ocho

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Flaky se acercó lentamente hacia ellas.
- H-hola -sonrió nerviosamente.
- Petunia, esta es Flaky. Flaky, esta es Petunia.
Flaky saludó tímidamente con la mano.
Aquella chica solo sacó un chicle de su bolsillo y se lo metió a la boca.
- Encantada -dijo solamente, mirándola de arriba a abajo.
Flaky no sabía qué decir.
- Petunia a traído un montón de cosas con las que nos lo pasaremos bien, Flaky -dijo Giggles riéndose.
- Bueno yo, tenía planeado ir... -no pudo terminar la frase.
- Perdón por la tardanza, ya estoy aquí -apareció un chico de repente con unas bolsas, era el de la chaqueta militar.
- ¡Flippy, como te he echado de menos! -se lanzó Giggles a abrazarle. Él le correspondió con alegría.
- Yo también -dijo aún abrazándola. Luego se soltaron y se miraron-. Veo que no has cambiado nada.
- Solo te has ido hace dos meses, ¿qué te esperabas? ¿que me haya salido barba?
- No hace falta esperar dos meses para eso.
Giggles le dio en el hombro y Petunia comenzó a reirse.
- Qué idiota eres -se rió.
Flaky estaba completamente ausente de la conversación, solo se fijaba en una persona; aquel chico llamado Flippy, era muy alto y su presencia intimidaba. Ni de lejos era un estudiante. 
Flaky apartó la vista enseguida al toparse con los ojos verdes de él.
Giggles se percató de ello.
- Ah si, mira, esta mi amiga Flaky -la presentó sujetándola de los hombros.
A la pelirroja no le salían las palabras, sentía todas las miradas en ella.
- Hola, encantado -sonrió Flippy extendiéndole la mano.
- I-igualmente -reaccionó Flaky estrechando su mano con la suya.
- Oye, vamos entrando, ¿no? -comentó Petunia.
- Si, vamos yendo -dijo Giggles-. Por cierto Flaky, ¿qué estabas diciendo antes?
- Oh, eh... -la pregunta le pilló por sorpresa. Es verdad, estaba ansiosa por largarse a su casa hace unos cinco minutos, pero había cambiado de planes-. Que... tenía planeado ir a por... oh, vaya, se me ha olvidado.
Esperaba que alguien se tragase su mala disimulación.
- Bueno, ya te acordarás, ahora entremos -se la llevó consigo de la mano.
Al entrar todos empezaron a saludar a los recién llegados, al parecer era la única que no los había visto. En ese momento llegó Cuddles y saludó con mucha alegría a ambos. Luego se fijó extrañado en cierta pelirroja:
- Flaky, ¿pero tú no te habías ido a...? -antes de que dijese nada, Flaky se le adelantó.
- ¿A por la bebida? ¡Ah, claro, era eso! Perdón, se me ha olvidado -sonrió mirando a su amigo, pero su mirada le decía a la de él que mejor dejase de preguntar.
- Oh... vale. De verdad, siempre te olvidas de las cosas -le siguió la corriente, Flaky sintió un gran alivio al escucharle decir eso.
- Hey chicos -habló de repente Petunia mirando su móvil-. Vamos a inflar algunos globos afuera, ¿os venís?
Giggles y Cuddles se pusieron contentos y aceptaron enseguida.
- ¿Inflar globos? -repitió Flaky para si misma.
Todos estaban saliendo por la puerta hasta que la última, Petunia, se paró y miró a Flaky.
- Kirby, ¿no te vienes? -sonrió con el chicle en la boca.
- Me llamo Flaky.
- Perdona, no soy buena con los nombres.
La manera con la que le sonreía le resultaba algo pícara, pero de alguna forma no le resultaba prepotente.
- ¿Entonces te vienes?
- S-si... si -respondió finalmente decidida. Y se fue con ella.
Caminaban juntas y se sentía la persona más pequeña al lado de esa chica.
- ¿Alguna vez has probado los globos?-preguntó Petunia.
- Uh...eh... no -vio que la chica a su lado echó una risa.
- Se nota.
- ¿Es tan obvio?
- Por tu apariencia, no. Pero la cara que pusiste cuando lo mencioné lo dijo todo.
- Vaya -rió sonrojada-. Es raro que mi apariencia haya cambiado tanto.
Petunia volvió a reir.
- Al principio me costó reconocerte, pero ya me acuerdo de ti -Flaky la miró extrañada-. Eres la chica de la ventana.
- ¿Q-qué? -preguntó sorprendida. Pero sabía a qué se refería.
Sin darse cuenta ya habían llegado a un sitio un poco alejado del resto, donde habían otras personas. Flaky se sintió incómoda al ver que estaban fumando y haciendo quién sabe qué.
Sus amigos estaban inflando globos, sinceramente no sabía cual era la gracia en eso.
Y se sintió aún más incómoda cuando Petunia se separó de ella para ir con los demás. "Mierda", pensó. Las únicas personas con las que quería estar estaban hasta arriba de alcohol y la habían dejado sola.
- Hey, ¿no quieres probar? -Flaky volvió a la realidad y vio al chico que estaba delante de ella, era él-. Flaky, ¿no?
- Si, tu... debes de ser Flippy -sonrió sin dejar de tocarse el pelo-. Y no gracias, no me apetece.
- Qué raro que no seas como tus amigos -dijo señalando a la parejita de al lado, que no paraba de reírse de exhalar e inflar globos.
- Alguien tiene que cuidarlos.
- Es raro que no te haya visto antes, solemos venir a menudo a las fiestas de por aquí, y juntarnos con tus amigos.
- No me van mucho las fiestas -apartó la mirada-. En realidad, esta es la primera fiesta a la que vengo.
- ¿Bromeas? -rió incrédulo-. No pareces la típica niña buena.
- Ya bueno -enarcó las cejas-. El maquillaje hace milagros, espera a verme sin tanto arreglo y ahí hablamos.
Él sonrió y Flaky se sonrojó, apartando la mirada de nuevo.
- ¿Tampoco bebes ni fumas?
- Sorpresa, no. Soy... la típica chica coñazo que se queda en casa los viernes, y... todos los días ya de paso -se calló unos segundos-. Lo sé, soy muy divertida.
- No, da igual, cada uno con sus gustos- hizo una mueca quitándole importancia-. A mi también me apetece quedarme a veces en casa y ver alguna serie o película en vez de salir.
Ella le sonrió tiernamente, esperaba no estar poniendo cara de tonta.
- Si, supongo que se pueden hacer ambas cosas.
- A mi tampoco me gustaba salir, ni beber ni nada de esas cosas, pero...-hizo una pausa antes de hablar y suspiró-. No hay nada de malo en probar cosas nuevas.
- No parece que hayas sido de ese tipo de persona.
Flippy se encogió de hombros.
- El maquillaje, que cambia a las personas.
Ambos comenzaron a reirse.
- Qué bobo -le dio Flaky en el hombro. Rápidamente al darse cuenta de su acción se ruborizó, pero sin borrársele la sonrisa de la cara y sin dejar de mirarle. Él tampoco dejó de hacer lo mismo.
- Oye, ¿quieres venirte un rato conmigo y unos amigos? Son los de allí- señaló un grupo de cuatro personas que estaban sentados en el césped.
- Oh... no sé, soy un poco tímida -se puso una mano en el brazo.
- No te preocupes, son muy simpáticos, además a Petu ya la conoces, ¿no?
- Hemos... hablado un poco... p-por cierto- Flaky tragó saliva antes de preguntar-: ¿ella es tu novia?
- No, no somos novios -respondió, pero hizo una pequeña pausa, Flaky por su parte sintió un gran alivio, entonces Flippy continuó con lo que iba a decir-, digamos que es mi...
Flaky abrió los ojos como platos al escuchar la palabra que salió por su boca. Dejémoslo en que dijo "amigos con derecho".
- ¿P-pero, cuántos años tienes? -se atrevió a preguntar aquella duda que le rondaba desde que lo vio.
- ¿Yo? Veintisiete.
- ¿Veinti...¡qué!?-repitió bastante perpleja.
Flippy se echó a reir.
- Dios, que cara has puesto -dijo mofándose-. Es broma, tengo diecinueve.
Flaky dejó echar un gran suspiro que se notó bastante.
- Ya te habías preocupado, ¿eh? -se empezó a secar algunas lagrimillas por la risa-. No te asustes, no soy ningún pedófilo. Ella tiene diecisiete, tampoco es tan alta la diferencia.
Flaky cerró los ojos y empezó a reir por el susto de antes.
- ¿Tú cuantos tienes?
Ella empezó a acariciarse un mechón de pelo.
- Dieciséis.
- Ay, qué mona -rió sobándole la cabeza en forma de burla.
Flaky no sabía si gritar por dentro de la verguenza por aquel gesto u ofenderse.
- Perdona, abuelo.
- ¡Flippy, vente! -se escuchó de repente la voz de Petunia, lo cual hizo borrar la sonrisa de la pelirroja.
Pero no contaba con que Flippy la agarrase de la mano y la llevara con él.
- Vente, lo pasarás bien -le sonrió.
Ella no se negó para nada.
- Vaya -dijo Petunia mirándolos-. Al final te has apuntado, ¿eh? Kir-Flaky -se corrigió rápidamente.
Ella asintió tímidamente y se sentó con ellos. Los otros eran unos tres chicos; uno que tenía cara de drogado perdido y luego dos gemelos. Los cuatro estaban fumando algo que tenía un olor bastante fuerte y raro.
- Flaky, mira, este que tiene los ojos rojos es Nutty -presentó Flippy al que tenía cara de drogado.
- Hey -saludó sonriendo todo fumado.
- Y estos son Shifty y Lifty -señaló a los gemelos, uno saludó con la mano y el otro solo movió la cabeza en forma de saludo-. Con estos es mejor que no dejes tus cosas por ahí.
Petunia empezó a reir.
- Pero que dices, imbécil -dijo seriamente uno de los gemelos, era difícil distinguirlos. Después de unos segundos todos empezaron a reírse.
- Es que están fumados -le susurró Flippy a Flaky.
Ella asintió sonriendo intentando no alarmarse por el bonito ambiente en el que se encontraba.
- Encantada de conoceros -esbozó una pequeña sonrisa.
- Qué formalita -dijo Petunia riendo. Los demás volvieron a reirse. Flaky no sabía cual era la gracia.
- Petunia hazme un porro anda -le pidió Flippy.
Ella solo le lanzó una bolsa.
- Haztelo tú, vago de mierda -soltó dando una calada al porro.
- Joder, qué inútil eres Petunia -dijo Flippy sacando una bolsita llena de hierba y un papel-. Flaky, ¿quieres probar uno?
Flaky no sabía qué responder, no sabía si se atrevería. Pero si era la única que no fumaba uno se aburriría allí y no quería irse.
- Ah, verdad, que no fumas- dijo lamiendo el papel.
- B-bueno, supongo que no pasa nada por uno- dijo sin dejar de tocarse el pelo nerviosa, ¿Qué estaba haciendo?
- ¿Segura? No lo hagas si no quieres -empezó a encender su porro.
- Estoy... segura -dijo finalmente. Flippy la miró y la sonrió, ella se sonrojó ante ello-. Después de todo no es malo probar cosas nuevas, ¿no?
- Está bien, hasta que te haga uno coje el mío y ve practicando, pídele a alguno de estos que te enseñe- dijo pasándole el porro a la pelirroja.
Flaky estaba bastante nerviosa con esa cosa en la mano.
- Oh, ¡yo quiero, yo quiero! -se acercó Nutty hacia ella-. Tú haz lo que yo haga.
Flaky asintió sonriendo sin saber cómo había llegado a esa situación.
Mientras Nutty enseñaba a Flaky a fumar, ella en su cabeza no paraba de repetirse "¿por qué estoy haciendo esta mierda?" Esa cosa sabía asquerosa, parecía hierba rancia.
- Flaky, aquí tienes -le extendió Flippy el porro.
- Gracias...
- Bueno y ¿qué tal?¿te ha gustado? -preguntó cogiendo el suyo y empezando a fumar.
Flaky puso una cara de asco que hizo que Flippy echara una carcajada.
- Creo que voy a potar.
- Aguanta un poco, ya verás que en nada te vas a sentir en las nubes -sonrió mirándola a los ojos.
Flaky solo suspiró sonrojada y siguió fumando, esperando a sentir aquella sensación de "estar en las nubes".
No sabe cuánto tiempo pasó, pero no tardó tanto en llegar como ella pensaba.
Sin darse cuenta ya se estaba riendo sin motivo alguno.

solo somos tú y yo contra el mundo;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora