One shots - MARVEL 《Pedidos Cerrados》

WANDA MAXIMOFF

Miraba mi movil concentrada en... en realidad en nada y en todo a la vez, llevaba varios días sintiéndome extraña en cuanto a un tema un tanto delicado para mi, ya que no era plan de hablarlo con nadie.

Las gotas de lluvia caían y daban justo en mi ventana.

Clok, clok, clok

De no ser por la lluvia estaría dándole vueltas al dichoso tema en algún parque cerca de aquí, pero es que, Dios, tenía que ponerme a pensarlo hoy.

Probablemente por que estaba aburrida y sin nada que hacer

Eso es! Iré a ocupar mi mente en algo y me olvidaré del problema

Deje mi movil cargando en la cómoda, al lado de mi cama, me puse una sudadera, ya que hacía algo de frío, aún teniendo la calefacción de la torre puesta.

Me dispuse a salir de mi habitación, pero antes de que mi mano tocara el pomo de la puerta una brisa se paró justo delante mía impidiendome salir.

Conocía de sobra esa brisa, esto no me podía estar pasando a mi

- tenemos que hablar - el chico de pelo plateado y ojos azulados, que había parado delante mía, colocó sus manos en mis brazos y me empujó hasta estar ambos sentados en los pies de mi cama.

Me quedé mirándolo esperando a que algo inteligente saliese de su boca.

Aunque a estas alturas eso ya me parecía imposible

- digamos que se algo que necesitas - mi ceño se frunció acto reflejo de lo que me acababa de decir, por mi mente pasaron miles de ideas, mas ninguna se asemejaba a lo que iba a pasar a continuación.

- pero me tienes que dar algo a cambio - como no Pietro Maximoff, suspiré rodando mis ojos y levantando mis cejas todo a la vez, el sonrió, sabia que eso era mi rendición, que el iba a tener lo que quería.

- a ver, ¿el que? - el sonrio aún más malévolo, cosa que no me pareció, y hizo como si pensara, aunque estaba más que claro que lo sabía de sobra.

No había que ser muy listo para darse cuenta

- Sally - eso fue lo único que salió de su boca, yo, confundida respondí.

- ¿sally? - el asintió, pero seguía sin saber a qué se refería, mi expresión solo ayudó a que el lo pillara.

- una cita con ella - soltó Pietro con inocencia, claro, ahora mismo la llamo para que me diga lo mismo de siempre, que no quiere.

- no va a querer, me lo dices como si no hubiésemos intentado esto antes - me hizo un puchero, mierda, no podía resistirme a sus pucheros, mire la pared de mi habitación, intentando encontrar algo, Dios sepa qué, y lo volví a mirar rindiendome.

- bien, bien, lo haré - el sonrió abrazándome y diciendo "gracias" como veinte veces seguidas, yo lo aparté de mi y lo miré fijo.

- ¿qué es eso que me puede interesar, Maximoff? - el miro el suelo sonriendo, como si se le hubiese perdido algo en mi suelo, yo lo miraba esperando lo que me iba a decir.

- Wanda - soltó finalmente con una sonrisa juguetona, de repente me quedé en shock, mi corazón bombeaba más sangre de lo habitual, y podría jurar que mis mejillas había adquirido un tono carmesí en cuestión de segundos.

- ¿cómo que Wanda? - dije titubeando, y es que si, ese tema al que no paraba de darle vueltas era Wanda, la mismísima e inigualable Wanda Maximoff, la hermana de mi mejor amigo, y creo que os podéis imaginar por qué.

Porque me gusta, para el que aún no lo haya pillado

- supongamos que he estado hablando con ella, y supongamos que le he sacado que le gustas un poquito - dijo Pietro sonriendo, yo aún en mi pequeño shock solo pude mirarlo con los ojos muy abiertos.