epílogo

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Siempre había sido el tipo de chica que se callaba todo, que dejaba que todo pasase por no empezar alguna discusión. Siempre había preferido alejarme de cosas que aunque me llamasen la atención decidía no meterme, vivía una vida muy pacífica y controlada, en mi propio mundo sereno. Pero en el fondo sabía que quería más. Solo que tenía miedo de lo nuevo. No me atrevía a salir de mi zona de confort.
En el fondo me sentía sola. No me atrevía a probar cosas nuevas, tenía miedo por todo al haber vivido en una burbuja toda mi vida.
Tampoco me arrepiento de no haber sido tan extrovertida y alocada que las demás, pero hay cosas que deseas hacer y luego te arrepientes de todo el tiempo perdido en cuestionarte si hacerlo o no.
Pero cuando conoces a una persona que te hace sentir diferente, que te hace sentir que puedes contra todo lo que se te ponga por delante... en fin, solo éramos él y yo contra el mundo.
Pero lo que no sabía era que él ya tenía su propia lucha, sin mi. Esto hizo que saliera un lado de mi que no sabía que existía.
Las personas no cambian, solamente mejoran o empeoran, en este caso, yo mejoré, y él empeoró.

                         ×××
Un anciano de chándal azul oscuro se acercaba a la ventana de su habitación, solo para ver que otra vez, hacía soleado.
- ¿Y ya está? -preguntó una anciana en silla de ruedas que estaba detrás suyo-. ¿Es ese el final?
El viejo giró la cabeza y abrió la boca para hablar, haciendo que se marcasen todas las arrugas de la cara.
- Es el mejor final que has podido escuchar, ahora ve a dormir y déjame en paz.
- No seas borde y dime qué fue de aquella joven, Splendid. Al menos dime cómo continuó todo, ¿no?
Splendid bufó y miró hacia la ventana. Odiaba los días soleados, los cuales eran prácticamente todos los días.
- Oye, solo quiero que me digas el final de la chica -continuó insistiendo la señora.
En verdad también detestaba los días lluviosos, pero los días soleados le agobiaban. Entonces solo prefería los días nublados.
- ¿No volviste a saber de ella? ¿Qué pasó? -seguía escuchándose la voz de la anciana.
Pero los días tan soleados como ese le ponían de los nervios. No sabía por qué, quizá por el calor.
- ¿Splendid? ¿Me escuchas? -preguntó tocándole el brazo. Lo cual hizo que Splendid girase la cabeza.
- ¿Qué quieres?
- ¿Otra vez? -le miró extrañada-. ¿Quieres dejar de tomarme el pelo y contarme el final de la historia?
Él la miró de arriba a abajo, con cara de antipático.
- Mira que eres tonta.
Splendid volvió a girar la cabeza hacia la ventana, solo para ver que otra vez hacía soleado. Odiaba los días soleados, los cuales eran prácticamente todos los días.
- ¡Splendid que me escuches! -exclamó la anciana ya harta de que la ignore-. Se acabó, yo me voy. Otra vez con lo mismo...
En verdad también detestaba los días lluviosos, pero los días soleados le agobiaban. Entonces solo prefería los días nublados. Pero los días tan soleados como ese le ponían de los nervios. No sabía por qué, quizá por el... ¿eh?
Splendid apartó la vista de la ventana y miró a su alrededor.
- ¿Dónde estoy? -suspiró perdido-. ¿Quién soy?

Otra vez...

La vieja de silla de ruedas salió hacia una sala llena de otros ancianos.
Aquel lugar estaba muerto y todo era bastante lúgubre. La única persona con algo de ganas de vivir era ella.
Pero su amigo Splendid el anciano amargado también solía ser como ella, hasta que le afectó el alzheimer... por eso Splendid no podía acabar ninguna historia.
Se movió con su silla de ruedas hacia la televisión.
- Hey, qué tal -saludó un anciano que estaba allí-. ¿Mejor?
- ¿De qué? -rió extrañada-. Siempre estoy bien.
El anciano negó con la cabeza.
- Nada. Por cierto, creo que me dijiste que tenía que recordarte una cosa.
- ¿El qué?
- No se, no me acuerdo bien, algo de que tenías que ir a abrir el cajón de tu cuarto.
La anciana le miró intentando recordar por qué le habría dicho eso, pero le iba a costar. No recordaba ni su propio nombre.
                        ×××

Ese chico, siempre estará en mi mente y en mi corazón.
Recuerdo que cuando era adolescente y salíamos, él era todo mi mundo, solo pensaba en él y en que un futuro formaríamos una familia, pero por cosas del destino no fue así.
Aunque no quita que con el tiempo creé junto con mi marido -que en paz descanse- una bonita familia.
Aunque ya casi no los vea. Pero lo mejor que me pudo pasar fue conocer a Splendid, el que sería mi compañero de piso y mi futuro mejor amigo. Estuvo conmigo tantos años... fue y es una persona muy importante para mi. Sin él... no sabría ni quién soy.

                               ×××
La anciana se fue hacia su habitación y como le recordaron, abrió el cajón de su pequeño escritorio. ¿Por qué tenía que hacer todo eso? ¿Por qué lo había planeado?
Después de rebuscar entre unos caramelillos que habían esparcidos, encontró una hoja blanca con algo escrito. ¿Desde cuándo estaba eso ahi?
Empezó a leer extrañada: "Siempre había sido el tipo de chica que se callaba todo..."
                  ×××

Así que, eso fue todo, continué con mi vida y tuve una mejor relación con mis padres. Todo cambió para bien, seguí siendo una chica fuerte, pero esta vez no no lo veía todo como antes, blanco y negro. Ahora habían más colores en la vida y comprendí que no todos estaban allí afuera para joderte. Crecí.
Es por eso que necesito recordarmelo. Sino, ¿quién sería?
Recuerda, pídele siempre al anciano que siempre está mirando tele que te recuerde mirar en el cajón de tu cuarto.
Esta carta es para que no te olvides de quién eres, Flaky.
                       ×××

La anciana al terminar de leer la carta, no pudo evitar derramar unas lágrimas.
- Yo... soy Flaky -susurró con tristeza.
Vagamente le venían los recuerdos a la mente.
Es verdad, ideó aquella carta en un momento de lucidez antes de que el alzheimer le afectase por completo.
No era la primera vez que leía esa carta.
Ni tampoco sería la última.            

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Bueno, bueno, no se si alguien lo habrá notado, pero me he montado aquí un Diario de Noah por toda la cara con este final. Perdón por tardar tanto, es que tenía muchas cosas en mente y al final una nunca se termina por decidir qué poner. Porque luego pienso que podría haberlo hecho mejor. Aunque creo que es demasiada drama para ser un fanfic sobre una serie de bichos que se matan entre ellos jejex.
Espero que os haya gustado esta "cosa". En verdad ni yo sé lo que acabo de escribir.
Una cosa más, creo que voy a escribir otra historia de htf, pero completamente diferente a esta. No será de romance. Aún la estoy pensando, pero estará basada en los transtornos que tienen los personajes y en que ocurrirá en un manicomio xd será bastante corto comparado con este. O quizás solo tendrá un capítulo, idk.
Pues eso, espero que haya quedado bien, adioos🌚

solo somos tú y yo contra el mundo;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora