¿cierto?

De un momento para el otro estaban en el cuarto de Artemisa. James se separó mareado.

-en serio mujer, tienes que avisar cuando hacen eso- pero en cuanto vio a artemisa lo veía volvió a unir sus labios.

Ninguno estaba completamente consiente de lo que hacían, pero sus manos ya no estaban en la cara del otro. James la agarraba de la cintura acercándola más a él, mientras que Artemisa tenía sus manos en el pelo del chico.

En algún momento ambos habían pedido las alas falsas que se habían puesto, ahora solo quedaban unas camisas entre ellos. Artemisa empezó a desabotonar la camisa de James, esto se le había ido más de lo que creía, pero le gustaba.

Fue cuando toco la espalda de James cuando el hizo quejido.

- ¿Potter? - pregunto ella

-estaba disfrutándolo, eso es todo.

-claro si ese es tu sonido de disfrute no quiero saber cómo suenas con dolor- James sonrió, pensando que podrían seguir, pero ella tomo espacio entre ambos- muéstrame tu espalda.

-no es necesario.

-no estoy preguntando, te estoy obligando.

James sabía que no tenía caso discutir, se terminó de sacar la camisa y se dio la vuelta para mostrársela a Artemisa.

Por un segundo ella sintió que no respiraba. La espalda de James estaba llena de pequeñas líneas negras, parecían venas, pero por alguna razón sabía que no lo eran, además su espalda estaba toda roja y llena de moretones.