25- La muerte y el frió

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25- La muerte y el frió


Artemisa se había limpiado las heridas, pero aun así algunas seguían abriéndose. Se quitó la gaza con cuidado, esta tenía tanta sangre seca como reciente.

Pequeñas lagrimas empezaron a empapar su ropa, no podía frenarlo. Se sentía sobrepasada, encerrada, como si nada de lo que hiciese era suficiente, y el que la herida no cerrara era solo la gota que colmó el vaso.

Quería frenar todos esos sentimientos dentro de ella, quería que terminaran, prefería no sentir nada antes que todo aquello. Cuando se durmió fue con los ojos llenos de lágrimas y con su herida aún abierta.

Fue Leo quien toco la puerta al día siguiente haciendo que se levantara. Se cambió rápidamente y salió para ver a su amigo. Pero no había humor alguno en ella, su pelo estaba recogido, pero se veía más pálida de lo normal y con unas grandes ojeras.

-oh por dios, ¿luchaste con un troll anoche?

Artemisa miro a su amigo de mala manera.

-Leónidas, cuidado con tus próximas palabras.

-lamento el día que te enteraste de mi nombre- dijo Leo tirando su cabeza hacia atrás mientras se cubría la cara con las manos.

Scorpius y albus se unieron a ellos en cuanto pasaron por su puerta. Los cuatro hablaban sobre todo lo que les estaban mandando, para su suerte, ninguno de los dos más jóvenes le dijo lo demacrada que se veía.

Afuera de la sala común el frio empezaba a calar en sus huesos, Scorpius odiaba el frio y sobretodo la nieve, pero ya eran mediados de noviembre y la nieve empezaba a caer.

Artemisa le robo la bufanda a Leo y se la envolvió hasta tapándose la boca, ella moría de frio, pero leo parecía estar demasiado normal.

Amaba los sábados, amaba ir a sus prácticas de quidditch y sobre todo desde que leo había decidido acompañarlos. Amaba su sweater y los días nublados y sobre todo cuando la nieve empezaba a caer cuando estaban entrenando.

Leo los veía desde las gradas, el dar vueltas por todo el campo y no dejo de reírse cuando artemisa mando a su compañero y co-capitan, Alexander nott, a correr veinte minutos por haber llegado tarde.

Practicaron durante dos horas y cuando terminaron estaban más que cansados, pero Artemisa necesitaba un día con Leo y Jasón, hubiera invitado a Piper si las cosas no estuvieran tensas entre ella y Jasón.

Mientras esperaban a Jasón, Leo la abrazo, de costado, ella le sacaba unos buenos ocho centímetros, pero lo bueno de él es que siempre tenía una temperatura alta, algo que era extraordinario para los fríos inviernos.

-estas seguro que no quieres tener nada conmigo? - dijo ella con burla- juro que podría acostumbrarme a esto.

-solo me estas utilizando.

Ella alzo los hombros.

-mi amor es sincero.

Antes de que Leo le contestara divisaron a Jasón a la distancia, tenía una sonrisa en su cara y con al menos dos camperas encima. Se notaba que su cara estaba roja del frio desde la distancia.

Abrazo a sus dos amigos en cuanto pudo, aunque abrazaba más a leo que a Artemis y ella lo entendía, ¿Quién no abrazaría a una persona que solo larga calor?

James vio la escena a lo lejos, eran tres amigos pasando su tiempo tal y como él estaba junto a sus amigos, Frank le pego devolviéndolo a la realidad.

-aunque la mires durante horas no la harás cambiar de parecer, solo parecerás un acosador.

Él no contesto, era obvio que no iba a obligar a Artemisa a amarlo, pero sabía que al menos lo quería, que una parte de ella si deseaba estar con él. volvió su vista hacia la pelirroja, quien están dando vueltas mientras se reía junto a Leo y como se notaba que Jasón trataba de pararlos, pero que al final se terminó uniendo a ellos, sucesivamente vio sus caídas y como a los segundos se estaban partiendo de la risa.

Cuando volvió a ver, vio cómo se levantaban y como su primo corría hacia ellos, se unió a los semidioses y james noto ciertos celos. Fred podía ir y dar vueltas con Artemisa y hacerlo parecer como si no fuera nada de otro mundo, pero si él iba hasta allí sabía que no sería tan fácil, él también quería esa normalidad con ella.

Artemisa podía sentir como toda su ropa estaba empapada por las veces que se había caído, pero su cuerpo de mantenía caliente, una chica de dieciséis años dando vueltas con sus amigos, claramente estaban locos, pero en ese momento ella sintió que podía tener sus momentos normales. Y su herida se sentía fabulosa contra el frio, sentía como si no ardiera.

Fue luego de una hora, arrojándose bolas de nieve con sus amigos o se tirándose a la nieve para hacer ángeles de nieve que artemisa se acordó de que ella tenía clases con teddy, llevaba dos meses intentando hacer el estúpido patronus y aun no podía.

Llego al aula con agua chorreando de su ropa, Teddy solo negó al verla, pero aun con una gran sonrisa en su cara.

-lo que cuenta es mi presencia- dijo ella, sacándole una gran sonrisa- vamos azulito, otra clase vamos.

Teddy libero el boggart, y ella intento, e intento, una y otra vez. A diferencia de otros días ella no quería rendirse esta vez.

-no estás pensando en nada- dijo Teddy- solo estas diciendo palabras vacías, tienes que sentirlas, tienes que sentir lo que dices. aunque le pongas emoción en la voz no sirve, no al menos que la emoción venga de aquí- dijo señalando donde se encontraba su corazón- no más palabras vacías.

Ella asintió, miro a su boggart una vez más, esta vez cerro los ojos y recordó. Recordó el cálido abrazo de Leo aquella mañana, recordó el beso con james, recordó el cómo Jasón la cuidaba, como Scorpius siempre decía cosas sabias, como Alexander confiaba en ella, a Albus haciéndola reír, también pensó en teddy y como siempre la trato bien, aun cuando no la conocía, aun cuando ella había ocultado cosas, y pensó en los semidioses, su familia, el cómo se protegían uno al otro.

Cuando abrió los ojos miro como un hilo plateado salía de su varita y se transformaba en un hipogrifo. Ella sonrió, amaba aquel animal, siempre lo había amado, pero tenerlo como patronus le daba miedo.

Teddy lo miraba fascinado, los animales fantásticos no eran normales, pero ¿Qué era normal en Artemisa?

-muerte- dijo una voz de repente, haciendo que teddy y artemisa dejaran de ver al hermoso patronus- eso significan los hipogrifos.

Y el frio volvió a su cuerpo, ahora sentía las gotas de agua helada calándose por su piel. 

¡oh No, Evans! (james sirius potter) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora