siete

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La música empezó a sonar más fuerte y todo al rededor daba vueltas.
- ¿Qué diablos llevaba esto? -preguntó Flaky mareada.
- Tía, es maría -respondió Nutty riendo como pasmado.
Flaky le miró seria durante unos segundos, pero luego comenzó a reirse, no sabía cuántos se había fumado. ¿Qué demonios estaba haciendo? Miró mareada a su al rededor y solo vio a gente que no conocía de nada.
- Oye hace rato que no veo a mis amigos, ¿alguien los ha visto?
- Se han ido a la piscina, creo -contestó Petunia.
- Es verdad, me había olvidado de que había una detrás -comentó Flippy frotándose los ojos-. Yo quiero ir, vamos Petu.
Flaky vio cómo se levantaba y rápidamente se levantó también, lo que causó que le viniera un mareo fuerte, cerró los ojos con fuerza y se puso la mano en la cabeza:
- Yo también voy, quiero ver cómo están.
- Está bien, chicos -se dirigió Flippy a los otros-, vamos a la piscina, veniros después.
Dicho esto los tres salieron de allí. Flaky no sabía por qué, pero no quería separarse de él aún. Será que habían congeniado bastante bien o que simplemente no quería quedarse sola.
Mientras iban caminando, Petunia y Flippy iban muy pegados el uno al otro del brazo y hablaban de sus cosas, Flaky decidió cambiar de vista y mirar a su al rededor en silencio; la música ya no estaba tan alta como antes, pero afuera aún había bastante gente. No sabía cuanto tiempo había pasado ni la hora que era, estaba bastante desorientada como para preocuparse por eso.
- Hey flacucha, no te quedes atrás -le llamó Flippy girando la cabeza para mirarla.
- Ah, si, es que estoy un poco mareada y me cuesta caminar.
- ¿Estás bien? Estás bastante colorada.
- Si, si, tiendo a ponerme muy colorada a menudo, y no me encuentro muy bien -trató de disimular.
- Dicen que para que se te quite el malestar es mejor tomar más de lo mismo -sonrió Petunia mascando otro chicle.
- No digas tonterías, con un chapuzón en la piscina estarás como nueva -dijo Flippy.
- ¿Si? Qué guay -fingió una sonrisa bastante mal hecha.
Ya habían llegado a la parte trasera de la casa, donde estaba la piscina y sus amigos dentro, al parecer no había tanta gente.
Petunia rápidamente se quitó la camisa de tirantes que llevaba y los tacones.
- ¡Chicos ya estoy aquí! -gritó tirándose a la piscina.
Flaky se le quedó mirando nerviosa, tocandose el brazo con la mano.
- Venga vente -le invitó Flippy quitándose la chaqueta militar, quedándose con una camisa negra de manga corta.
- Y-yo... mejor me quedo por aquí, es que el pelo luego se me... -sin darse cuenta Flippy le cogió por sorpresa como a un saco de patatas.
- Una, dos y... -empezó a correr hacia la piscina con Flaky en brazos chillando.
- ¡¡No, espera!! -pero cuando antes de darse cuenta, ya estaban en los dos dentro del agua.
Flaky sacó la cabeza fuera del agua y vio que todos se estaban riendo y tirándose agua entre ellos, pero faltaba alguien.
- ¿Dónde está...? -antes de decir nada alguien por atrás la metió bajo el agua.
Flaky se giró y abrió un poco los ojos, allí estaba él, riéndose, causando que saliesen un montón de burbujas de su boca, lo que ocasionó que ella también se riera.
Acabaron saliendo los dos a la superficie y Flaky le tiró agua a la cara.
- Al menos deberías haberme dejado quitarme los zapatos -rió.
- Pero a que ya no te sientes mareada -rió Flippy de la misma manera.
Flaky se le quedó mirando sin preocuparse si se le notaba lo pillada que estaba por él.
- Es verdad, ya me siento mucho mejor.
- ¿Ves? Te lo dije.
En ese momento los dos fueron empapados de agua por alguien.
- ¡Chicos venid aquí! -gritó Giggles levantando la mano.
Los dos fueron con los demás y estuvieron un rato jugando y haciendo tonterías en el agua. Hasta que Flaky tuvo que aguantar ver una escena bastante incómoda, la cual hizo que se saliese del agua.
- Hey, ¿por qué te has ido? -preguntó Giggles yendo tras ella.
- Me ha dado un poco de sed -dijo sin girarse mientras se quitaba los zapatos-.¿Por qué?
- No se, como te has ido sin decir nada...
- No me pasa nada -sonrió pero su mirada se dirigió hacia Petunia y Flippy, quienes se estaban enrollando en la piscina.
Giggles se percató de eso y rió.
- No te sientas incómoda por esa tontería .
- No... es por eso -suspiró desviando la mirada.
- ¿Y entonces? -preguntó extrañada, Flaky se cruzó de brazos y entonces se dio cuenta y sonrió-. ¿Te gusta?
La pelirroja asintió apenada.
- Si que te gustan mayores, ¿sabes que tiene veintisiete años, no?
- No cuela, ya me hizo la misma broma antes y tiene diecinueve -dijo entrando dentro de la casa.
- Mierda -se fue corriendo tras ella-.Oye, espérame.
- Tengo sed, ¿hay algo por aquí?
- ¿Qué vas a hacer con Petunia? Está muy pegada a él -siguió hablando del mismo tema.
- ¿Tenéis zumo de naranja? -preguntó abriendo la nevera, haciendo caso omiso.
Giggles la cerró.
- Oye no pases de mi, que aún sigo procesándolo.
- Y qué más da, ella es su novia, nosotros solo nos conocemos de hace unas horas y ni siquiera sé si lo volveré a ver. Oye, ¿no tenéis nada?
Giggles suspiró y sacó una cocacola de la nevera.
- Déjame ayudarte -abrió la bebida y se la dio.
- No quiero ayuda de nadie, es una tontería-dijo y seguido se puso a beber con ganas.
- Si que tenías sed.
- ¿Quieres un poco?
- No gracias -rechazó con la mano-. ¿Entonces qué harás?
- Nada, no haré nada y ya está -dio otro sorbo a lo que quedaba de la lata-. Olvidemos el tema y pasemos bien lo que queda.
Su amiga rodó los ojos.
- Oye me ha dado hambre, ¿hay alguna bolsa con patatas o...?
- Toma -le tiró Giggles una bolsa que estaba por ahí.
A Flaky no le importó que la bolsa ya estuviese abierta y empezó a comer con ganas.
- Venga, vámonos -dijo Flaky sin dejar de comer.
Ambas salieron y al parecer ya estaba todo más visible para todos, los tres estaban en la piscina de nuevo.
- ¿Te vienes?
- Estoy cansada, creo que por ahora me quedaré por aquí comiendo.
- Vaale -terminó y se fue con los demás.
Flaky se sentó cerca del borde de la piscina, mojando solo las piernas. Se quedó un rato mirando hacia el agua pensativa mientras seguía comiendo.
Desde luego no quería volver a casa, la iban a matar por no avisar que aún seguía en la fiesta y sería peor por las pintas que tendría. Sin embargo se sentía bastante tranquila, cuando normalmente estaría nerviosa y yendo de un sitio a otro buscando un móvil.
Buen día para dejarse el suyo en casa.
- Hola, ¿por qué te has alejado? -apareció de repente Flippy, devolviendo a Flaky a la realidad; levantó la vista y vio que ya no había nadie allí.
- Me entró hambre -dijo mirándole-.Por cierto, ¿y los demás?
- Están dentro, también les ha entrado hambre -sonrió.
Flaky giró la cabeza hacia el agua, seria.
- ¿Y a ti no?
- Tengo más bien sed -dijo mostrando una botella llena de vodka.
- Qué bien, me alegro.
Él se sentó a su lado.
- ¿Qué te pasa?
- No es nada -contestó sin mirarle-, solamente... me preocupa la regañina que me van a echar cuando llegue.
Flippy sonrió y miró hacia el agua también.
- ¿A ti no te dicen nada? -preguntó Flaky-. Aunque bueno, tienes ya diecinueve años, qué tontería.
- No vivo con mis padres, comparto un pequeño piso con unos amigos, con los que estuvimos fumando. No tengo ningún familiar.
Esta vez la pelirroja se giró a verle.
- Debe ser duro trabajar y estudiar a la vez.
- No, hace tiempo que dejé de estudiar- respondió sin mirarla.
Nadie dijo nada durante un rato.
- Yo ya no aguanto a mis padres -habló sin ánimos Flaky sonriendo de lado-. Es estresante vivir con ellos, quieren que sea la hija perfecta y por su culpa soy tan nerviosa e introvertida.
- A mi no me pareces introvertida, solo un poco tímida.
- Qué va, me cuesta abrirme a los demás, y por eso sé que... -se calló de repente antes de seguir hablando.
- El qué -la miró.
Flaky no dijo nada, pero unas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas. Rápidamente las limpió con la mano.
- ¿Qué ocurre? -preguntó al notar el gesto que hizo.
- Cuando acabe el verano me iré a otra ciudad y... tengo mucho miedo, todo va a ser diferente y voy a estar sola. Con la presión constante de mis padres con ser la mejor y sin los amigos que tenía -lo soltó finalmente con una voz débil-. No se lo he dicho a nadie aún... excepto a ti... por eso quería tanto la dichosa foto -se tapó la cara con la mano, sonaba que estaba llorando.
Flippy se acercó a ella y le acarició el pelo, consolándola.
- Lo siento, no quería soltarte todo este drama, pero es que ya no podía más...
- Está bien. Desahógate -la abrazó de un lado.
Estuvieron así un buen rato.
- Sabes -habló Flippy-. Yo también llevo tiempo guardándome algo, desde hace años.
- Que pasa -dijo Flaky mirando a la nada, apoyada en él.
- El verdadero motivo por el que empecé a beber, fumar, a salir de fiesta... en fin, a tener una mala vida, fue para quitarme el dolor de haber perdido a mi padre.
- ¿Qué... le pasó?
- Sufrió un infarto en el trabajo.
- Lo siento mucho -dijo en voz baja-. ¿Y tu madre?
- Se fue con un novio que tenía, mucho antes. Después de que le hiciera eso, mi padre empezó a pasarlo mal y acabó en una depresión, yo no sabía qué hacer. Cuando murió... perdí las ganas de todo, de comer, de estudiar, de vivir. Entonces fue cuando me refugié en el acohol y las fiestas.
Flaky se quedó callada sin saber qué decir.
- Joder... lo has deber pasado realmente mal -sonrió amargamente-. Y yo quejándome por tonterías.
- No lo son, a demás yo ya lo superé hace tiempo.
Flaky suspiró cabizbaja.
- Esto se ha puesto bastante deprimente, ¿no? -dijo Flippy.
- S-si, la verdad es que si-esbozó una pequeña sonrisa Flaky.
Flippy cogió la botella de vodka.
- Se que me has dicho que no bebes, pero...
- Si, si quiero -se apresuró Flaky, sorprendiéndose de ella misma.
- Vaya -levantó las cejas Flippy-. Pues a beber se ha dicho.
Estuvieron un largo tiempo bebiendo y hablando de cualquier cosa hasta acabar finalmente la botella.
Los dos estaban ya borrachos y cansados, ninguno dijo nada durante un buen rato, y al cabo de poco empezó a sonar otra vez la música bastante alta. Lo que hizo resaltar a Flaky.
- Joder, qué susto -se rió sujetándose de Flippy instintivamente.
- Qué mona eres.
Aquellas palabras hicieron que Flaky levantara la vista para encontrarse con los ojos verdes de Flippy, y él con los ámbar de ella.
Reaccionó poniéndose tan roja como su pelo y rápidamente quitó las manos de su brazo.
- Y-yo... -tartamudeó intentando excusarse.
Pero no pudo articular palabra cuando él colocó su mano en la mejilla colorada de ella. Flaky empezó a ponerse aún más nerviosa, sentía que el corazón le iba a mil.
Flippy se acercó lentamente a ella y Flaky se sentía completamente paralizada, sabía lo que iba a pasar.
Pero aún así le pilló por sorpresa el beso que le plantó.
Abrió enormemente los ojos, al contrario que Flippy, quien los tenía cerrados.
Era un beso sencillo y cálido, aunque él ponía más empeño que ella. Ya que Flaky nunca había besado a nadie antes.
Después de unos segundos que fueron el paraíso para ella, él acabó por separarse lentamente y la miro con una pequeña sonrisa. Flaky solo seguía sorprendida.
- Perdona... creo que he sido demasiado directo contigo.
- N-no... -fueron las únicas palabras que le salieron.
- Flaky, me gustas -se declaró con serenidad.
Ella se puso bastante roja y los ojos le empezaron a brillar, nunca en lo que llevaba de noche se lo hubiera imaginado. Esto debía ser un sueño.
- Tú también me gustas -logró decir al fin, con una tímida sonrisa nerviosa.
Flippy sonrió ante su respuesta y se acercó a la cara de Flaky:
- Los borrachos nunca mienten, así créeme cuando te digo que me encantas, pelirroja -le susurró rozando sus labios con los de ella.
Volvieron a besarse, solo que esta vez fue más correspondido por parte de la pelirroja.
¿Cómo es que habían llegado a ese punto? ¿En verdad estaba lúcida?
Flippy empezó a acariciar su cabello y Flaky puso lentamente los brazos al rededor de su cuello. El beso fue más largo que el otro y más intenso, aunque la chica era algo torpe con los labios.
En su cabeza estaba hecha un gran lío, sabía que no deberían estar haciendo esto, que seguramente eran tácticas de ligoteo y que su novia se pondría hecha una fiera, por no recordar que ni siquiera debería seguir allí y muchas más cosas. No sabía si era por el efecto de alcohol o simplemente si ya estaba harta de todo, pero lo único que quería era estar con Flippy.
Acabaron separándose con pequeños besos.
- Nos van a acabar pillando -dijo Flaky jadeante-. Petunia nos va a matar.
En ese momento Flippy se empezó a reír.
- ¿De qué te ríes?
- Petunia nos va a matar -repitió mientras reía.
Flaky empezó a reirse también aunque no sabía por qué.
- Flaky, pirémonos de aquí -se levantó Flippy agarrándole de la mano.
Ella sonrió arqueando las cejas.
- Estás loco.
- Loco por ti -continuó riendo mientras le daba pequeños besos en el cuello, haciendo jadear a Flaky mientras echaba pequeñas risillas.
- ¿Dónde vamos?
- No lo sé, pero salgamos de aquí-detuvo los besos para mirarla.
- Vamos a tu casa -dijo ella.
- ¿Segura?
- No hay más sitios.
- Está bien -sonrió, depositandole un pequeño beso en la frente-. Espera, tengo que buscar el coche.
- No vas a conducir así. Pidamos un taxi.
- Vale, lo que tu digas.
Flaky sonrió y ambos salieron corriendo de allí riendo.

solo somos tú y yo contra el mundo;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora